Siempre y Para Siempre

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  –Te quiero Alexander Dylan Cooper -Dijo Allyson finalizando sus votos.

Alexander sonrío dulcemente y posó un suave beso en los labios de la mujer que en unos minutos sería su esposa. Alex la miró, estaba radiante enfundada en un precioso vestido de corte princesa de Vera Wang. ¿Cómo había podido tardar tanto en darse cuenta de que quería pasar el resto de sus días junto a esa maravillosa chica de larga melena rojiza y grandes ojos miel? Alex suspiró y sacó una pequeña hoja del bolsillo de su impecable –y carísimo- traje de Armani hecho totalmente a medida. Carraspeó y dio un paso atrás antes de comenzar a leer sus votos.

-Yo... - Comenzó sintiendo una feroz presión en el estomago que le invadía por completo.
Alex presumía de ser uno de los economistas más importantes de Wall Street, un monstruo del las finanzas. Pero, en cuanto a mostrar sus sentimientos se refería, el monstruo se convertía en un niño asustadizo cobijado bajo un caparazón. – Yo...

-Hey – Dijo Allyson apoyando el brazo sobre el hombro de Alex- ¿Estás bien?

Alex la miró y asintió.

-No tienes que hacerlo- Le tranquilizó Ally acariciándole la cara con esa barba de tres días que tanto le gustaba. – Yo sé lo que sientes.

Alex echó un vistazo a los asistentes a la ceremonia, quienes le miraban impacientes por oírle.
Sentía que le faltaba el aire, necesitaba respirar, necesitaba salir de ahí. Pero, ¿qué demonios estaba diciendo? Se preguntó a sí mismo. ¿Salir de ahí? No, no podía salir de ahí.
Alex agitó la cabeza aclarando sus pensamientos, guardó el folio donde guardaba sus votos cuidadosamente sacados de "Todos los días de mi vida" –había visto esa película tantas veces con Ally que casi se sabía todos los diálogos de memoria- cogió las manos de Allyson y la miró a los ojos.

-Antes de conocerte, mi mundo sólo giraba en torno a una cosa; Yo. Y me gustaba esa forma de vida, solo yo. Pero, entonces una noche me metí en la cama de la chica equivocada sin saber que resultaría ser la mujer de mi vida.

Ally sintió como el corazón empezaba a encogérsele.

-En ese momento, me di cuenta de lo mucho que necesitaba a alguien como tú en mi vida. Me di cuenta de lo mucho que te necesitaba a ti. Y mi vida, ya no era capaz de satisfacerme como lo hacía antes de conocerte. Me encanta todo de ti, Allyson: Me encanta la forma en la que me retas, como nadie lo hace. Me encanta la forma en la que me miras, como nadie lo había hecho. Y me encanta la forma en la que me quieres, como nadie lo había hecho.

Allyson sentía las lágrimas brotar de sus ojos.

-Tú eres la luz que alumbra hasta el más oscuro de mis días, y las noches a tu lado son el sueño de cualquier persona en este despiadado mundo. Me gusta cuando me abrazas y sonríes y muero
por cada una de las arrugas de tu frente cuando te enfadas. Haces que cada día cobre un sentido diferente: A tu lado, el hoy se vive y el mañana es impredecible. Me he enamorado de esos ojos de niña buena que hacen que pierda la cabeza por ti y de los hoyuelos que te salen en las mejillas cuando sonríes. Tu felicidad me ilumina y me hace ver que nada puede compararse a la felicidad que siento cuando estoy contigo. Tu alegría me eclipsa y me encanta tu entusiasmo por cualquier cosa que propongo, aunque sea una de esas cenas de empresa que tanto detestas. Tú y sólo tú sabes todo lo que me gusta y te esfuerzas por sorprenderme. Eres impredecible y eso me encanta de ti – Alex hizo una pequeña pausa.- Eres lo más grande del mundo para mí, aunque a veces no lo creas porque te haga enfadar. Pero, sólo lo hago porque me encantan tus riñas y esa cara de falso enfado que no puedes mantener.

Allyson no podía contener las lágrimas, amaba a ese hombre que estaba frente a ella diciéndole todo lo que jamás se había atrevido a decir y sobre todo que le hablaba con todo su corazón.

-No soporto verte triste, todo mi mundo se viene abajo al ver una sola de tus hermosas lágrimas. No quiero decepcionarte nunca y me esforzaré cada día para que así sea, no puedo prometer que nunca meteré la pata. Pues, tú bien sabes que soy muy propenso a fastidiarla, pero lo que sí puedo asegurar es que estaré ahí cuando algo vaya mal, nunca me iré de tu lado. Te prometo que intentaré ser el hombre que toda mujer quiere a su lado, para que tú te sientas la más afortunada de todas. Te quiero Allyson Samantha Jones. Te quiero como no he querido a nadie y te querré siempre, todos los días que esta maravillosa existencia a tu lado me lo permita.

Allyson miró a Alexander con un mar de lágrimas a sus pies y le abrazó.

-Yo también te quiero, con todo mi corazón- Murmuró ella al oído de Alex.  

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