365 con piedras

Agosto 22 del 2016.

Día 1.

Era una mañana muy tranquila, como todas. Me levanté para comenzar con la rutina. Era lunes, eso significaba que tenia que ir a la escuela.

No me cuesta despertarme, por lo general me duermo temprano y me lavante temprano. Asique de un solo salto comence a ir al baño para higienizarme y luego tomar mi desayuno.

Después de unos 10 minutos, ya lista, me dirigi al segundo piso donde se encontraba la cocina.
Vivo en un edificio, pero es solo para mi padre y madre, y por supuesto yo. Son 5 pisos, con solo 3 personas.

En la primera planta se encuentra el garage, seguido de el patio y una pequeña sala de estar. En el segundo, como ya dije, se encuentra la cocina, comedor y un living. El siguiente piso es exclusivo para la habitacion de mis padres y su baño privado. En el cuarto se encuentra otra habitacion exclusiva, pero como nadie estaba alli, la usamos como sala de reunion y juego.
Y por ultimo, mi piso. No es que me mandaron aqui para alejarme, es mas, yo lo elegi. Tiene 2 habitaciones con cada una su respectivo lavado. Me acomode en este lugar porque era pequeño y no soportaria la idea de tener mucho espacio.
Tome el ascensor y baje hasta la cocina. Ahi ya se encontraba mi madre preparando todo y mi padre en la mesa tomando su cafe, y como siempre leyendo el diario.

-Buenos dias- salude tomando una taza que contenia cafe.

-Buenos dias, hija ¿Como amaneciste hoy?- pregunto mi madre.

-Bien- me limite a contestar.

-Recuerden que hoy vienen los Collers- dijo mi padre subiendo la vista de su periodico.

-¿Quienes?- pregunte, no tenia entendido nada de esto.

-Los collers son una familia socia y muy buena amiga de tu padre, hija. Ellos vienen a cenar hoy- me contesto mi madre.

-Y tambien se quedaran por unos meses con nosotros- continuo mi padre.

-¿Que?- casi escupo todo mi cafe.

-Si, hija. Esto me viene muy bien en la empresa. Ademas hay espacio de sobra aqui, tienen un hijo ellos que creo que es de tu edad. Se llevaran bien-

-Em... se me hace tarde. Me tengo que ir- tome mi mochila y me fui al ascensor.

Era mentira, tenia tiempo de sobra para ir a la escuela. Pero, tampoco es que la idea no me gustaba. Solo que... odio que hagan esa clase de cosas sin pedir mi opinion.

Sali del edificio, tome mi bicicleta y comence mi rumbo.

(...)

-¿Como podrian describir a la vida?- Y aqui me ven, en la clase de pscologia... no es que no me guste esta materia, todo o contrario, la amo. Nuestra maestra tiene esa habilidad de llegar a tu corazon con cada una de ls reflexiones.- ¿Alguien que me conteste?.

Pero nadie contestó- De acuerdo, esa sera su tarea para fin de año- Tomó unos cuadernos negros y los comenzó a dejar en nuestras mesas- quiero que se expresen, que este cuaderno sea su mejor amigo. Al final de todo hay unas preguntas que quiero que las contesten a medida que pasa el tiempo- en eso suena el timbre- Hasta el siguiente lunes.

Ame esta tarea, pero... ¿como diablos completar esto?

Tomo mis cosas para poder salir del aula. Como ya no tengo mas clases a las que ir, decido pasar por la plaza... para poder tener inspiración y comenzar esto.

Me pongo mis auriculares y Alessana empieza a sonar.

Me siento debajo de un arbol, saco el cuaderno y un lapiz.
Nose que poner, joder.

Comienzo a hacer garabatos sin sentido... pero empiezan a tomar forma. Parece un chico, caminando por una calle de noche..

Cierro el libro. Tomo mis cosas para poder ir a casa.
Saco mi celular para ver la hora, hay un mensaje de mi madre:

  "Pasa por la panaderia y compra alguna torta helada de chocolate. A las 8 es la cena ¡Se puntual Alexandra!"

Ni siquiera pienso en contestar.

Son las 6:30, debo apresurarme porque todavía debo arreglarme.

Corro hacia la unica panaderia en la ciudad en donde venden la torta que a mamá le gusta.

Entro a la tienda -Hola ¿Tortas de chocolates?- le pregunto a una chica que atendia en la caja.

-En las heladeras del fondo- me contesta con una sonrisa.

-Gracias- sonrio y vuelvo a correr.

Cuando llego a las benditas tortas veo que una chico demasiado alto y con topa totalmente negra se la estaba llevando. ¡ERA LA ULTIMA!

-¡Oye!- le grito. El se da vuelta y asi pude apreciar su rostro. Es... hermoso.
Me le quede mirando como boba y al parecer el se dió cuenta que soltó una sonrisa arrogante. -Esa torta es mia-

-Pues, aqui no hay ningun nombre y tampoco tiene propietario- Jodida voz grave y seductora que tiene.

-Es mia- le volvi a decir.

-Que lastima enana, pero yo la voy a comprar- ni me dejó contestarle que se fué.

¡AAAAAAAAAAAAA!
Salgo de la tienda con las manos vacias.. mi madre va a matarme.
Tomo mi celular y me fijo la hora ¡7:25!
Corro lo mas rapido posible a casa.

Llego después de unos 10 minutos. Osea son 7:30, y como la vida me odia tanto, a mitad del camino se largó un chaparron que me mojo toda.
Asique me tengo que bañar, buscar que me voy a poner y maquillarme. Y todo eso en 30 minutos.
Siento que voy a morir.

Una vez que llego a la casa voy directo al elevador, obviamente escucho voces en el living pero no me preocupo. Quizas ya han llegado.

Entro a mi habitacion y corro a mi placard.
No soy de las chicas que dicen "no tengo que ponerme" porque mi madre es dueño de muchas marcas de ropa y me vive trayendo prendas.
Tomo un vestido azul que es hermoso, mis vans (no soy muy fan de los zapatos en si) y me entro a bañar.

(...)

Ya una vez lista, salgo de mi cuarto y voy al ascensor.

Cuando entro a la cocina escucho una risas, ellos ya estan aqui.
Doy la vuelta paravpoder ver quienes son y... no.

-¿¡Tú!?- espeto al ver al idiota en frente mio.

-Em.. ¿Ya se conocen, hija?- me pregunta mi madre.

-Oh si- responde el pendejo- ¿Recuerdan de la enana en el supermercado enojada que recien les conte?- todos asintieron- Pueees, es ella- finalizó con una sonrisa.

¡A ESTE LO MATO!

-Oh bueno, nos presento- habló la que supongo es la madre para cortar las tensión- Me llamo Lauren, él es mi esposo Luis- señaló al hombro a su lado.

-Mucho gusto, jovencita- yo solo lo mire. No hacia ningun gesto.

-Y él pues...- continuo la mujer.

-Oh, dejame prensertarme, madre. Yo soy el hijo de ellos dos, tengo 18 y vivire contigo un par se dias, meses o quizas años, reina- ¡SEGUIA SONRIENDO!- Ah por cierto, me llamo Nicolas. Pero dime Nico.