CUANDO LA MUERTE NOS ABRACE

2.3K 293 103
                                    



CUANDO LA MUERTE NOS ABRACE


·

·
·


Antes de que empieces a leer quiero advertirte de que este oneshot es muy triste,demasiado quizá. He llorado muchísimo escribiéndolo y no es del todo feliz. Es una realidad alterna en la que no todo fue tan bonito al final en la vida ninja del SasuSaku.


SPOILER: Acaba bien, podéis relajaros :)


Ahora sí, valientes, tomad unos cuantos pañuelos y chocolate caliente para esta historia que la escribí en una madrugada después de leer una historia muy, pero que muy triste. Simplemente todo empezó a ocurrir en mi cabeza y quise sacarlo.


·

·

·


Hace tiempo que perdí la esperanza...Hace tiempo que dejé de intentarlo. Me sentí abatida y sin fuerzas para seguir amando...Quizás ya ni era amor...Quizás sólo era la costumbre, el hecho de haber amado tan intensamente y estar ciega y cerrada a todo lo demás...Me sentía perdida.

Él no regresaba, algunos decían que murió, otros que simplemente quiso desaparecer de todo y de todos...Pero nunca pude imaginar lo que era la realidad...Lo que él había hecho...Corrijo, lo que él me había hecho...

Yo, a mi 27 años de edad me enteré de lo que había sido de él, después de pensar que había muerto o en el mejor de los casos, que aún seguía viajando y que volvería a por mi...La verdad me impactó y me sentó como un baño de agua fría...

Él se había casado y tenía hijos...Tres hijos...

No recuerdo cuanto lloré, cuantas veces maldije y derribé árboles...Pero el dolor...El dolor aún permanece en mi, el dolor nunca se fue...Él me traicionó, pero en el fondo sabía que nunca había sido nada mío...

Lo vi...Luego, con 30 años, cuando regresó a la aldea con su familia, ahora con un hijo más. Se veía feliz, su esposa era hermosa y sus hijos aún más. Pude ver el brillo en sus ojos y por un instante sentimientos contradictorios se formaron en mi pecho.

Lo odiaba por hacerme tanto daño aún si él no quería, pero me alegraba porque al final el podía ser feliz, porque eso era amor...Yo lo amé hasta el último aliento y nunca le deseé mal.

Él presentó a sus hijos y a su esposa. Midorikose llamaba, tenía un nombre tan puro como su apariencia y no pude evitar sentir envidia y celos, pero supe ocultarlo como una buena ninja. Sus hijos, Dante, Riku, Nami y Riuk, todos tenían ojos negros y se parecían tanto a Sasuke que daba miedo. Tan solo Riuk era rubio como su madre...

Recordé entonces cuando siendo niña me imaginé como sería ser la madre de sus hijos, sus nombres: si era niño Daisuke y si era niña Sarada. Lamentablemente eso nunca será realidad.

Me sentí fatigada, no pude permanecer en ese lugar por mucho tiempo y cuando su mirada se cruzó con la mía sólo pude mantenerla unos segundos antes de abandonar el lugar...No podía con el dolor.

La segunda vez que lo vi fue cuando salí a comprar,él acompañaba a su esposa llevando las bolsas y a su hija en los hombros. Lo salude con la cabeza y dejé la tienda. Lo ultimo que vi fueron sus ojos entrecerrados, él sabía que las cosas no estaban bien.

Meses más tarde y por recomendación de Ino decidí irme de la aldea. Todos estaban casados y con hijos, ninguna Kunoichi llegaba a los 31 años sin tener ya su vida hecha y ahí estaba yo, un vivo ejemplo de una perdedora.

Decidí rehacer mi vida, me fui a una aldea grande que necesitaba entrenamiento médico, allí conocí a mi marido, Keith, un hombre divorciado de 30 años, sin hijos y con una trayectoria ninja importante. Él se quedó prendado de mi en cuanto me vio, no es por ser presuntuosa, pero yo era muy bonita, tenía rasgos afilados y maduros, junto con una piel hidratada y pálida. Él era alto, musculoso, de cabello castaño y unos hermosos ojos verdes. Él fue mi segundo amor.

Pasaron dos años hasta que nos casamos y decidimos ir a mi aldea para presentarnos formalmente, yo estaba embarazada. Naruto fue el primero en recibirnos, me abrazó y no me soltó hasta que mi esposo carraspeó. Él me contó lo grandes que sus hijos ya estaban y sobre la vida de los demás. También me nombró a los hijos de Sasuke...Y me susurró en el oído algo que nunca quise escuchar y él contempló mi desagrado. Él pensaba que yo iba a intentar algo con Sasuke...Pero se equivocó, yo no era de esas, no arruino matrimonios felices y ahora estaba felizmente casada y esperando un hijo.

Nos mudamos a Konoha y pronto nació mi hija, mi única hija, Shion. Sus ojos eran como los de su padre y compartía sus hoyuelos, pero el cabello rosa era como el mío. Era muy hermosa y cuando creció lo fue aún más.

Eran contadas las ocasiones en las que había coincidido con Sasuke y había hablado con él.Hubo una ocasión en la que él me preguntó sobre mi matrimonio y yo sobre el suyo...Lo que dijimos sonó tan...Tan normal...Era lo típico que todo el mundo diría y lo que todos quieren escuchar: que son felices, pelean poco y sus hijos son preciosos.

Ambos nos contemplamos un tiempo y quise preguntar que pasó, es decir, porque nunca nos dimos una oportunidad, ¡ah, sí!  Él regresó casado y con hijos, nunca hubo tiempo para mi. Entonces me despedí secamente y me marché, no tenía caso hablar con él.

Pasaron los años y me di cuenta que realmente ya no amaba a Sasuke, pero tampoco sentía un gran amor por mi esposo, Keith...Él pasaba poco tiempo en casa y pronto descubrí la causa...Tenía a otra.Esta vez no dolió tanto, mi corazón estaba duro y me divorcié de él tan pronto como pude...Él sólo susurró un lo siento y unió por última vez sus labios con los míos...Por segunda vez fui una perdedora.

Luego estaba mi hija, la cual estaba profundamente enamorada del hijo pequeño de Sasuke, soy su madre, sé leerla y sentí miedo...Yo sabía lo que era amar a un Uchiha y aún así la dejé amarlo, porque ella no era como yo y el hijo de Sasuke no era como él...No volverían a existir los mismos errores.

Comencé a pasar el tiempo en lo alto de la montaña Hokage, observando todo desde arriba, sintiendo mi vida pasar y yo me arrastraba por ella. Estaba tan sola que sentía unas inmensas ganas de llorar, pero no...Ya tenía cerca de 50 años...Era tarde...El mundo ninja ya no tenía espacio para mi que no fuera en tareas sencillas en el hospital y alguna que otra misión con genins.

Yen el amor siempre fui una mierda...Así que dejé de intentarlo después de la décima cita a ciegas organizada por mi vieja amiga Ino...Todos huían de mis problemas e inseguridades, a algunos incluso les asustaba mi intelecto.

Mi hija se casó con el pequeño hijo de Sasuke...Ahora algo nos unía...Éramos familia pero no de la forma que yo imaginé. Estuve sola en la boda aunque tenía a muchos amigos a mi alrededor. Todos felizmente casados y exitosos, mientras yo me hundía cada vez más en mi miseria. Aunque era muy buena ocultándolo.

–No se te ve muy contenta.- Sí, era él, él siempre supo leerme y me dolió en el alma que me hablara de nuevo.

–Estoy bien, algo cansada, pero eso es todo.- Típico, ¿no tenías algo mejor, Sakura del pasado?

–¿Estás bien?- Preguntó mirando hacia un punto alejado de mi, miré y lo vi,era Keith con su actual pareja, bonita, joven y con una sonrisa preciosa. Ni siquiera había notado que esta allí.

–Oh, sí, sí, todo perfecto, tranquilo.- Le sonreí como pude y como la tristeza me permitió.- Nos divorciamos hace años, es libre de hacerlo que quiera.

–No cuando te puso los cuernos con ella.- Ouch...¿Cuándo se había vuelto tan hablador y directo?

–Cosa suya es, el problema ya no es mio, nunca me quiso lo suficiente y yo lo sabía...-En el fondo siempre lo supe.- Y...¿Y tu esposa?

–Ella se ha retirado ha descansar, está un poco enferma.- La preocupación en su voz me estrujó el pecho.

–No lo sabía...¿Es grave?

–Está en tratamientos médicos, tiene leucemia.

–Oh...Dios santo...Lo siento mucho, si hay algo que pueda hacer dímelo, estaré encantada de ayudarla, veo que te importa mucho, la quieres mucho.- Mis ojos picaron pero me contuve,nunca le guardé rencor...Quizás al principio pero...De nada sirve en la vida odiar, eso aprendí.

–Gracias, ella está siendo tratada por los mejores, creo recordar que fueron entrenados por ti,estoy tranquilo por eso.- Mis chicos, mis alumnos siempre fueron brillantes, hombres y mujeres de provecho hoy en día.

–Ellos son muy buenos, ahora estoy más calmada, ella está en buenas manos.- Miré el reloj de mi muñeca tras un segundo de silencio.- He de irme, me despediré de mi hija y me marcharé, los pies me están matando.

Antes de desaparecer de su vista agarró mi muñeca e hizo que me girara a verlo, mi corazón dio un vuelco espantoso.

–Me alegra poder hablar de nuevo contigo, Sakura...Yo siento todo...Ya sabes.- Lo corté, no debía seguir.

–No te preocupes, Sasuke.- Sí, eliminé el kun hace tiempo.- La vida es así, yo no guardo rencor, me alegro por tu vida y ahora que somos familia todo irá mucho mejor y será mas ameno.- Quise creer mis palabras, pero todo era muy utópico.- Debo irme.- Y me solté de su agarre.

Luego de despedirme de mi hija riéndome un poco de ella al darle consejos para su noche de bodas y ver como se sonrojaba llegué a mi solitaria casa...En la cual ahora viviría sola. Supe que en poco tiempo se me empezaría a caer la casa encima.

Pasaron años, tan solo tres cuando la vida de Sasuke sufrió un duro revés, su esposa murió y quedó destrozado. Sus hijos, ya casados, se refugiaron en sus cónyuges, pero él ahora estaba solo, como yo...

Pero no pude hacerlo, no pude aprovecharme de su debilidad y seducirlo para dejarla soledad, para nosotros ya era muy tarde, 54 años y una vida nada fácil a mis espaldas, sabía que no podría soportar el hecho de que él no me quisiera como a ella...No iba a ser el segundo plato, eso me destrozaría más.

Lo apoyé desde las sombras, dejándole comida al lado del lecho de ella cuando llegaba, sabiendo que iba a estar horas allí, arropándolo cuando se quedaba dormido admirando su lápida...

–Sé que siempre fuiste tú...-Su voz me sobresaltó haciendo que soltara la manta con la que lo arropaba.

–Yo...Lo siento...Sólo quería ayudar.- Quise irme rápidamente pero él me sentó a su lado y me retuvo allí mientras su mirada estaba en la lápida frente a él.

–La conocí en la aldea de la lluvia, ella me curó una herida que tenía en el abdomen.- Oh, no...Yo no quería escuchar eso, me dolía...Yo quería irme, pero por alguna razón me quedé, para que se desahogara.- Ella era pobre, vivía sola y me sorprendió su manera de vivir la vida, era feliz con poco, casi nada. Todo pasó tan rápido, olvidé todo lo vivido, mi promesa de volver, todo...Cuando ya fue muy tarde te recordé...- Mis ojos se llenaron de lágrimas y las quise retener, pero de mi ojo izquierdo escapó una que rápidamente aparté con mi mano, iba a ser fuerte, por mi.- Recordé tu rostro al irme, pero ella ya estaba embarazada, no podía hacerle eso...No podía abandonarla...Llegué a quererla demasiado.- Solté la mano que me tenía agarrada y la puse encima de mis rodillas,apretando el pantalón.- Cuando me quise dar cuenta tenía una familia y decidí volver...Quizá debí haber dado señales de vida antes para que tú rehicieras tu vida...Pero por egoísta que suene yo...

–Para...-No podía seguir escuchando...Me estaba haciendo daño, él me estaba volviendo a quebrar en pedazos...Estaba rompiendo mis barreras.- No quiero recordarlo, eso está en el pasado, ya no existen más sentimientos, ya no hay ningún problema.-Mentí. Sí, aún lo quería, pero no lo amaba, ya no.- Me hiciste mucho daño, lo reconozco, pero eras feliz y con eso me bastó, me alegré cada segundo por ti...Pero me fui porque necesitaba tener mi vida y en la aldea no podría superarlo...- Él me observó en silencio hasta que volvió a hablar.

-Yo no me alegré cuando regresaste con él.- Abrí mis ojos desmesuradamente...¿Había dicho lo que creía haber escuchado?- Por aquel entonces te comprendí y me sentí como la mierda al saber el daño que te causé...Vi a mis hijos y admiré tu vientre y como él lo acariciaba y...¡Joder! Estoy diciendo esto frente a su lápida y realmente...- Estaba en shock.- Me siento liberado, como si me hubiera quitado kilos de encima, creo que ella siempre supo que yo...

–Nunca pensé que diría esto pero...- Tomé aire.-Eres un imbécil, Sasuke Uchiha.- Y sonreí, pero no una sonrisa alegre, sino melancólica y él me la devolvió.

–Me merezco ese insulto y todos los demás que estás pensando.-Suspiró.- Tú nunca hablaste con ella, pero creo que te habría agradado, aunque no puedo decir lo mismo de tu ex.- Reí.

–Él si que es un gilipollas, pero es el padre de mi hija, que no se entere que lo he dicho.- Y por primera vez lo vi sonreír para mi con alegría y sentí celos de que Midoriko lo habría visto hacer eso miles de veces.- Ella te vio hacer eso muchas veces, ¿no es así?

-¿El qué?

–Oh, no es nada...Nada importante.-Estaba comenzando a anochecer.- Será mejor que regreses pronto a casa, creo que va a llover.- Comenté levantándome y haciendo una reverencia hacia Midoriko.- Adiós, Sasuke.

El tiempo volvió a pasar y ambos nos habíamos convertido en grandes amigos, nunca pasó de ahí...Pero llegó el momento más importante de una vida,su final. Enfermé, supe que de esa no iba a salir victoriosa,que iba a ser mi batalla perdida en cuanto ingresé en el hospital con mas de 74 años a mis espaldas. Me costaba respirar, algo andaba mal con mis pulmones.

Y no hicieron esperar mucho el veredicto, así lo deseé yo y así me lo comunicaron. No me quedaban muchas horas de vida. Recibí muchas visitas: los amigos que me quedaban como Naruto, Hinata, Ino, Temari, Shikamaru...; mi hija y su marido, mis nietos, mi ex marido y sus hijos, los hijos de Sasuke y por último...Sí, Sasuke...

Vi en su mirada algo que me sorprendió y se quedó grabado en mi memoria, sus ojos, brillantes y rojos a su alrededor, como si el hubiera llorado...Su semblante pálido y su mano temblorosa al acercarse hasta sentarse en el taburete a mi lado. Mi respiración era pesada pero aguantaría un poco más.

-Así que...Así escomo termina.- Susurró partiéndome el alma de nuevo.- Nunca hubo unnosotros, ¿no?

–Nunca...Nunca lo hubo realmente, eso...eso lo sabes.- Me entrecortaba ante el estado de mis pulmones, lo debía de tomar con calma o me ahogaría.- Quizás...En otra vida, si es que la hay...Tú y yo...Bah, son tonterías de un próximo cadáver arrugado.- Quise bromear de mal gusto.

–No digas eso,maldita sea...- Apretó más su puño.- No vas a...

–Sí voy a morir, Sasuke-Kun...Estoy muriendo ahora mismo.- Añadí eso que hace tiempo no usaba junto a su nombre, sorprendiéndolo.- Ya es tiempo para mi, he tenido una vida feliz en gran parte y me ha gustado pasar los últimos momentos de ella junto a ti como amigos...Sólo lamento no haberlo hecho antes.

–Yo lamento no haberme dado cuenta nunca de lo que significabas para mi.- No pude evitar comenzar a llorar, él se estaba declarando.- Te amé y te amo, Sakura, ya soy un viejo como para andarme con rodeos de niñatos...Lamentaré todo el tiempo que me quede el no haber estado contigo...El no haberte elegido a ti...El no haberte amado a ti desde el principio...- Se acercó a mi apartando mis lágrimas con su mano arrugada y pude contemplar por mucho tiempo lo bello que aun era, lo bello que mis ojos lo veían, aún con el cabello canoso y arrugas en su cara.- Lamento tanto mi vida...

–No la lamentes, tienes una familia preciosa y tendrás la bendición de estar con ella por más tiempo...Lo nuestro nunca estuvo destinado a ser...Es triste pero cierto...

–Sakura...yo...

–Aún te sigo amando, Sasuke-kun...Es algo que penetró mi corazón y llegó a mi alma y me llevaré ese amor conmigo, dado que nunca te lo pude entregar a ti...-Lloré tanto que tuve que calmarme para no ahogarme.- Estoy segura de que nos volveremos a encontrar en otro mundo...Porque mi amor te encontrará...Es muy cursi para esta vieja lo que acabo de decir...Pero algún día habrá un nosotros..Lejos de todo...

–Sakura...- Me besó, pero fue un beso amargo y torpe, un beso cargado de tristeza y de lo que no pudo ser, con mis ojos abiertos pude ver los suyos con el sharingan queriendo guardar todo en su retina.- Quisiera volver al pasado...Pero ya estar de...Sakura.

–¿Te cuento algo? Una vez oí una leyenda...Se dice que cuando mueras aquello que fue tu mayor sueño en vida se realizará para ti, es como el regalo de la muerte, su abrazo de despedida.-Lloré aún más por el miedo que tenía ante mi final.- Espero poder ver como serían nuestros hijos, siempre soñé con eso...-Me comenzó a faltar el aire y miré con miedo a Sasuke que comprendió en seguida lo que pasaba... Vi su mirada triste al hacer la siguiente acción con la cual me fui de este mundo.

Se llevó mi ultimo aliento con un beso...Y así la muerte me abrazó, eternamente.

Hasta siempre, mi amor,hasta siempre, Sasuke.

*****

Dicen que una vez la muerte se enamoró de una historia. La muerte quedó cautivada con aquellos dos sujetos que jamás pudieron amarse verdaderamente, sus vidas no fueron completas y la tristeza estuvo presente.

Ella luchó para que que la historia pudiera completarse. Así que usó un poco de su don para hacer que esas dos almas reencarnaran en otro mundo, conservando todos sus recuerdos. Ellos tardaron exactamente 19 años en encontrarse, ambos, con la misma apariencia supieron reconocerse y se abrazaron como si jamás volvieran a estar juntos.La muerte les había concedido su deseo en ese abrazo, la muerte quiso ser buena por una vez, aunque nunca fue mala, sólo cumplía su deber.

–Sasuke...Me recuerdas...Yo...¡Dios! ¡Te amo! Siempre pensé que estaba loca pero...Eres tú, eres tú...-Susurró la chica de pelo moreno con puntas rosadas...-Lo único diferente en mi es mi cabello, nací morena, al parecer en este mundo el cabello rosado no es normal, pero lo tiñen, aunque eso ya lo sabrás.- Él asintió aún en shock- Hablo demasiado también aquí, ¿eh?

–Aquí me llamo Kenta, ¿te lo puedes creer?- Ella soltó una risa melodiosa.

–Y yo Mai...Pero puedes llamarme Sakura, siempre me sentí más yo con ese nombre.

–Llámame Sasuke.

–En esta vida si hay un nosotros...¿verdad?

–Aquí habrá un nosotros por siempre, Sakura.

–Está bien, pero los nombre de los niños los elijo yo.

– Como quieras. Aunque aún debemos de estudiar para conseguir dinero y tener una buena vida,aquí no valen las misiones...-La chica rió asintiendo.- Estudio Criminología, ¿y tú?

-Medicina, iba a meterme por la rama militar, pero algo me frenó...Y creo que fue el destino...-De un momento a otro algo se vino a su mente.-¿Qué...qué fue de ti cuando yo me fui?

–Viví unos diez años más, tu hija se convirtió en una exitosa medic-nin y tu nieta siguió sus pasos.

–Me hubiera encantado verlo.-Acaricié su rostro.-Ahora tenemos toda una vida para hacerlo todo de nuevo y bien hecho.-Me acerqué para besarlo pero antes me detuve- Te amo.

Y la muerte quedó satisfecha al ver que ambos iban a ser felices y eso la reconfortó, cuando fuera el momento de ambos de partir lo harían felices por su vida, ella ya había cumplido con su cometido. Y ellos estaban agradecidos.





CUANDO LA MUERTE NOS ABRACEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora