capítulo 3.

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Cinco días. Cinco días desde que Louis llegaba y no encontraba rastro del chico, lo último que recuerda es haber llegado al establecimiento y encontrar rastros de comida esparcidos por todos lados (algo que lo puso realmente de un muy mal humor) y la puerta de el local forzada, con indicios de haber querido ser abierta.
Louis pensó en la posibilidad de que fue aquel vagabundo quien intentó abrirla, ya que desde ese día el no aparece más ahí. Como sea. Reforzaría la seguridad, contrataría un velador y pondría más alarmas y cámaras de seguridad.

"Las cámaras, cierto. Que estúpido. ¿porqué cojones no las mandé revisar antes?." Habló para si mismo.

Y claro, tantos asuntos y documentos por firmar que no tomó importancia al intento de asalto en la joyería, no es como si no ubieran intentado robar antes, tampoco se los comentó a sus padres, no quería preocuparlos, ya tomaría él cartas sobre el asunto.

El castaño esperaba impaciente al guardia encargado de revisar las cámaras a lo largo del día, no entiende, de verdad que no entiende porqué el jodido guardia no reviso las cámaras de la noche de el asalto, y si. Recordó que no quiso alarmar a nadie y ordenó que todo quedara asi, que se reforzara todo solamente y calló en cuenta que el estúpido fue él y no el guardia.

Ocho y cuatro de la mañana, el guardia estaba cuatro minutos atrasado. Ya le echaría un sermón sobre el tiempo de llegada al trabajo. Y como si lo hubiera invocado el señor iba entrando al lugar, Louis rápidamente se puso de pie.

"¡Hey! Stephen. Buen día." Forzó una media sonrisa

"Jefe, buen día. ¿que lo trae por acá?."

"Oh, te estaba esperando. Quiero que me muestres los vídeos de las cámaras de seguridad de el viernes por la noche"

"Claro, en este instante los busco, le recuerdo que fue fin de semana y esta otro guardia a cargo de eso, pero de igual manera ya los busco."

"Los necesito lo antes posible, me pasas a buscar a mi oficina en cuánto estén listos." Respondió con una media sonrisa

El castaño tenía muchas cosas que hacer, en realidad lo podía hacer en la comodidad de su hogar, no había necesidad de ir hasta Deaking  pero lo hacía porque igual le gustaba el ambiente donde estaba situado el local, la oficina que algún día fue de su madre emanba tranquilidad en el aire y por ese motivo le gustaba estar ahí.
Fue interrumpido de sus pensamientos por el ruido del intercomunicador.

"Buen día señor Tomlinson, lo busca Stephen el guardia de turno, ¿quiere que pase?" Mencionó la pelinegra.

"Claro, adelante. Dile que pase." Dijo al momento que acomodaba el nudo de su costosa corbata.

Louis vio como el hombre se adentraba cerrando la puerta tras de sí. Mientras le hacia un gesto con la mano invitandolo a tomar asiento.

"Pasé los vídeos a una memoria USB pensé que sería más fácil para usted, así podrá verlos en su computador sin ningún problema."

"Esta bien, muchas gracias Stephen. Te pido de favor los respaldes y sólo los tengas tú. No quiero que divagen por ahí. De lo contrario la responsabilidad será tuya"

"Por supuesto señor, de mi no saldrá nada. Se lo aseguro." Respondió el moreno.

"Puedes retirarte. Muchas gracias." dijo mostrando una sonrisa

Y sin más el ojiazul vio retirarse al hombre, rápidamente encendió su computador y abrió la única carpeta que contenía ésta. Había tres vídeos en ella.

Abrió el primero.

En este habia un muchachito rizado (que el ya conocía perfectamente) vio muy atento como éste acomodaba sus cosas, como sacaba alimentos de una bolsa y los miraba como si fuesen el más preciado tesoro, también vio como el rizado comia algo que parecía una pieza de pan, o algo así. De pronto apareció un hombre, estaba de espaldas así que no lograba verle el rostro. El hombre le gritaba algo al rizado que obviamente no oía.
Louis pensó que tal vez Harry le habría robado algo, por eso tenía tanta comida y por eso la molestia del señor.

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