Capítulo 3. Jessica.

50 6 4
                                    

Cuando tienes una amiga, esta es para toda la vida, apesar de todo y de todos, ella siempre estará para ti, consigue unos buenos amigos, para no quedarte solo.

¿Quien pensará así?

  La gente no puede ser la misma siempre, y no sé si a mí me tocan falsas amistades o si realmente la gente no está bien como mi amigo/a.

   Comenzó a pasar el tiempo, durante esta semana estuve la mayor parte de mi tiempo con Jessica, nosotras nos volvimos muy unidas, antes de ella no tuve una amiga y yo estaba muy contenta de tenerla a mí lado.
En muy poco tiempo comenzé a confiar en ella a contarle cómo me sentía y muchas cosas personales, como quien fue mi primer novio, porque no como carne, etc.

  En esos momentos estaba tan segada por la dicha de tener una amiga que olvide por completo tener cuidado, evitar hablar de más, ella parecía darle poca importancia a mis secretos, los cuales eran algo muy serio para mí.

En ente día miércoles 10 de Agosto, me pasó algo de lo más peculiar, estaba sentada, en la entrada de mi preparatoria, cuando una chica de lo más peculiar volteo a verme, yo también la mire, no podía dejar de verla, ella sonrió y siguió caminando.
Al regresar al salón le conté todo lo ocurrido a Jessica.

-De verdad, no dejaba de verme-. Le dije, con una sonrisa.

-Y... eso ¿qué?- dijo con un tono un tanto grosero.

-Nada, solo...No lo sé, quiero saber quién es-. Le dije con entusiasmo.

-Wo, wo, wo, tranquila amiga, no serás.... Ya sabes ... Lesbi-. Dijo y desvío la mirada.

-¿Qué? Claro que no, solo me llama la atención, parece una linda chica y quiero conocerla. Yo creo que tú estás celosa-. Le dije para desviar la conversación de mi orientación sexual.

-¡Ja! ¿Celos? ¿Yo? No me hagas reír, yo sé que no me dejarías por nadie, nisiquiera por tu nueva chica.- parecía molesta, pero la verdad no sabía porque y no quería indagar, Jessica suele ser temperamental.

  Saliendo de clases me acerque con Joshua, él estaba con unos chicos, pero quería hablar con él, de verdad esperaba no estuviera molesto conmigo, cuando estuve lo suficientemente cerca le grité.

-JOSHUA-. No me había percatado de quién estaba con él, era Edwin.

-Eh, Aleen, ven aquí- dijo muy marcado. ¿Estaba ebrio?

Quise hacerle una mueca negando la propuesta, pero era muy tardey sus amigos me estaban mirando, Edwin me miraba...

-Claro...- caminé hasta ellos, intentaba no mirar a Edwin, pero él no dejaba de verme, hecho que me tenía contenta e incómoda a la vez.

-Adivino...ya te peleaste con Jessica- dijo con sarcasmo y tono de burla.

-No, solo quería preguntarte algo-. Dije en voz baja, que incómoda situación.

-Pues pregunta-. Le divertía tenerme en esta situación, el sabía lo incómoda que estaba y eso le hacía gracia.

-Sabes, mejor me voy- dije y me di la vuelta.

-Oye, linda, vamos a pasear ven con nosotros ¿Si?- dijo  y mi corazón se aceleró, sentí como el rubor subía a mis mejillas, y no podía negarme.

Al dar la vuelta vi como los chicos se burlaban de Edwin por lo que acaba de decir, y no pude más que palidecer.

- Bueno enamorados nos vamos o qué-. Dijo un chico de mi clase que si no mal recuerdo se llama George.

Asentí y comence a caminar con ellos.
Fuimos a un patio para jugar fútbol y comenzamos a fumar, estaban hablando de todo tipo de cosas, y yo me divertí, de pronto mi celular comenzó a sonar, era Jessica. No quería contestar, la pasaba muy bien, pero al final respondí.

-¿Hola?- dije.

-Hola, ¿dónde estas?, Llevo toda la tarde buscandote-. La molestia era muy notoria en su voz.

-Oh, lo siento salí con Joshua y unos amigos suyos, nos vemos mañana-. Le dije.

-Claro-. Y colgó.

  -¿Era tu novio?-.Pregunto Edwin.

-Claro que no, es mi mejor amiga- y solté una pequeña risa.

Me sonrió, me pidió mi número y yo obviamente se lo di.

Al caer la noche los chicos se fueron a algún lugar a tomar y yo me fui a mi casa. Al llegar le envíe un mensaje a Jessica contándole lo que acaba de suceder y lo emocionada que estaba con todo eso.

  Al no recibir respuesta de su parte decidí irme a dormir, una de las mayores desventajas de vivir sola, es cuando llega la noche, pues no hay nadie con quién hablar, ni quién vea TV contigo, al final  solo dormí.

Nada absolutamente nada, me preparo para la tempestad que ocurriría,nadie me dijo "no confíes en ella".

"Las amigas son para siempre.." valla mierda.


El peso de las palabras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora