Trabajos En La Galaxia

Pasados ya algunos meses de haber comenzado en su ahora profesión de vida, Jango Fett el ahora cazarrecompensas se ganaba la vida cobrando recompensas por toda la galaxia. Poco a poco su nombre fue ganando fama, y el número de trabajos fue aumentando cada vez más, no sólo era otro cazarrecompensas, Jango tenía sus métodos, y contaba con su entrenamiento mandaloriano, por lo que hacer este tipo de trabajos se le facilitó.

-Has estado muy ocupado en el negocio Jango, has hecho a Rozatta una mujer muy afortunada-La dueña de la residencia en donde Jango se había quedado los últimos meses se encontraba bastante complacida por las contribuciones del cazarrecompensas en la Estación.

La Estación Terrallende era una estación espacial que pertenecía a Rozatta, las principales atracciones eran la arena gladiadora - donde luchaban varias clases de bestias - y el centro mercantil. La estación era más correctamente conocida como Estación de Tránsito Terrallende.

Jango se encontraba sentado en una esquina tomando un trago, traía puesta su armadura mandaloriana y había dejado el casco sobre la mesa, llevaba rato tratando de solucionar un desvío en la puntería de su bláster. Concentrado miró a Rozatta un momento quién se habia quedado observando a la espera de una respuesta. Él sonrió y contestó con su agravada voz.

-Roz, si dejara de hacer esto, estoy seguro de que éste lugar no se mantendría en pie.

Finalizó con un tono burlisto, dando a conocer su broma, Roz por otro lado ya conocía este sentido del humor, así que negando con la cabeza y mientras pasaba un paño húmedo por la mesa le dijo.

-Jango, Jango, éste lugar ya estaba bien sin tu ayuda, pero claro...

Se detuvo un momento para dar énfasis a lo que seria su punto.

-Si tu no hubieras llegado no habría podido pagar mis deudas, eres un buen hombre Jango, y te estoy muy agradecida.

Jango entre sonriendo y negando con la cabeza le contestó en lo que terminaba de armar su bláster.

-Lo sé Roz. -contestó él, luego continuó- Sólo estoy tratando de ganarme la vida, y si de paso puedo ayudar a una Toydoriana con su estación, pues por mi bien, después de todo el dinero va y viene, siempre a sido así.

-A veces me impresiona lo lejos que puedes llegar. -Dijo finalmente ella entre cerrando sus ojos, mirándole algo disgustada- Sólo no te pases de listo.

Y tomando el vaso del que Jango estaba bebiendo, dijo una frase antes de llenarselo nuevamente.

-Pero me has hecho muchos favores, por eso te Quiero Jango. -y llenando su vaso nuevamente, exclamó- ¡La casa invita!

Jango sólo la miró en gratitud, ya que a pesar de todo lo que él había hecho por ella, no había sido nada para él.

Luego Roz se fue, y en ésto Jango ya habiendo terminado de arreglar su Bláster, se levantó de la mesa, guardó su arma en su funda, cogió su casco con una mano y con la otra tomó de una el trago que Roz le había invitado. Hecho ésto, se puso su casco, y decidió que era hora de continuar con su trabajo.