Cap 1: Primer encuentro

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"El mundo de la cocina es para hombres", era lo que el padre de HeeYoung le había dicho cuando ella le contó que quería ser chef. Desde ese momento supo que no importaba lo que se interpusiera en su camino, ella iba a cumplir su sueño. Avanzó mirando siempre hacia delante, sorteando todos los obstáculos que encontró en el tortuoso camino. No importaba cuantas cosas tuviera que dejar detrás, nada ni nadie iba a detenerla.

Con sudor y lágrimas es como llegó a donde se encontraba en ese momento. Sous Chef de uno de los más reconocidos restaurantes de todo Seúl. Renunciando a tener vida propia, a encontrar el amor, prácticamente a su condición de mujer. Muchos creían que había renunciado a demasiadas cosas, pero ella jamás lo creyó así. HeeYoung siempre tuvo claro su objetivo y jamás había apartado su vista de este.

-¡Dos especiales del día para la mesa 3! ¡Pasta con salsa de hongos y risotto con mejillones y trufa para la mesa 17!- gritó desde la mesa de comandas antes de volver rápidamente a su fogón.

-¡Si Chef!- gritaron sus compañeros al unísono.

El estúpido de su jefe, el famosísimo Chef Carlo, tenía que grabar un programa ese día y como Sous Chef ella tuvo que ocupar su lugar en la cocina. Lo detestaba, era arrogante, creído, malhumorado... Y por sobre todas las cosas aquel estúpido nombre. ¿Chef Carlo? Se reía como si no hubiera un mañana cada vez que lo recordaba, y tenía que contener la risa cada vez que debía llamarlo así en el trabajo. Era más Coreano que todos sus empleados juntos, pero nadie sabía su nombre real.

-¿Qué es esta mierda?- gritó HeeYoung cuando JungSo, el encargado de las pastas, presentó el plato antes de enviarlo al comedor.- ¿Le podemos dar esto a nuestros clientes? ¡Está quemado JungSo! ¡No se ve pero lo huelo!- vacío furiosa el plato en el cubo de la basura.- ¡Hazlo de nuevo!- le gritó al joven cocinero.

-¡Si Chef!- dijo agachando la cabeza y volviendo a su lugar de trabajo.

Era Viernes, uno de los peores días de la semana. Heaven, así se llamaba el restaurante, estaba completamente lleno los fines de semana. HeeYoung aún no entendía por qué su jefe le había puesto aquel nombre al restaurante, si trabajar junto a él era un jodido infierno.

-Listo, ese fue el último del día.- Se quitó el delantal y lo dejó sobre la mesa de las comandas.- Buen trabajo. Antes de irse a su casa, dejen cada uno limpia su estación y lista para mañana.

-¡Pero Sous Chef!- se quejó JungBae.- ¿Para qué está YooRa?

-¡Es la asistente no tu criada!- gritó y posó su mano en el hombro de la chica cuando pasaba a su lado.- Y si no te gusta, dile al Chef Carlo que contrate personal de la limpieza.

-Es un maldito demonio...- dijo entre dientes JungBae. Para su suerte HeeYoung no la había escuchado.

Ya en el vestuario miró su reloj, las doce de la noche, había sido un día muy largo. YooRa entró poco tiempo después que ella.

-Gracias Sous Chef- le dijo la chica mientras comenzaba a cambiar su ropa.

-Mira YooRa, en el mundo de la cocina, no permitas jamás que nadie te pisoteé. Si no eres tú la que pisa cabezas, todos pensaran que existes solo para cumplir sus ordenes y pensarán en ti como el más débil solo por ser mujer.- Se giró quedando frente a ella y la tomó por los hombros.- Tú trabajo es preparar los vegetales, lavar los platos y sartenes y alcanzarnos todo lo que necesitemos mientras los fogones estén encendidos. Cuando estos se apagan, el deber es de cada uno dejar lista su estación para el próximo día, que no se aprovechen de ti niña.- YooRa asintió.- ¡Se fuerte! Este mundo es complicado, pero si es tu sueño lo lograrás.

YooRa apenas era una niña de veinte años y este era su primer trabajo en una cocina. HeeYoung se sentía muy identificada con ella. Ahora con treinta años ocupaba un buen puesto en la cocina, pero a sus tiernos 20 también había tenido que hacer ese trabajo. Cuando te adentras en el mundo de la alta cocina, nunca empiezas desde arriba. No importa cuan talentoso seas, cuantos años hayas estudiado, tienes que empezar desde abajo e ir ganándote un mejor lugar con mucho esfuerzo. Y a HeeYoung le había costado mucho esfuerzo llegar a su posición actual, y había tenido que endurecer su carácter para no ser sobrepasada por nadie.

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