V El ocaso

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Desperté y extrañamente era de noche, no pude explicarme cómo fue que dormí tanto, en la casa no estaban Scarleth ni Ian. Cuando fui a la sala me topé con una nota de decía "ven al lugar donde llegaste". Era completamente extraño ya que Scarleth no sabía dónde yo había llegado a la Tierra y Ian tampoco lo sabía, comencé a preocuparme así que salí corriendo de la casa hacia ese sitio.

Cuando estaba a medio camino comencé a notar algo muy extraño en el aire era como si no pudiese respirar, no sabía lo que me estaba pasando. Cuando llegue a ese lugar, ahí estaba Paul.

– Con que has estado con esta mugre atrasada. –Dijo Paul. – ¿Dónde los tienes? –Pregunte.

– ¿A quién a ese par de hermanos? –Comencé a notar una risa muy cruel por parte de Paul hacia mi inútil pregunta.

– ¡Eres un inmundo ser! Paul.

– Caleb, en Akross tenemos que acabar lo que afecte a nuestro orden. Y tú hiciste ¡más que afectar!, brindaste información a estos incultos y desagradables seres. Tu vida no será la que pagará. ¡Edric, Cedric tráiganlos!

Edric y Cedric salieron de la nada como si el espacio estuviese distorsionado, lo peor es que en sus manos estaban Scarleth e Ian, los azotaron enfrente de Paul.

– ¡Paul!, no hagas algo de lo que te vayas a arrepentir.

–... ya no hay tiempo Caleb. –Me respondió con tono de decepción.

Corrió hacia él para quitar el arma que había sacado, mire a Scarleth llorar y a Ian igual. Pero Cedric me noqueo y caí al suelo.

Mi visión comenzó a nublarse y vi como Ian cayó primero y su sangre cayó en mi cara. Scarleth comenzó a gritar exasperadamente y Paul le dijo:

– Tranquila tu sufrimiento no será tan eterno como el de Caleb.

Luego cayó Scarleth. Al mirar su rostro sin vida, mis ojos comenzaron a desfallecer y se cerraron.

–... ¡Caleb despierta! –exclamó Scarleth.

– ¡Scarleth, no te puedo perder!

 –¿Qué te sucedió? ¿soñaste algo?

–... No, tengo que hacer algo. Dile a Ian que me acompañe al lugar donde llegue a la Tierra, necesito ver si Aaron traía algo más de tecnología. Necesito llamar a Edric y Cedric.

– Ok, pero tranquilízate, jamás me apartaré de ti. –Dijo la hermosa Scarleth, con su cara llena de predilección.

Scarleth, salió de la habitación. Para así poder hablar con Ian para que me acompañase, estaba pensando que ese sueño si podría convertirse en una verdad factible si pasaba más tiempo en la Tierra. Y por mi culpa no podía permitir que Scarleth ni Ian sufriesen. No pretendía ir a Akross y abandonar esta hermosa época de mi vida, no quería perder la posibilidad de vivir el resto de mi vida con Scarleth en esta hermosa tierra.

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