Tú horóscopo dice que 'hoy es un día para arriesgarse'-
Leyó Mindy, apoyada contra las taquillas, con su nariz enterrada en su nuevo ejemplar
de Cosmos.
-No puedo creer que leas eso- Me reí, revisando los libros que tenía que llevar a casa.
-Me refiero a que ¿realmente tienes que saber '75 Trucos Sexuales para Volverlo
Salvaje '? ¿Veinte y tantos no sería bastante para alguien?”- Mindy resurgió de las
páginas, con una sonrisa sobre su cara.
-Podrían venirnos bien algún día. ¿No quieres estar preparada en el caso de que
quieras 'volverlo salvaje'?- Enrojecí, recordando la conversación con Mamá, el sueño
que yo había tenido con Lucius, los sentimientos que yo había experimentado esa
noche en su apartamento cuando él había hecho aquel truco estúpido con sus dientes.
Y Jake, sin camiseta, estando de pie al lado de aquel camión...
-Bien, seguro. Supongo. Pero no es como si fuese a usar cualquiera de esos trucos
pronto.-
-Hey, nunca se sabe.- Mindy señaló detrás de mí. -¡Mira quién está aquí!- Me di la
vuelta, mitad esperando ver a Lucius entre la muchedumbre de estudiantes que se
preparaban para irse a casa. Mindy estaba fuera de control, y si ella hablaba de sexo,
una mención sobre Lucius no podía estar lejos. Pero no, era Jake, tirando su chaqueta
de cuero de su taquilla. Me giré de nuevo hacia Mindy, fingiendo un interés aún mayor
al contenido de mi propia taquilla.
-Deberías ir a hablar con él- Me aconsejó Mindy, demasiado alto. -A menos que hayas
decidido que Lucius es la mejor elección…-
-Lucius no es mejor, y él no es una elección.- Dije.Bueno entonces, esta es tú oportunidad para pedirle a Jake ir con él al carnaval de
otoño- Dijo Mindy. Sostuvo su revista Cosmos en alto.- Escucha tu horóscopo.
“Arriésgate”-
-Sé que tú lo lees, pero tú realmente no creerás lo que 'esa guía de las estrellas' dice,
¿verdad?- Cerré mi taquilla, cargando con el montón de libros.
-Por supuesto- Dijo.
-No, tú también, Mindy… ¿No hay ni una sola persona razonable en el universo?-
-Jake estaba obviamente colado por ti, en tu casa esa noche…- Añadió ella. -Me refiero
a que él apenas se dirigió a mí.-
-¿De verdad?-
-Jess, yo era como invisible. Ve. Pídele ir al carnaval. A menos, por supuesto, que
hayas cambiado tus pensamientos respecto a Lucius…-
-No- Le aseguré.
-Entonces pídeselo a Jake. -Eché un vistazo a mi vestimenta. ¿Por qué había llevado yo
mis viejos asquerosos Chuck Taylors (vaqueros)? Yo no había perdido aquellos cinco
kilos, tampoco.-
-Ah, no, creo que… me veo terrible, y… bien, ¿no debería Jake preguntarme a mí?-
-No estamos en La Edad Media- Puntuó Mindy. -Las chicas le piden salir a los chicos.
Ocurre todo el tiempo, lo cual sabrías si leyeses Cosmos.- Mindy ganó un punto ahí. Si
hubiera una cosa de la que yo estaba harta, era eso, tener un pie pegado en La Edad
Media. Me preguntaba lo que Mindy pensaría si ella supiera que yo supuestamente no
tenía ninguna opción cuando eligiese marido, sin hablar de mi cita para el carnaval de
otoño del Instituto Woodrow Wilson. De todos modos no estaba convencida de que la
petición a Jake fuese un buen plan.
-Yo podría ir sin una cita.-
-Pero es más guay tener una. Y mejor que te des prisa, él se está yendo.- Giré otra vez
para ver a Jake cerrar de golpe su taquilla. Mindy me dio un empujoncito. -¡Ve! -Su
segundo empujón no me dio ninguna opción. Sobre todo ya que Jake andaba en
nuestra dirección.
-Hey.- Sonrió cuando prácticamente me choqué con él. -Gracias por la bebida del otro
día.-
-Seguro.- Brillante, Jess. Miré alrededor en busca del apoyo de Mindy, pero ella y su
Cosmos con sus “75 Trucos Sexuales para Volverlo Salvaje” habían desaparecido.Yo acabo de estar hablando sobre ti- Dijo Jake -Oí que tú vas a ganar seguro un
puesto superior en 4-H este año.-
-¿De verdad?-
-Sí. Faith dice que tu Appaloosa puede saltar realmente-
-¿Faith Cross dice eso? ¿Estás seguro?- Incluso aunque Faith alojara a su purasangre en
la granja de mis padres, ella lograba actuar como si yo no existiese. Como Lucius, ella
pareció confundirme con algún tipo de “la mozo de cuadra”. Seguramente no pensé
que ella alguna vez se había molestado en mirarme montar.
-Sí. Faith piensa que tú eres su mejor competencia.-
-Nunca venceré al purasangre de Faith- Dije. -No con Appaloosa. Ni siquiera con uno
tan bueno como Belle.-
-Estoy seguro de que lo harás genial.- Jake vaciló. -Quizás algún día pueda ir a verte
montar.-
-¿De verdad? Quiero decir, eso sería genial.- Reí, encontrando la mirada fija
maravillosamente dulce de Jake. Sus ojos azules eran tan benditamente… sencillos. No
oscuros, aterradores y cambiables. Y sus dientes... tan maravillosamente normales.
Tan distintos de un colmillo. Jake parpadeó. Había un silencio brevemente incómodo.
Era ahora o nunca. Suspiré. -¿Jake?-
-¿Sí?-
-¿Vas a ir al carnaval?- Mi corazón estaba haciendo tanto ruido que temí no escuchar la
respuesta. ¿Por qué estaba pensando que quizás nosotros podríamos… ya sabes, ir
juntos? Él hizo una pausa.
-Bueno, realmente no estoy seguro.- Oh, no. Incluso, medio sorda, oí la vacilación de
su voz. Él me rechazaba. Yo lo sabía. Esto es los Chucks (vaqueros). Esto tiene que ser
los Chucks. O los cinco kilos…
-Ah, entiendo- Interrumpí, mis mejillas ardían. -Esto no es ninguna gran cita.-
-No, espera.-
-¡Hey, Urraca!- Un brazo pesado rodeó mis hombros, y me encontré mejilla con
mejilla con Frank Dormand, que colgaba sobre mí, con una sonrisa fangosa sobre su
cara gorda. Horrorizada, traté de resbalar para liberarme, pero Frank me sostuvo
apretada, dándome una pequeña sacudida. -¿Acabo de oírte pedirle a Jake ir al
carnaval? ¿Qué es esto?Déjalo, Frank- Rogué, presionando los libros contra mi pecho. -Esto no te incumbe.-
-Sí, Frank- Dijo Jake -Lárgate de aquí- Frank arrugó mis rizos.
-Oh, vosotros niños locos.- Traté de apartar su mano y alisar mi pelo, pero estaba tan
nerviosa que dejé caer mis libros de mis manos sudorosas. Mis deberes se estrellaron
contra el suelo, mis papeles se dispersaron por todas partes. -Piérdete, Frank- Pedí
furiosa. Una cosa era darme un insulto rápido en la cafetería, pero él ha ido demasiado
lejos esta vez....
Frank le guiñó un ojo a Jake.
-Así que ¿Qué va a ser, Jake? ¿Vas a llevar a La Urraca? Porque se rumorea que ella se
lo monta con ese empleado de funeraria extranjero que vive en su garaje. ¿Te lo estás
tirando, verdad, Jess?- Torcí bajo el brazo de Dormand, tratando otra vez de apartarle,
cuando de repente fui liberada. Frank fue estrellado contra una taquilla, su garganta
estaba siendo apretada por un tranquilo pero muy decidido estudiante rumano de
intercambio. Los talones de Frank golpearon el metal.
-¡Hey!- Pero Lucius sólo levantó a Frank un poco más alto.
-Los caballeros, no hacen a las mujeres preguntas impertinentes sobre temas
delicados.- Su voz casi sonaba aburrida. -Y ellos, nunca usan expresiones ordinarias
en compañías mixtas. No, a no ser que ellos estén dispuestos para afrontar las
consecuencias.-
-¡Lucius, no!- Grité horrorizada.
- Suéltame- Chisporroteó Frank, su cara se tornaba tan roja como la mía. Él agarró en
vano el apretón de Lucius a la vez que una muchedumbre se juntaba en el pasillo. -Me
estás ahogando, tío.-
-Déjale ir, Lucius- Supliqué, mirando como el rostro de Fran k se volvía azul. -¡Se está
asfixiando!- Lucius alivió su apretón, permitiendo a Frank, tocar el piso con los dedos
de los pies, pero manteniéndolo firmemente agarrado.
-Dime lo que quieres que haga con él, Jessica- Impulsó Lucius, sobre su hombro.
-Nombra el castigo. Se lo haré pagar.-
-¡Nada, Lucius!- Dije mientras mi cara se tornaba más brillante. Él no es mi
guardaespaldas. -¡No es tú pelea!-
-No- Lucius estuvo de acuerdo. -Esto es mi placer.- Él recobró su atención por Frank,
que había dejado de luchar y había permanecido aplanado, inmóvil, contra la taquilla,
con los ojos hinchados. -Tú, recogerás los libros de la señorita, se los darásamablemente, y pedirás perdón- Ordenó Lucius. -Entonces iremos fuera y
concluiremos nuestro asunto.- Él soltó a Frank, quien cayó delante, muriéndose por
respirar aire.
-No voy a pelear contigo- Farfulló Frank frotándose el cuello.
-Será una lección, no una pelea- Prometió Lucius. -Y cuando hayamos terminado, no
volverás a molestar a Jessica otra vez.- Compartí una mirada de preocupación con
Jake, quien permanecía silencioso y prudente.
-Solo pasábamos tiempo juntos- Se quejó Frank. Lucius lo fulminó con la mirada. Él
parecía llenar el vestíbulo.
-De donde vengo, causar angustia a una mujer no es divertido. Yo debería habértelo
aclarado el otro día. No perderé otra oportunidad.
-¿De dónde vienes?- Le desafió Frank, hinchando su pecho, un poco más valiente ahora
que él podía respirar. -Algunos de nosotros, empezamos a preguntárnoslo.-
-Vengo de la civilización- Repuso Lucius. -Tú no estarías familiarizado con ese
territorio. Ahora recoge los libros.- Frank debió de haber oído el gruñido bajo de
Lucius en la advertencia final, porque él se dobló e hizo lo que le dijeron, murmurando
el todo tiempo. Él depositó los libros en mis manos y comenzó a escabullirse lejos.
Lucius lo agarró otra vez. -Te olvidaste de pedir perdón.-
-Lo siento- Dijo Frank a través de sus dientes apretados. Lucius dio a Dormand una
pequeña palmada.
-Ahora, vamos fuera.-
-Lucius- Dije, agarrando su brazo. Sus músculos eran rígidos bajo mis dedos. Él
destruiría al flácido de Dormand, quien no podría hacer ni diez saltos aunque su vida
dependiera de ello. -Para. Ahora.- Lucius me miró fijamente.
-Tú vales esto, Jessica. Él no te faltará al respeto. No en mi presencia.-
-Tú no puedes hacer esto aquí… no así- Le advertí. -Esto, no es Rumanía.- Esta no es tu
familia, con cuyas reglas brutales te viste forzado a vivir- Pensé -Has ido demasiado
lejos- Nos miramos fijamente el uno al otro durante un buen rato. Entonces Lucius miró
a Frank.
-Largo de aquí. Y siéntete afortunado de tener un indulto. Porque no conseguirás otro,
no importa lo que Jessica desee.Monstruo- Murmuró Frank. Pero él se perdió entre la multitud, la cual se deshizo
detrás de él, dejándonos solo a Lucius, a Jake y a mí. Jake comenzó a dar marcha atrás,
también, pero Lucius había terminado.
-Creo que vosotros dos estabais manteniendo una conversación. Por favor. Terminad.-
Dijo Lucius.
-Lo hemos hecho- Prometí, apartando a Lucius. Él se mantuvo en su sitio sin quitar sus
ojos de Jake.
-¿Es eso verdad?- Le preguntó Lucius a Jake. -¿Habéis terminado?-
-Yo… nosotros estábamos hablando sobre…- Balbuceó Jake mirando sus pies. -Mira,
Jessica, hablamos más tarde.-
-Está bien. Jake, lo entiendo. Por favor, no tienes que decir nada más.- Las lágrimas
que se habían estado formando en mis ojos durante cinco minutos empezaron a
derramarse.
-¿Por qué está llorando?- Quiso saber Lucius. -¿Le has dicho algo?- Refiriéndose a Jake.
Él puso sus manos arriba.
-No, lo juro.-
-Vete, Lucius- Insistí. Lucius vaciló.
-Por favor.- Él encontró mis ojos. Yo vi la compasión en su mirada, y era
probablemente lo peor de todo el día. La compasión de un marginado por mí.
-Como tú desees- Dijo, y se distanció. Pero no sin antes añadir -Te estoy vigilando a ti,
también, Zinn.-
-Hey- Jake se calmó cuando Lucius estuvo fuera de alcance para oírnos. -Eso fue
intenso, ¿huh?- Me sorbí los mocos, limpiando mis ojos.
-¿Qué parte? ¿Cuándo Lucius casi mató a Frank o te amenazó?-
-Todo.-
-Lo siento mucho.-
-No, está bien. Frank es un gilipollas, se lo merecía.-
-Todo ha sido tan embarazoso.-
-Sí. Un poco lo fue.-
-No te preocupes por lo del carnaval- Dije. -Fue estúpido por mi parte preguntártelo.No, iba a decir que sí.- Jake alzó la vista a lo largo del vestíbulo en la dirección en que
Lucius se había marchado. -A no ser que vosotros dos estéis… juntos o algo. Me
refiero al rumor. Y Lucius parece un tipo… posesivo, de ese modo.-
-No.- Me salió una especie de ladrido. -Lucius no es mi novio. Más bien un… hermano
mayor sobre protector.-
-Bueno, él no trataría de enyesarme contra una taquilla si vamos, ¿verdad? Porque yo
podría tomarlo, pero habiéndolo visto en la acción, pienso que sería un infierno de
lucha- Dijo Jake mitad bromeando.
-No, Lucius es inofensivo -titubeé. Si no tienes en cuenta el hecho de que él piensa que
es un príncipe guerrero que representa a una raza de semi-caníbales de murciélagos
no-muerta.
-Entonces te llamaré, ¿vale?- Prometió Jake.
-Genial.- Sonreí, casi olvidando que acababa de llorar. Jake empezó a caminar, luego
vaciló.
-¿Jess?-
-¿Sí?-
-Me alegro de que me lo pidieses.-
-Yo también- Dije, silenciosamente agradeciendo a Mindy y su fe en los horóscopos y
en Cosmos mientras me daba la vuelta sonriendo.
Lucius estaba esperándome fuera del instituto, sentado en un tranco de la pared junto a
la entrada. Cuando él me vio, saltó y ofreció sus manos para llevar mis libros como él
siempre hacía cuando lograba detectarme después del instituto.
-Hemos perdido el autobús.- Señaló Lucius. Él no sonaba decepcionado.
-Podemos caminar hasta la oficina de Mamá. Ella nos dará un paseo.- Grantley College
solo estaba a unos pocos minutos del instituto.
-Una idea excelente.- Lucius caminó a mi lado y nos dirigimos hacia el campus a
mediados del fresco otoño a última hora de la tarde. Durante unos momentos de
silencio, él sacó un pañuelo liso de lino del bolsillo interior de su abrigo, dándomelo.
-Tu cara está llorosa.Gracias.- Dije aceptando el pañuelo. Sequé mis mejillas y soné mis mocos. -Aquí
tienes.- Dije tendiéndoselo. Lucius levantó una mano negando con la cabeza.
-Quédatelo. Te lo ruego. Tengo otros.-
-Gracias.- Doblé el pañuelo, tratando de meterlo en mi bolsillo.
-Un placer, Jessica.- La mirada fija de Lucius se fue volviendo remota, su tono se tornó
distraído. Un rato más tarde, él avanzó ligeramente delante de mí, andando hacia atrás,
se inclinó buscando mi cara. -Ese muchacho… ese 'musculitos' de Zinn…-
-¿Qué pasa con Jake?- Fue mi turno para mirar lejos, enfocándome en la cera rayada
por roble.
-Él es… ¿él es alguien por el que te sientes honestamente atraída?- Crucé los brazos
sobre mi pecho, encogiéndome, dando patadas en una bellota caída.
-No lo sé. Quiero decir…-
-Bueno, vas a acompañarle a esa gala de la que todo el mundo habla…-
-Es un carnaval. Como una fiesta en el gimnasio. No una 'gala'. Nadie dice 'gala'. Al
menos nadie en Woodrow Wilson.- Lucius frunció el ceño.
-Carnaval, gala… lo que sea. ¿Estáis saliendo?- ¿Es eso dolor en los ojos de Lucius? ¿O
simplemente la oscuridad habitual?
-Es solamente una cita, pero sí, supongo- Admití, no segura de por qué de repente me
sentí culpable. Yo no tenía ninguna razón de sentirme culpable. Solamente porque
Lucius creyera, que fuimos prometidos, no me hace una estafadora, yo lo flipo. Pero él
siguió mirándome fijamente, entonces añadí sin convicción, -Espero que esto no sea
un problema. Con lo del pacto y todo.
-Es solo que me cuesta entenderlo.- ¿Qué? Esto tenía que oírlo
-Pensé que tú lo sabías todo.-
-Él ni siquiera te defendió.- Lucius se frotó la barbilla, un tanto confuso Tenía que decir
algo en mi defensa, y en la de Jake.
-Aquí las mujeres se defienden solas. Los hombres no tienen que luchar por nosotras.
Te lo dije, puedo manejar a Dormand.-
-No del modo que yo puedo defenderte por tu parte. No del modo que Zinn debería.
Tanto sí como si no, tú estás obligada por género. Tú puedes espantar una mosca, pero
yo podría aplastarla. Cualquier macho honorable habría interferido.Hey.- Protesté. -Jake tiene honor.-
-No el suficiente para protegerte.-
-Oh, Lucius.- Gemí. -Jake piensa que te sobrepasaste y tiene razón.- Lucius sacudió su
cabeza.
-Entonces es que no vio tu cara.- No tenía nada que decir a eso. Retomamos el paseo
en silencio, Lucius adaptó sus enormes pasos a los míos. Él parecía aún más distraído
que antes, con el ceño fruncido sobre su rostro.
Pasamos por las puertas del campus Grantley, que se dirige hacia el Pasillo Schreyer,
donde estaba la oficina de Mamá. De repente Lucius se mejoró.
-Tú conduces, ¿verdad? ¿Tienes licencia?-
-Bueno, sí, seguro. ¿Por qué? ¿A dónde quieres ir? ¿Al banco de sangre?-
-Creo que me gustaría comprarme algunos vaqueros- Anunció Lucius. -Quizás una
camiseta. Y ellos son muy estrictos con los zapatos en gimnasia. Mis suelas rumanas
rompen algún tipo de regla. Al parecer necesito zapatos con una suela de plástico
sobre si quiero seguir jugando al baloncesto.- Me detuve de sopetón.
-¿Quieres comprarte ropa normal?-
-No, quiero poner al día mi guardarropa, en armonía con las normas culturales -
Corrigió -¿Sabes de esos famosos puntos de venta, de los que tanto oigo, verdad?-
Murmuré, apuntándole con un dedo en el pecho.
-Espera aquí. No te muevas. Le preguntaré a Mamá si podemos tomar prestada la
camioneta.- Esto tengo que verlo. ¿En qué lugar del mundo Lucius Vladescu parecería
normal? Y más importante, ¿Como un alto e imponente rumano, vestido con pantalones
negros de sastre a medida se vería en un par de vaqueros?
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Guía de Jessica para ligar con vampiros
VampirJessica piensa pasárselo "de muerte" en el último curso de instituto. Lo que no sabe es que un "no-muerto" ya ha planeado todo su futuro... Un misterioso estudiante de intercambio llamado Lucius Vladescu irrumpe en la vida de Jessica asegurando que...