Capítulo 25: El tercer día de Ron y Hermione.

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El pelirrojo despertó muy cansado, miró a su novia y la vio reposar junto a él, la chica también parecía agotada, el día anterior habían estado amándose durante toda la tarde, el cuerpo de los dos necesitaba un poco de descanso y comida, el chico le acarició el rostro y la miró unos largos segundos, ella parecía serena pero la palidez en su piel lo preocupó un poco.

Salió de la cama sin hacer el menor ruido, fue hasta el baño y estuvo encerrado en él un rato, luego abrió la puerta de par en par y abrió la canilla caliente de la ducha, después de comprobar que el agua estaba a una buena temperatura, regresó a su habitación.

La chica seguía durmiendo, él la besó en los labios pero ella ni siquiera se movió, estaba sumida en el más profundo de los sueños, Ron se rió de lo dormilona que podía ser su novia, se subió sobre ella y comenzó a llenarle la cara de besos, ella abrió los ojos y le regaló la primera sonrisa del día.

Ron la sacó de la cama, la llevó por las angostas escaleras hasta el cuarto de baño, corrió la cortina de plástico y ayudó a la chica a entrar en la ducha, él se metió detrás de ella y tomó el jabón que estaba junto a una esponja, comenzó a bañarla mientras conversaban, ella se dejaba hacer sin poner resistencia, Ron se había transformado en un ser dulce y cariñoso, hasta ella misma se asombraba de no haber discutido con él desde su llegada a la Madriguera, sin poder evitarlo ella se reía graciosamente mostrándole al chico las​ más amplias de sus sonrisas.

Luego de que él enjuagó su cuerpo ella tomó el jabón, tenía la firma intención de bañarlo.

—No.-Dijo él retrocediendo un paso.-Mejor yo lo hago.-Le retiró el jabón de las manos y comenzó a bañarse.

Ella se apoyó contra los azulejos algo ofendida, Ron se dio cuenta pero no dijo nada, la chica corrió la cortina de baño con violencia y salió de la ducha, mientras ella se envolvía en una toalla el chico asomó su cabeza por detrás de la cortina.

—¿Qué pasa, Herms?

—Bueno, no lo sé, dímelo tú.-Dijo ella aún molesta.

—¿De que hablas?

—Nada, olvídalo.

Sin decir más salió del cuarto de baño y fue a la habitación de su novio para vestirse, para cuando el pelirrojo llegó, la chica ya no estaba en él. Se puso unos vaqueros y una camiseta, se colocó las zapatillas y bajó las escaleras velozmente, ella estaba en la cocina preparando el desayuno, Ron se quedó al final de la escalera y la observó, solo veía su espalda y su cabellera húmeda, caminó hacia ella y la rodeó de la cintura.

—¿Qué pasa, cariño?-Le habló con dulce voz.

Hermione siguió poniendo mermelada a un pan sin mirarlo, no dijo nada, se quedó en silencio sabiendo que era lo que más molestaría al chico.

—Es por lo del baño, ¿verdad?

Ella se giró y lo miró a los ojos.

—Pues si, yo también quería bañarte, ¿Por qué me has rechazado así?-Le soltó de la nada la chica con un deje de molestia en su voz.

El pelirrojo no podía creerlo, lo último que él haría sería rechazarla, la tomó de la mano y se sentó en una de las sillas que estaba alrededor de la mesa.

—Ven, siéntate aquí.-Le dijo mientras la chica se dejaba caer en sus rodillas.-¿Cómo crees que yo podría rechazarte?

—¿Entonces qué pasó?

El chico entornó los ojos, casi al punto de ponerlos en blanco, luego tomó aire y habló nuevamente:

—Estás cansada, algo pálida, si pones un dedo sobre mí… Mi cuerpo reacciona de una forma en la que no puedo controlarlo, me encanta hacerte el amor, y si me tocas no podré detenerme, solo traté de que eso no pasara, quisiera que hoy descansaras y comieras bien, eso es todo.-Le dijo el chico después de unos minutos de silencio intentando hacerle ver a la chica lo que pasaba.

El placer del amor.| Romione.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora