Victorious (Brendon Urie y tú)

Lucy y las flores

Ya es viernes y queda poco para empezar el programa. La semana ha pasado más o menos volando y Brendon y yo nos hemos escrito un par de veces más sobre tonterías que nos hemos encontrado en la vida cotidiana, pero hace algo más de dos días que no sé nada de él y quiero mantener el misterio hasta la cena de mañana. 

Hoy nos visita una historiadora británica, Lucy Worsley, que viene a presentar su libro sobre la reina Victoria de Inglaterra. Entro en la sala de espera de los invitados y me encuentro a una mujer un poco más bajita que yo, con el pelo corto muy rubio y unas mejillas rosadas. Compruebo sus datos con ella rápido y vamos a vestuario, donde le ponen un vestido corto negro de  manga larga y le hacemos una prueba de un vestido victoriano para un sketch con Jerry. 

Es una mujer agradable, que va parloteando allí y allá conmigo sobre su libro, historia y más historia.  Después de que Holly la maquillase, llegamos las dos a la sala de espera y David me pide por el auricular que me quede un rato más con ella, que la sección del consultorio de Max se ha ampliado un poco y así Lucy no se queda tanto rato en una sala. 

Hoy la sala está cambiada, alguien ha puesto jarrones con flores. Me siento en uno de los sofás y ella se sienta delante mío y toma uno de  los jarrones en sus manos. 

T/N, ¿Sabías que en la época victoriana existía el lenguaje de las flores?- me comenta, con cierta picardía- se podían pasar mensajes entre familias, amantes y enemigos sólo con regalar o mandar flores. 

Levanto las cejas, sorprendida y Lucy empieza a separar las flores. 

¿Ves esta, T/N? es una acacia amarilla. Significa que quién la regala está secretamente enamorado, o empieza a enamorarse de la persona a quién se la regala. 

Coge otra.

-La rosa roja, en cambio...

-¿Pasión?- pregunto- suele ser conocida por ser la rosa que se regala en San Valentín. 

Lucy sonríe.

-Sí y no, no es una pasión puramente de lujuria, sino de un amor que puede durar toda la vida. 

Deja un jarrón y coge el otro y se queda mirándolo. Sorprendida. 

-¡Mira t/n! una rosa de los alpes. esta flor, si pudiese ser una frase, sería "quiero ser digno de ti". 

Encuentro las clases de Lucy muy interesantes, pero tenemos que hacerla pasar ya a plató. Le agradezco el detalle de las clases y añade: "si algún día te regalan flores, aprende a decriptar el mensaje".

Corro a la sala de realización y al salir me voy a ver a José, otra vez de turno de noche. Esta vez sólo le traigo tres periódicos y...

-Oye José, ¿tú alguna vez has intentado decir algo con flores?

José sonríe y sin dejar de mirar las cámaras de vigilancia asiente. 

-A ver, ¿pero en qué situación?

Le da a un par de botones y se gira hacia mí. 

-Le regalé unas flores a mi esposa, Mary, para declararme. No tenía ni idea de que cada flor tenía un mensaje y parece que los ingleses y americanos lo saben. Le estuve a punto de regalar unas de ruptura si no hubiera sido por el florista, fíjate. 

-Tío, los anglosajones son muy raros. 

-¿Por qué lo preguntas t/n? ¿te han regalado flores?

Me saca media sonrisa y niego con la cabeza. Pero quién sabe si mañana...