Narra MyungSoo
Enojado y humillado es como me siento, el hermano de SungYeol prácticamente me había sacado de su casa a patadas y a empujones, ¿quien se había creído?, ¿acaso no sabe con quien se metió?, definitivente me las pagaría. De tanto coraje no pude dormir en toda la noche por lo que ahora tengo unas bellas ojeras adornando mi perfecta cara, lo bueno es que hoy no iría a la empresa así que podría descansar un poco y olvidar todo lo que paso.
— Ahhh — abro la ventana de mi cuarto y respiro un poco del aire fresco de la mañana — Aaaaaa — me estiro y me rasco la cabeza.
Estuve un buen rato viendo la cuidad por la ventaba hasta que escuchó sonar el timbre.
— ¿Ahora que? — digo molesto saliendo de mi cuarto, camino hasta la puerta — ¿Sea quien seas tienes su tener una buena excusa para que no te eche de patadas de mi casa? — abro la puerta — ¡Mamá! — digo sorprendido
— ¿Así que echarías a patadas a tu madre? — me sonríe
— Lo siento, es que no estoy de muy buen humor — la saludo de beso en la mejilla — Pasa y disculpa el desorden pero no esperó que viniera y mucho menos en la mañana — cierro la puerta una vez que entro
— Descuida hijo, se lo desordenado que eres y no espero un departamento limpio — se sienta en el sillón
— Tu y tu sentido del humor — sonrió — ¿Quieres un café? — camino hasta la cocina
— Si, ya extrañaba tu café — grita
Pongo a calentar el agua, sacó dos tazas de la repisa, las pongo en la mesa de la cocina, camino hasta la alacena para sacar el café y el azúcar pero apenas toco la puerta, el timbre suena.
— ¡Yo abro hijo! — la escucho gritar
No le doy importancia, seguro es alguno de los vecinos o las personas que vienen a dejarme las compras o la ropa de la tintorería, en lo que esta lista al agua salgo de la cocina para ir hablar con mi mamá a la sala.
— ¿Quien era... ¡¿Sungyeol?! — me sorprendo verlo sentado aún lado de mi mamá
— Hola — se levanta y hace una reverencia — No sabía que tenias visitas, lo siento sera mejor que me vaya, señora fue un placer conocerla — le sonríe
— El placer fue mio SungYeol, MyungSoo por que no me habías dicho que tenias un amigo tan lindo y amable — dice viendo a yeol quien solo se sonrojo
— ¡Es que no es mi amigo! — grito molesto
Se que tarde o temprano tenían que conocerse pero no creí tan pronto.
— Es mi esposo — la miro, ella se sorprende
— ¡¿Que!?, Hay y yo en esta fachas, su vergüenza pero me da gusto conocer a la persona que ama a mi hijo, es tan lindo — abraza aun SungYeol totalmente confundido — Hijo, ¿por que no me dijiste que eras su esposo? — pregunta separándose de yeol
— Lo siento, yo no sabia como presentarme, lo siento — hace una reverencia en forma de disculpa
— Esta bien no te preocupes — dice restándole importancia
— ¡Ya, ya!, mucho amor entre ustedes, mama me voy a poner celoso — digo interrumpiendo su ambiente
— No te preocupes hijo, yo no te cambiaría por tu esposo — me mira
— No lo decía por ti, si no mas bien por SungYeol ¿verda amor? — lo abrazo por la espalda lo cual no hizo que se tenzara un poco
— Si
— Al menos ya no eres tan amagado y me alegro, bueno mejor me voy par de enamorados, ya abra tiempo de conocernos mejor SungYeol — toma su mano — Por favor cuida de mi hijo, se que es no la gran persona para demostrar sus sentimientos pero se que con tu amor, tu compresión y compañía cambiara, cuidate y espero verte pronto — le da un beso en la mejilla — MyungSoo cuida de esta maravillosa persona y no lo dejes ir, cuidate — me da un beso en la mejilla
— Gracias mamá y descuida que no dejare que se vaya de mi lado — lo abrazo mas fuerte y pongo mi barbilla en su hombro
— Cuidese señora — le sonríe
— Claro yo siempre, adiós — sale de casa y en cuanto lo hace suelto a SungYeol
— ¡¡¡Dame un buen motivo por el que veniste y no correrte como lo hizo tu adorado y tierno hermano conmigo!!! — grito muy molesto viéndolo
— Lo siento — me mira
— ¡¿Eh?!