The Demond and the Lord

El Sendero

Voy caminando por un sendero que atraviesa del pueblo al bosque. Mientras me sigo preguntando cómo es que llegue aquí un señor me detiene justo antes de poder entrar al bosque.
-Oh~? ¿A donde vas pequeño? ¿Sabes que ese bosque es peligroso no?
-No es de tú incumbencia el saber a dónde me dirijo.
Que fastidio. ¿Quien es el para negarme el paso?
-Bueno si me disculpas tengo muchas cosas que hacer y no pienso perder el tiempo con un señor como tú.
-Hey! No sabes quién soy yo? Me dice mientras posa mostrando una enorme sonrisa arrogante.
-no sé quién eres y me interesa en lo más mínimo -lo veo con fastidio
-Bueno debes de estar confundido, yo soy el MEJOR y más VARONIL de aquí. Por si no lo sabías estoy en busca de una prometida.
-Claro y como me interesa y soy mujer.-le digo mientras me cruzo de brazos ya más exasperado por qué no me deja seguir.
-Bueno podría hacer una excepción contigo.
Veo como se me acerca más. Esto ya lo conozco... no voy a caer en su jueguito amoroso. Tengo demasiado enojo ahora para que me estén molestando.
Así que me alejo de el y lo ignoro siguiendo el camino.
-Hey al menos déjame decirte mi nombre! Soy Claude Faustus a tú servicio my lady~
Lo ignoro con las ganas de ir con el y abofetearlo lo más fuerte que se pueda.

Después de un tiempo, cuando el bosque dejo de tener color y calor llego a un pongo donde empieza a nevar.
-¿Nieve? Pero si hace un rato el sol era como si fuera verano...
Me voy acercando más y más al frío; siento como mi nariz se pone fría al igual que las puntas de mis dedos...
Levantó la mirada y puedo verlo. Un castillo.
Alto, barroco, de piedra negra. Se notaba a la distancia que nadie lo había visitado en años.
Tenía que admitir que era expendido a la vista, tal cual como mi mansión.
Seguro Sebastian esta ahí, no tengo duda...
Llego a la entrada pasando una reja congelada y me topo con una enorme puerta. Dudo de tocar la puerta pero luego recuerdo... esto sería mío por derecho. Así que abro las puertas de par.
-Sebastian! Ven ahora mismo y dime que sucede!
Antes de poder poder decir algo más las puertas se cierran estrepitosamente detrás de mi dejándome en una fría y sofocante oscuridad... momentos después lo único que puedo ver son unos ojos rojos fijos en mi.

Perdonen si no escribí antes jeje. No tenía la suficiente inspiración para seguir escribiendo y pensé que nadie lo hija a leer pero oh sorpresa! Con que sean 11 o 10 seguiré escribiendo para ustedes. Muchas gracias y perdonen de nuevo el retraso y si hay alguna falta de ortografía. -Nick