Capitulo 11

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Me tumbo en el sofá y cierro los ojos, poco a poco mi mente se deja ir y vuelvo a pensar en la entrevista con Ryan....

—¿Qué ah aprendido de este momento señor Morrison?.—Pregunta Ryan mirándome con un cóctel en la mano.

Miro a mi al rededor y me doy cuenta que estamos en la azotea, al exterior. Es de noche, una ligera brisa toca mi cabello. Desde abajo el ruido del tráfico en aumento.

—Le gusta controlar la situación, ni una sola vez ah perdido su temperamento.—Exclamo pasándome una mano por el cuello.

—Aprendí algo esta noche...—Su tono enigmático me impide decir algo.

Carter pasa su mano contra mi cuello y me empuja a besarlo. Mi corazón pierde el control, sus cálidos labios saben a whisky. La sensación es voluptuosa, suave e inquietante. Mi cuerpo entero parece vibrar al contacto, cuando abro los ojos de nuevo estamos en la limusina.

—Estaremos en casa en cinco minutos señor.—Replica Stewart.

¡¿Qué?!, ¿Pero porque?....

—¿Y si la hice perder el control?.—Poco a poco desliza sus manos por mi cuerpo y me hace cambiar al asiento de atrás.

Se acuesta a mi lado y poco a poco acaricia cara centímetro de mi. La sensación es deliciosa, como si ya la hubiese sentido. La sensación es demasiado agradable para seguir luchando, solo quiero sentir sus manos y su aliento caliente sobre mi.
La presencia de Stewart en la parte delantera no me molesta, incluso es más emocionante.

Estoy ardiendo, muy ardiente, de repente las llamas parecer bailar al exterior de la cabina.

Me despierto de un sobresalto, estoy empapado de pies a cabeza, tengo la espalda sudorosa y mi corazón late a toda velocidad. Hago una mueca, el cuello y la espalda me duelen, estoy consiente de que estoy dormido en el sofá.¡¿Qué era ese sueño?!. ¡Me siento muy emocionado!, Mejía voy a tomar una ducha de agua fría para extinguir el fuego que tengo en mi interior, y en mis pantalones. La buena noticia es que era solo un sueño, por lo tanto no he echo nada malo,

—Un sueño bastante agradable.—Digo entre jadeos recostándome contra la pared.

Solo espero que Carter no me pregunte si tuve una buena noche mañana por la mañana.

Esta mañana no me he cruzado con Carter. Debo decir que me conviene, después de soñar que me abrazo en la parte trasera de su limusina me siento febril con la idea de verlo. Tengo mucha dificultad para concentrarme. De repente tres pequeños sonidos golpean a mi puerta antes de que la secretaria aparezca, solo alcanzó a mirar sus ojos, por la pila de documentos al frente de ella, es inmensa. Deposita los documentos sobre mi escritorio y resopla.

—El señor Carter quiso que le trajera estos documentos.

—Muchas gracias.—Musitó sin despegar mi mirada de la computadora.

Sale tan pronto como llego, y me deja con todo este montón de papeleos, y algunas hojas amenazan con derribar la frágil pirámide improvisada.
¡Hay que empezar desde el principio!, tomó suavemente la primera carpeta de la pila, ahora giran los documentos unos contra otros como si dos imanes los atrajeran por cada lado, ¡Todo colapsa en una fracción de segundo.
"Oh no, no, no." Pienso mientras la pila de carpetas cae sobre mi, trató en un momento desesperado tomar lo poco que queda, ¡pero nada!, no se puede luchar contra el poder de la gravedad.

Carter's.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora