Tiene casa con jardín, garaje y un frigorífico de dos puertas con congelador incorporado. La
gente que la ve en el supermercado Jitney 14 nunca se imaginaría que es capaz de
salir de casa y dejar a su hija llorando en la cuna de ese modo. Pero la criada lo sabe,
¡vaya si lo sabe! El servicio siempre se entera de todo.
De todos modos, hoy es un buen día. La niña sonríe.
—Aibileen —le digo.
—Ai-bi —me responde.
—Amor.
—A-mor.
—Mae Mobley.
—Ai-bi —dice ella, y rompe a reír sin parar.
Está muy contenta con sus primeras palabras. La verdad es que ya era hora.
Treelore tampoco aprendió a hablar hasta los dos años. Sin embargo, cuando estaba
en tercero, hablaba mejor que el presidente de Estados Unidos. Volvía de la escuela
usando palabras como «conjugación» o «parlamentario». Cuando empezó la
secundaria, teníamos un juego entre los dos: yo le daba una palabra sencilla y él tenía
que buscar una parecida. Si le decía «gatito», él respondía «felino doméstico». Con
«batidora», respondía «cuchillas con motor». Un día le dije «Crisco»1
y empezó a
rascarse la cabeza. No podía creerse que le hubiera ganado con algo tan sencillo
como el Crisco. Se convirtió en una broma secreta entre él y yo, algo cuyo significado
nadie podría descubrir por mucho que lo intentara. Empezamos a llamar a su padre
Crisco, porque no puedes guardarle respeto a un hombre que se dedicó toda su vida
a machacar a su familia. Además, era el vago más grasiento que se pueda imaginar,
así que el nombre le venía como anillo al dedo.
Llevo a Mae Mobley a la cocina y la siento en su trona, pensando en dos faenas
que tengo que terminar hoy antes de que a Miss Leefolt le dé un ataque: separar las
servilletas que han empezado a deshilacharse y ordenar la cubertería de plata en la
vitrina ¡Ay, Señor! Tendré que hacerlo mientras las señoritas están aquí, supongo.
Saco la bandeja de huevos rellenos al comedor. Miss Leefolt preside la mesa, y a su
izquierda están Miss Hilly Holbrook y su madre, Miss Walter, a quien su hija trata
sin ningún respeto. A la derecha de Miss Leefolt se sienta Miss Skeeter.
ESTÁS LEYENDO
Historias Cruzadas
Fiction HistoriqueEs un libro escrito por Katlyn Stoker para luchar por los derechos civiles de las personas de color en un estado llamado Jackson.En el libro se desarrollan historias de más de una docena de sirvientas de color,cada una de las sirvientas cuenta una h...