-¿Esto se hizo público?- pregunto una voz divertida -Jo, si se lo dio- comentó antes de soltar una carcajada -Bueno ya- dijo calmándose mientras rebuscaba en los papeles que tenía en la mano. -¿Task Force X? ¿Pero que es esto?- empezó a leer cada nombre en aquella lista, las razones de ese proyecto y los costos del mismo, ya sea monetario o de vidas. -Amanda Waller...- murmuró el.
Antes de que pudiera avisarle a sus compañeros, la pared que yacía frente a él salió volando, empujando lejos a nuestro individuo.
-Cof, cof. ¿A que bestia se le ocurre?- gruñó el levantándose con ayuda de un mueble.
-¿Donde está el Joker?- una voz áspera y siniestra hablo de entre la nube de polvo.
Una vez que el polvo se disipó, dejo a la vista una figura negra, unas puntiagudas orejas y una capa ostentosa.
Era Batman.
-¿Quién?- preguntó el inocentemente -Le aseguró señor que el único comodín que encontrara aquí es el del Ruming- continuó el sacudiéndose el polvo de la ropa.
-No estoy para juegos. ¡¿Dónde está el?!- gritó el Caballero de la Noche mientras le arrojaba dos Batarangs.
-¿Por que todo tiene que acabar en violencia?- esto lo dijo después de esquivar dichas armas -Ah... hoy en día ya no existe la diplomacia- la voz llena de melancolía fingida se apago poco a poco -Pero bueno. Si esto debe acabar así... Que empiece la fiesta, Caballero Oscuro-
Una vez terminada esa frase, Jake saco su pistola para comenzar a disparar, pero no precisamente hacia Batsy, sino que a varios jarrones y baratijas alrededor de el. Una vez rotas estás comenzaron a emanar un gas de color verde, que pronto llenaría la destrozada habitación.
Mientras que el Murciélago tosía e intentaba respirar, el pelinegro salió corriendo hacia la habitación donde estaban los otros dos, irrumpiendo en esta unos segundos después.
-¿Pero qué te pasó?- preguntó Hiedra al ver a Jake lleno de polvo y pequeñas heridas
-Oh, ¿esto? Es solo un recuerdito de Batsy... que por cierto viene hacia acá así que si hicieran el gran favor de... no se... ¡Mover sus traseros!- Gritó mientras cerraba la puerta detrás de él.
Ambos individuos abrieron los ojos como platos y en menos de dos segundos ya estaban levantados tomando sus armas y preparándose para pelear de ser necesario.
-¿Y la rubia?- preguntó Jake mientras cargaba un par de armas más
-¡Diablos!. Está en la habitación de este idiota- dijo Ivy señalando al payaso. -Debemos ir por ella-
-Gasto de tiempo innecesa...- el peliverde no logró terminar la frase debido a que la joven le había disparado pero había fallado
-¡Cierra tu estupida boca plateada! O un bala te dará en donde más te dolerá- amenazo ella mientras salía de aquel cuarto a buscar a la pequeña arlequín
-Te dije que la dejaras en paz- le recordó su amigo mientras le lanzaba un mazo de cartas -Cortesía de la casa- indicó una vez que lo atrapó. -Ahora, vamos por ellas antes de que las secuestren- dicho esto ambos salieron de la habitación.
Caminaron con cuidado, cubriéndose mutuamente las espaldas hasta llegar a la habitación donde, se suponía, estaban ambas jóvenes, pero lo único que encontraron fue una habitación vacía, con indicios de pelea, un par de gotas de sangre y completamente vacía.
-¿Dónde demonios están?- gruñó el peliverde quien estaba más que molesto.
Se acercó a la cama donde había estado su "amada", donde para su sorpresa encontró una nota arrugada y con un par de gotas de sangre adornando la caligrafía.
"Vendrán por ustedes"
Los ojos del peliverde se tornaron oscuros y siniestros. Sus manos instantáneamente se cerraron haciendo bolita aquel pedazo de papel. La había perdido, y todo era su culpa.
Jake por su parte solo se dio media vuelta y toco el hombro de su amigo antes de abandonar la habitación. Al final, J había conseguido lo que quería, por fin se había deshecho de ella... Ahora lo tiene todo... ¿o no?
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The Beginning Of The End
FanfictionDicen que la curiosidad mató al gato, pero en este caso solo lo volvió loco.