Capitulo 1:Parte 3

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Ese día, todo mi mundo se volvió negro: el aire era negro; el sol era negro; incluso,
cuando me incorporaba un poco en la cama, veía que las paredes de mi casa eran
negras. Minny se pasaba por casa todos los días para asegurarse de que yo todavía
respiraba y me alimentaba para mantenerme con vida. Tardé tres meses en
atreverme a mirar polla ventana para comprobar si el mundo seguía allí, y me
sorprendí al descubrir que la Tierra no se había detenido porque mi hijo se hubiera
muerto.
Cinco meses después del funeral, salí de la cama. Me puse mi uniforme blanco y
mi crucecita de oro en el cuello y entré a servir en casa de Miss Leefolt, que acababa
de tener una hija. No tardé en darme cuenta de que algo en mí había cambiado. Una
amarga semilla se había plantado en mi interior, y ya no era tan comprensiva como
antes.
—Arregla la casa y luego prepara una ensalada de pollo me dice Miss Leefolt.
Es su día de partida de bridge, como todos los últimos miércoles de cada mes. Por
supuesto, yo ya lo tengo todo preparado: la ensalada de pollo está lista desde esta
mañana y los manteles los planché ayer, Miss Leefolt me vio hacerlo, pero, aunque
no tiene más que veintitrés años, le gusta escucharse dándome órdenes.
Lleva puesto el vestido azul que le he planchado esta mañana, ese con sesenta y
cinco pliegues en la cintura, tan diminutos que me dejo la vista cada vez que lo
plancho. Hay pocas cosas que odie en esta vida, pero ese vestido y yo no nos
llevamos muy bien.
—Asegúrate de que Mae Mobley no entra a molestarnos. Ya te he dicho que estoy
muy enfadada con ella. Rasgó mi elegante papel para notas en mil pedazos y tengo
que redactar quince cartas de agradecimiento para la Liga de Damas.
Arreglo esto y aquello para sus amiguitas. Saco la vajilla buena y la cubertería de
plata. Miss Leefolt no prepara una mesita de cartas cualquiera, como las otras
señoritas. Aquí se sientan en la mesa del comedor, que tengo que cubrir con un
mantel para ocultarla enorme raja en forma de ele, y pongo el centro de flores sobre
el aparador para esconder los arañazos que tiene en la madera. A Miss Leefolt le
gusta quedar bien cuando tiene invitadas. Puede que lo haga para compensar que su
casa es pequeña. No son gente rica, no señor. Los ricos no se toman tan en serio estas
cosas.

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