¿Por qué carajos me detesta?

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POV annie:

Conforme pasa el tiempo Castiel y yo nos volvimos más unidos, cada sábado acostumbramos ver películas o salir a comer pizza incluso me ha acompañado a mis ensayos en la orquesta de la ciudad, toco el piano, el clarinete y el violín sin embargo el único bacante era para cuerdas frotadas así que tuve que conformarme, las cosas van bien en el instituto, al parecer es lo más estable que he tenido desde que mi padre comenzó a viajar, he logrado hacer buenos amigos y enemigos también pero lo único que aún no me cuadra es la actitud de Lysandro.

Ya llevo cinco meses aquí y nunca he cruzado con lysandro más que un hola o un adiós, justifico las acciones de las personas que me detestan, paso tiempo con Castiel lo que hace amber y su sequito se desquiten con migo y Nath sigue siento amable con migo por lo que Melodi de seguro intenta asesinarme pero por más que hago memoria no logro identificar qué fue lo que le hice a este chico.

-eeehh, Castiel llamando a tierra repito, Castiel llamando a tierra – logro ver como una enorme mano se sacude frente a mi rostro – pero que te sucede, no me harás repetirlo de nuevo ¿o sí?

-¿repetir el que? – le digo confundida, no escuche absolutamente nada.

-en serio eres lerda, ¿Qué si hoy también ayudaras al delegaducho ese?

-Deja de llamarlo así, y no, Melodi lo tendrá solita para el hoy.

-Bueno al menos Melodi tiene mejor frente, de seguro estará mejor acompañado.

-Eres un...

-Ehh, Lys.

-...imbécil.

Se alejó para hablar con Lysandro, no conversamos hasta el final de las clases, al parecer debía hacer unos trámites para conservar su emancipación, si, así es, el niño grande es "independiente", me pregunto cómo sigue con vida, en fin, no podrá acompañarme a casa ni podrá ensayar hoy con Lysandro.

Terminaron las clases y me dirigí a mi casillero para tomar mis cosas cuando de repente observo una libreta color turquesa al lado de las escaleras, se parece un poco a la que Lysandro lleva consigo siempre, será mejor que la guarde y se la entregue.

Recorrí todo el instituto en su búsqueda, prácticamente no quedaba nadie y mis esperanzas de que Lysandro permaneciera en el instituto de esfumaron.

De repente logre divisar una cabellera plateada que se asomaba por los arbustos del jardín, ha de ser el.

-Lysandrooo – levanta su cabeza y me intercepta con la mirada – sí que es difícil dar con tigo.

POV Lyss:

-H-hola anabeth, ¿me buscabas? – no entiendo para que me necesita, el simple hecho de tenerla en frente de mi me pone de los nervios.

-Sucede que encontré tu libreta por accidente y quería...

-¡Encontraste mi libreta!, ¿¡no la habrás leído o si!? – dije en tono severo, perdí el control.

-Y-yo n-no... - vi que su mirada se entristeció, tal vez me excedí.

-Lo lamento, es solo que no me agrada que husmeen en mis cosas.

-¿Que te hace pensar que me interesaría en leer o tomar tus pertenecías?, y si no te gustan que las tomen pues no las dejes por ahí.

-Es mi problema lo que haga de deje de hacer con ellas – como puede ser tan insolente – dámela de una vez, no quiero perder la compostura.

-¿¡Por qué demonios eres así!? – ¿una chica como puede hablar de esa manera? – ¿¡que carajos te sucede con migo!?

Su reclamo me perturbo – no sé a qué te refieres – dije lo más seco posible no tengo porque dar explicación alguna.

-Deja el maldito cinismo, desde que llegue eres esquivo y frio con migo, con las demás personas eres amable y atento, ¿qué te hice para recibir este trato?

¿Qué me hizo para recibir ese trato?, ni yo mismo estoy seguro de lo que fue – ya déjame en paz y dámela libreta –trato de calmarme.

-No hasta obtener una respuesta.

-¡No lo se vale!, tal vez sea por tu desaliñes, o tu forma de expresarte, el que no te puedas guardar lo que sientes o piensas, esa indiscreción, el hecho de que no sepas cuando callar o el hecho de que te relacionarías mejor con un grupo de cuervos que con uno de personas – sus ojos me miraban con sorpresa.

-¿Eso es todo?, ¿¡ESO ES TODO!?

Maldición, hasta yo sabía que era razones estúpidas e insuficientes pero así lo sentía, ¿qué más podría hacer al respecto? - ¿querías tu respuesta?, pues ahí la tienes.

Lo próximo fue mi libreta golpeando con fuerza mi pecho, luego vi cómo se volteaba con determinación y mientras me daba la espalda con ira y frialdad me llamo imbécil, luego se alejó y allí me dejo confundido en medio del jardín, como fue que llegamos a todo esto, como fue que me enfrento por algo tan trivial como ignorarla y cómo fue que sentí que aquellas palabras que había pronunciado comenzaron a perder sentido, en vez de molestarme su actitud comencé a verla con admiración, porque fue más valiente que yo con el simple hecho de reclamarme por algo tan simple, y por el hecho de dejar de darle importancia a lo que ni si quiera yo tengo certeza de sentir hacia ella.

n����9

(CDM) se enamoro de la bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora