Era un día nublado hoy en Ciudad Rubí. Era muy conocida por la delincuencia, cada día que pasaba salía en las noticias un nuevo asalto. Los policías ya no se responsabilizaban, era mucho crimen para ellos.
Michel, un joven de veintiocho años con cabello castaño, alto y medio delgado, iba caminando por las calles, sin cuidado alguno. Él no solía preocuparse, era muy confiado, astuto, valiente y carismático. El único problema era que no aguantaba la sociedad en la que vivía, esa delincuencia, mujeres solas en las calles o niños jugando afuera le preocupaba mucho, él quería hacer un cambio.
Ese mismo día, mientras iba por la calle escuchando de su música, escucho unos gritos no muy lejanos. Miro por la otra calle y vio a una mujer siendo amenazada a mano armada por un par de bandalos. Él dejo su mochila y cubriéndose la cabeza con la capucha que llevaba, fue donde los criminales y los boto al suelo con una patada. Los ladrones soltaron el arma, acostados en el suelo adoloridos.
- ¡Mil gracias joven...! - Dijo la mujer agradecida sin saber quién era su salvador
-No hay de que, soy...- Agradeció el joven pensando en la respuesta, si decía su nombre los bandalos irían por él.
Tomo la mochila y se fue corriendo. Mientras tanto, iba pensando en su gran acto de defender a la inofensiva mujer, al fin hizo lo que soñaba, defender del mal en la ciudad.
Al llegar a su habitación, en un edificio solitario, miro por la ventana. Siguió escuchando muchos gritos de auxilio desde donde estaba. En ese momento, se le ocurrió la idea de volverse un justiciero.
Busco muchos nombres relacionados con héroes, justicia y ayuda. Por fin se le ocurrió Anpro-man, lo que significaría Anti-problemas. Fue a la tienda a comprar telas y al llegar a su casa empezó a hacer su traje, era una vestimenta cómoda, sencillo para pasar desapercibido. Como la primera vez, con una capucha roja que lo cubría con un antifaz de igual color con una letra "A" en el centro.Después de un largo tiempo salvando a ciudad Rubí, Michel escucho a uno de sus amigos leer la noticia de que el presidente, Richter Martínez, iba a eliminar todas las casas de los que no podían pagarlas.
- ¡Ojalá anpro-man haga algo! - Dijo él muchacho junto a él.
-Sí, ojalá- Respondió medio preocupado.Así, Michel fue a su departamento, entro a su habitación y saco su capucha, se puso el antifaz y al ver la televisión, vio que el presidente estaba camino a donde destruirían la primera casa; Esa misma casa que era de uno de sus amigos.
Fue corriendo por las veredas y a unos pocos minutos llego al lugar, donde todavía no llegaría el presidente. Se escondió detrás del muro y al pasar menos de cinco minutos, Richter llego. Anpro-man salió del escondite y sin importar cuantos guardas espaldas hubieran, él heroicamente derroto a cada uno de ellos. El presidente quedo solo sin seguridad, en ese momento, Anpro-man lo miro a los ojos, sin tocarlo ni nada le dijo respetuosamente:
- Espero que sepas a respetar a todos por igual, sin importar su situación económica, ellos son como tú o yo, mejor dicho, como todos los de este mundo. Algunos con más dinero, otros con menos, pero hay gente tan pobre que lo único que tienen es un lugar para vivir.
- Es la pura verdad, Anpro-man, gracias por enseñarme esta lección, juro ser esa persona que tú y los demás quieren que sea- Dijo entendiendo lo dicho por su héroe.
Así Anpro-man se retiró de la escena antes de que periodistas y policía llegara. Fue a su departamento y mirando el atardecer dijo:
-Bien Anpro-man, hiciste tu sueño realidad y mejoraste a la ciudad, mejoraste el pensamiento de una persona negativa.
ESTÁS LEYENDO
Anpro-Man
Science Fiction»Sipnosis« Era una fría tarde en ciudad Rubí. La gente caminaba por las calles con miedo, se acostumbra a robar, matar, drogar y cosas más. Michel, que toda su vida quizo hacer un cambio, llego el momento. ¿Pero quien sabe si lograra sobrevivir ca...