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Dado todo lo que Lucius me había hablado de la vida en los castillos, sobre comer los
mejores alimentos y con la ropa hecha a la medida, yo estaba un poco sorprendida por
verme tropezar por los caminos rurales de Rumania llena de baches en mi maltratado
Fiat “Panda” que sopló y resopló a lo largo de sólo tres de sus cuatro cilindros.
-Mmm, Dorin- Dije, apretando el salpicadero, como mi tío, una vez más terreno de los
engranajes en la sumisión. -Pensé que recibíamos regalías de vampiro-
Dorin asintió con la cabeza hacia mí. -En efecto. Excelente línea de sangre-
-Entonces... ¿Qué pasa con el coche?-
-Oh. Eso. No creo que este vehículo sea representativo de nuestro patrimonio. Es sólo
una manifestación temporal de nuestro poco... Er, circusntacias- Luche con la falta de
la energía, tratando de evitar un bache mientras subíamos en los Cárpatos.
Las montañas estaban en una subida aguda en contraste con los Apalaches que
rodeaban suavemente a través de Pennsylvania. De hecho, los Cárpatos, escarpadas,
rocosas y escarpadas, avergonzaban a los Apalaches que reclaman la montaña como
suya. De vez en cuando, la carretera se desviaría a lo largo que te robaba el aliento, y
luego, la serpiente aparecía de nuevo en los bosques densos, oscuros, donde Dorin
me aseguró que los osos y los lobos todavía rondaban, sólo para aparecer en la luz,
salimos a través de pequeños pueblos que parecían tallados de piedra y fijos en la
Edad Media. Casas rurales, pequeñas capillas, y tabernas estaban alrededor de las
calles estrechas. Me gustaba ver estas cosas, entonces, en un abrir y cerrar de ojos,
estuvimos de vuelva en el desierto.
Pude ver por qué Lucius había perdido su tierra: los pueblos de cuento de hadas, el
sentido del tiempo se detuvo, la impresión generalizada de que uno estaba dentro de
un misterio oculto, un secreto, un enclave salvaje olvidada en un mundo moderno.
-Espera- Dijo Dorin, me desvié de la carretera principal de Bucarest y me puse en un
carril más estrecho todavía.Dimos un brusco movimiento, y mi cabeza golpeó con el techo del Pandas. –Ay- Me
froté los rizos. -¿Es esto realmente lo mejor que podemos pagar?-
-Bueno, yo he dicho. El clan ha sido afectado en algunos momentos difíciles en los
últimos años. Vendimos los Mercedeshace hace algunos años. El Fiat es muy confiable,
sin embargo. No tengo quejas. Ninguna en absoluto-
Yo tenia algunas quejas. ¿Cómo se supone que tengo que asumir mi lugar que me
corresponde como una princesa vampiro cuando mi modo de transporte era del
tamaño de un carrito de golf, con un motor que sonaba como si perteneciera a un
ventilador de mesa?
Viajamos en silencio durante algún tiempo, hasta que alcanzamos un lugar que revelo,
por debajo de nosotros en la distancia, un gran grupo de techos del color de tejas que
brillan con la puesta de sol. -Sighisoara- Dorin anuncio.
Me incliné hacia adelante, mirando por el parabrisas con ojos ansiosos. Así que había
llegado, por fin, el pais de origen de Lucius. Allí era donde se había criado, convertido
en el hombre que yo había aprendido a amar. -¿Vamos a conducir a través de ahí?-
-Sí- Dijo Dorin. -Cualquier cosa que tú desees-
Yo había notado que la actitud de mi tío hacia mí había cambiado sutilmente desde que
habíamos desembarcado en Bucarest. Se había vuelto más formal. Más respetuosa.
Consideré decirle que no tenía que tratarme como a una princesa sólo porque no
estábamos en los Estados Unidos más. Entonces me di cuenta, no, yo asumí mi rango.
Yo necesitaría la deferencia, yo tendría que tener autoridad si iba a lograr lo que
quería lograr. Yo estaba en un Fiat Panda, pero yo todavía era una princesa. -Por favor,
muéstrame- Insistí.
-Por supuesto- Dorin me llevó al corazón de la ciudad, yo miraba encantada, los arcos
de piedras en los pasillos que conducían a tortuosas callejuelas, había tiendas
estrechas y llenas de gente cuyas especialidades eran panes y quesos, frutas y
verduras, se derramaban en las aceras, y en la torre de reloj del siglo XVII, que
servían como latidos del corazón de la ciudad, que daba la hora a nuestro paso. Seis de
la tarde.
Cada lugar que capturaba mi atención, me preguntaba. ¿Lucius había estado en esta
calle? ¿Realizado una compra en esa tienda? ¿Escuchado el toque de profundidad del
reloj, dándome cuenta de que tenía que estar en algún lugar, esquivando su estatura
por debajo de uno de los arcos de piedra a una cita en un sendero oculto? Este era unlugar donde Lucius no parece fuera de lugar, incluso en su abrigo de terciopelo, y sus
pantalones ajustados.
-¿Tienes hambre?- Preguntó Dorin. -Podríamos detenerlos un momento, antes de que
los comerciantes cierren este día-
-Son solo las seis- Señale. -¿Es, como, la costumbre local de cerrar tan temprano?-
Dorin detuvo el coche en la acera. -No, no siempre es así. Pero la gente de esta región
ha vivido en la sociedad de los vampiros durante muchas generaciones. Ellos
mantienen el pulso de los clanes. Se han escuchado rumores de una inminente guerra,
y sé que habrá sed, por vampiros enojados, en busca de combustible de la sangre y
los reclutas de nuestros ejércitos no muertos... Ellos no permanecen en las calles
después del anochecer, sin una buena razón-
Un temblor sacudió mi cuerpo, también. A pesar de que ahora era un miembro de los
clanes de vampiros yo, definitivamente podría simpatizar con los temores de la
población local. -Así que incluso la gente normal se ven afectados por la tensión...-
-De hecho- Dijo Dorin. -Ellos lloran la muerte de casi dos décadas de paz. Hubo un
tiempo, que parecían haber llegado a una tregua con los humanos, también. Eso fue en
gran medida la acción de Lucius. Era un buen embajador para nosotros. Tan
encantador... Incluso aquellos que se persignan en el nombre Vladescu no podía
disgustarse. Pero ahora, por supuesto, saben que él ha cambiado...-
Dorin me condujo hacia un pequeño restaurante, me abrió la puerta y me hizo pasar a
un cuarto estrecho y angosto. La decoración era muy simple, unas pocas mesas
antiguas, cicatrices esparcidas por un suelo de madera, pero el olor era increíble. -
Aquí. Vamos a comprar albóndigas de queso envueltas en azúcar. Una delicia local-
-¿Queso con azúcar?- Dije escéptica.
-Me comí el pastel de cumpleaños vegetariano- Señaló Dorin. -Confía en mí, este será
un regalo por cualquier comparación-
Yo no podía discutir con eso.
Nos acercamos al mostrador, y un anciano se levanto con esfuerzos de su silla, saludo a
Dorin. -Buna-
-Buna- Dorin asintió. Levantó dos dedos. -Doi papanaşiDa, da- Dijo el viejo, empezando a alejarse. Entonces se fijó en mí y se detuvo
bruscamente, su tez morena, su cara curtida se puso visiblemente pálida. Me señaló
con una mano temblorosa, puso los ojos como dardos sobre Dorin. -Ea e o Fantoma...-
-¡E Nu!- Dorin sacudió la cabeza. -¡No es un fantasma!-
-Ea e Dragomir!- El viejo insistió. -¡Mihaela!-
Comprendí las palabras Mihaela Dragomir y la esencia de la conversación, sin
embargo la lengua me era desconocida.
-Da, da- Dorin estaba de acuerdo, al parecer se puso impacientarse con el hombre, y
le dijo.
-Comanda, Va rog. Nuestra comida, por favor-
El hombre se alejó cojeando, pero continuó lanzándome miradas por encima de su
hombro, mientras preparaba nuestro papanasi.
-Recuerda a tu madre- Me susurró Dorin al oído. -Él piensa que tu eres el fantasma de
ella. Su Fantoma. Debes acostumbrarse a eso-
Me sentía halagada y vagamente incómoda al ser confundida con mi madre biológica.
Me di cuenta, con una sacudida, que este hombre cree, más allá de una duda, que yo
era un vampiro. Se había criado con la realidad de los vampiros. Él estaba vivo cuando
mis padres habían sido destruidos. Tal vez había tomado parte... Ahora, de pie en su
tienda, yo sabía de las sospechosos del viejo que yo no era más que una curiosidad, yo
era una amenaza potencial. Me sentí vulnerable de repente, en lo alto de los Cárpatos,
más allá de la protección de papá y mamá, solo en una tienda de claustrofobia con un
tío que apenas conocía y un desconocido que me consideraban un demonio chupador
de sangre, posiblemente apta para ser destruida.
El anciano entregó a Dorin nuestra comida, y mi tío lo pago con unas monedas. El
anciano me siguió con sus ojos con cautela.
-Vamos- Dijo Dorin, me guió hacia la puerta. -Trata de no incomodarte por esto. Por
supuesto, algunas de las personas mayores te reconocerán. Te ves exactamente como
ella. Tomará un tiempo para que entiendan que es su hija y que has regresado a casa-
Salimos de la tienda, y yo me quedé en la calle, tratando de pensar en este lugardesconocido como “casa”
-Tenemos que irnos- Insistió Dorin suavemente. -Es cada vez más oscuro, y el camino
es peligroso-
Subí al coche y probé un poco del papanaşi, mordí la bola de masa azucarada nítidas
para liberar el calor, el queso derretido. -Mmm...- Cerré los ojos y saboree el
tratamiento, más valiente y reconfortada con la comida caliente en el estómago.
-¿Bueno?- Dorin parecía contento. Puso el motor en marcha y salimos a la calle, que
estaba casi vacía.
-Muy bien- Le dije, buscando en la bolsa de papel por otro. -Mucho mejor que la torta
vegetariana-.
-Ese es el favorito de Lucius, ya sabes- Dijo Dorin. -A él le gusta de esa tienda
particular, son las mejores-
Poco a poco me lamí el azúcar de los dedos, observando a la ciudad pasar por mi
ventana. Lucius podría haber estado allí. Yo podría haber entrado en la tienda y visto
al hombre que había salido del duelo vivo y bien. -¿Lucius vive muy cerca de aquí?-
Me aventure. -¿Cuán cerca estamos, exactamente? ¿Minutos? ¿Una media hora?-
-Muy cerca- Dijo Dorin, mirándome. Parecía un poco nervioso. -Tu... No estás
pensando en regresarte, ¿Verdad?-
-Sólo quiero ver su casa...- Un súbito temor se apoderó de mí. La aprehensión y la
emoción. Va a estar ahí, ¿Qué crees? ¿Quiero que él este ahí? ¿Estoy lista?
-Yo no lo creo- Dorin había adivinado, y me sentí una onda de alivio. Por mucho que
quería desesperadamente ver a Lucius, sabía que tenía que estar primero lista. No sólo
tengo que limpiarme del viaje en avión, también tenía que prepararme mentalmente.
Tenia que prepararme para enfrentar al mismo Lucio quien Dorin había descrito en el
avión. El Lucius, quien había destruido a su tío, que precipitaba una guerra y asustaba
a los pobladores locales. El Lucius, quien se cree capaz de “aniquilar” a mi familia, sin
piedad.
-Ha salido con sus tropas mucho últimamente- Agregó Dorin. -En el campo-
-¿Nos estamos preparando?- Le pregunté, preocupado por esta última revelación.Algo...- Dijo Dorin apagado. -No, realmente no. No en una manera organizada, como
Lucius. Él es un guerrero de la creación de un ejército. Estamos más con los colonos
americanos: algo formal, mal preparados, vampiros formando milicias informales-
Yo miraba el paisaje agreste. Cuanto más entrábamos en los Cárpatos, más
profundamente me daba cuenta de las montañas como eran en mis ensueños. Podía oír
la voz de mi madre biológica en mi mente, cantando para mí. Ser silenciada. Este era
un lugar hermoso. Sin embargo, una grave, lugar salvaje, también. Vamos a necesitar
más que “las milicias informales.” Me dije, mirando por la ventana del lado del
pasajero en la oscuridad. -Tendremos que prepararnos, también.- Si sólo yo sabía lo
que significaba. Si sólo hubiera sido criada como un guerrero, no un vegetariano en un
desbordamiento de granja con gatos callejeros. ¿Realmente puedo ayudar a mis
familiares Dragomir?
-Miralo de esta manera- Dijo Dorin, dejando al Fiat a un lado la carretera.
Me volví en mi asiento y di una gran respiración, y lo enfrente-asaltada, por un edificio
de piedra imponente. El edificio fantasmagórico, donde Lucio se había crecido,
educado con la violencia que se crían en los cuentos de su linaje de vampiros, y me
hizo ferozmente conscientes de los Vladescus y su orgulloso lugar en el mundo.
"-Wow-
Estábamos estacionados en el borde de un precipicio, con vistas a un valle tan
escarpado, profundo y estrecho que parecía como si un gigante lo hubiera creado con
un golpe agudo de un cuchado de una milla de largo. El castillo de Lucios, era negro
sobre la puesta de sol de color naranja, que se aferraba a la escarpa como si llagara
hasta el cielo. Pronunciados aleros, torres con enormes picos que penetraban las
nubes, con ventanas góticas. Era una casa enojada. Una casa en guerra con el universo.
¿Lucius no vive realmente ahí?
Aparcamos el coche y salí hasta el borde del acantilado, la mejor vista para examinar
esta expresión arquitectónica de rabia.
-Impresionante, ¿eh?- Preguntó Dorin.
-Sí- Pero la palabra sonaba espesa en mi garganta. En cuanto a esa casa, yo estaba
asustada. Es ridículo tener miedo de un edificio, y sin embargo la visión de aquel
castillo tocó la fibra sensible de miedo que prima en mí.
¿Estoy asustado de la casa o la persona que puede habitarla?Mientras Dorin y yo la mirábamos, se encendió una luz detrás de una de las ventanas.
Una sola luz, en una ventana alta.
Mi tío y yo nos miramos.
-Podría ser la servidumbre- Supuso Dorin. -O, entonces, de nuevo, tal vez el muchacho
volvió a casa por la noche-
-Vamos- Me instó, agarre el brazo de mi tío antes de que hiciera algo estúpido. Como
correr hasta aquel castillo y golpear en las puertas. O correr derecho a Líbano del
condado y nunca mirar atrás.
-Por favor quiero ir-
-Detrás de ti- Acordó Dorin, saliendo del coche.

Guía de Jessica para ligar con vampiros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora