N/A: Con la canción se lee mejor <3
El cigarrillo se consumía prácticamente sólo. Luego de darle una profunda calada, el pequeño tubo permaneció entre sus delgados y pálidos dedos mientras su mente divagaba a lugares recónditos, bastante lejos de donde se encontraba.
En medio del frío y la obscuridad nocturna su silueta, apenas visible, lucía taciturna, deprimente. De no ser por el vapor de su aliento mezclándose con el humo de cigarro probablemente ni se notaría que había un abatido chico sentado en el peldaño de mármol bajo la puerta de su casa.
Definitivamente era el peor cumpleaños en la historia.
Un ápice de agua se deslizó por su mejilla, se apresuró a limpiarlo rápidamente con el dorso de su muñeca, sin embargo, fue en vano... Aquella pequeña gota fue el inicio de muchas más, las lágrimas brotaban una tras otra sin importar cuanto quisiera contenerlas, sin importar cuantas veces las secara. Un sollozo ahogado se escapó desde lo más profundo de su garganta, produciendo un sonido algo extraño. Aventó el cigarrillo con violencia a sus zapatos para luego pisotearlo sin piedad, hundiendo el rostro entre sus rodillas.
Agradecía tanto que las calles se hallaran desoladas a esas horas... porque no fue consciente de cuantos minutos lloró escondido en su propio regazo, de cuanto tiempo estuvo botando todo el dolor contenido.
La escena, esa repugnante escena se repetía una y otra vez en su cabeza: la deslumbrante sonrisa que adornaba el rostro del pelirrojo al momento de presentar a esa –lamentablemente- bella chica en su fiesta de cumpleaños, la forma en que esa delgada y femenina mano lucía prácticamente hecha para estar entrelazada con la de su amigo de infancia, lo asquerosamente adorables que lucían juntos, la delicadeza con la que sus labios hacían contacto entre cada tanto, las dos esmeraldas del vocalista brillando con ternura al momento que Erin lo miraba... Lo perfectos que eran el uno para el otro.
Tan perfectos que duele como la mierda.
—¿No crees que llorar hecho un ovillo es la peor forma de pasar un cumpleaños, Isbell?
El aludido se congeló al momento en que reconoció aquella voz. Se mantuvo ahí, estático, sin ser capaz de alzar la mirada, sin ser capaz de encararlo. Y es que no quería humillarse más, no, claro que no, no quería humillarse más de lo que lo hizo huyendo de su propia celebración cual niño asustado sin dar explicaciones a nadie.
Axl suspiró y se puso de cuclillas para así quedar a la misma altura de quien seguía sin contestar a su pregunta.
—Izz... — a diferencia de la primera vez, que usó un tono algo irónico, en este segundo intento de captar su atención el matiz de la voz de Axl fue más dulce, incluso algo suave.
—¿Qué? —murmuró finalmente, mas sin moverse, por lo que la pregunta sonó amortiguada.
—¿Qué demonios te pasó hoy? —dijo denotando genuina preocupación en cada letra, posando una mano en el hombro contrario, pero el tacto no duró mucho, pues fue empujada abruptamente por la misma persona a quien intentaba consolar.
—Vete, Axl, quiero estar solo —sentenció Izzy decidiéndose a mirarlo.
Cualquier otra persona probablemente hubiese obedecido, o se hubiese pasmado o dolido... Pero estamos hablando de Axl Rose, ya sabes, le dices que no a algo y significa que lo haga con todas sus fuerzas, además, se trataba de su mejor amigo, de Jeffrey, el que había estado junto a él desde la escuela, por lo que tenía aún más motivos para ignorar las peticiones del alicaído muchacho frente a sus pies; exasperado se enderezó, plantando los zapatos en el suelo sin intenciones de moverse, se cruzó de brazos y pateó levemente la canilla del pelinegro, indicándole que lo mirara: