Decide princesa

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Gabrielle ella mató a mi hijo - grité mirándola sintiendo odio - te dije que tenía que morir, ella es hija del mal

La escena cambió y me encontraba en una cueva iluminada por una gran luz, al frente mío un niño rubio que me miraba con súplica

Solan, Solan escuchame, entra en Elíseos, tu lugar es ahí, ¡Ah! - grité agarrando mi abultado vientre sintiendo los malestares del parto

Con una condición, nunca me olvides - me dijo a punto de llorar

Nunca lo haría hijo - le respondí entre bocanadas de aire

Dile a Eva que su hermano mayor la quiere - dijo tocando mi vientre

Así lo haré - prometí - ahora entra

Obedeció internándose en Elíseos, la visión cambiaba no sin antes dejarme ver la sonrisa de despedida de Solan.

Me encontré en un bosque apoyada en un viejo árbol, los dolores de las contracciones eran cada vez más fuertes, sentía como Eva luchaba por salir.

Xena, xena mirame - me ordenó el hombre que estaba a mi lado, que aunque no podía verle el rostro sabía quién era - Gabrielle ya viene, ella te va a ayudar

Hércules, tu padre - dije sintiendo la presencia del dios del rayo cerca

No se atreverá a dañarlas - dijo seguro - primero me mata a mí, no dejaré que nada les pase

La va a querer matar - dije en un gruñido - ella será el fin de los dioses

Concentrate en el parto Xena - me ordenó - yo me encargo de los dioses

Un destello apareció en frente de los dos, Hércules tomó mi espada que reposaba a mi lado para encarar a la diosa presente.

Hera - gemí de dolor por la contracción y puse mi mano sobre mi vientre a modo de protección

Vengo a ayudar Hércules - dijo mirándome - no permitiré que Zeus ponga una mano sobre mi nieta

¿Dónde está el cobarde de tu hijo? -  rugió él bastante enojado

Ven Hércules - dijo suspirando - necesitarás un arma que espante a mi marido cuando venga por la niña

Ambos desaparecieron, sentí un fuerte dolor, mis paredes se habían abierto, mi hija estaba naciendo.

Vamos Xena, una vez más - dijo Gabrielle

Un llanto calmó mi dolor, y el destello de un rayo se vio a la distancia, Gabrielle colocó a mi hija en mis brazos y mi felicidad no cabía en mi pecho.

Xena - llamó Hércules apareciendo a mi lado - es hermosa - sabía que él tenía un brillo especial en los ojos al ver a mi pequeña

Se llamará Eva - le dije tocando su pequeña mano

Mi pequeña hija, mi dulce Eva - dijo él con ilusión acariciando la cabeza de una bebé sonriente

Nuestra pequeña - se metió Gabrielle a lo que reímos

Una explosión cercana nos sacó de ese momento, la escena cambió, me encontraba en una batalla, ejércitos enteros, dos bandos fuertemente armados, entre ellos monstruos.

Estúpidos Romanos - masculló un soldado a mi lado

Los romanos siempre van a ser estúpidos - contesté furiosa -será mejor que vaya a darle mis saludos formales a César

Otra vez todo cambió, me encontraba en un palacio egipcio, en la recámara de la reina, Cleopatra.

Horus - llamé - será mejor que busques un anfitrión pronto, esa niña acabará con tu reino

La reencarnación de Xena ¿Hija de los dioses?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora