Capítulo 2: Tragos

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"AMOLAD no me pertenece, es propiedad de The Snipster"

El olor de cigarrillo se impregnaba en sus fosas nasales, Des observaba las bebidas llegar una tras otra, tal vez había sido un error dejarse llevar por su instinto y entrar a ese lugar, todo él gritaba que no debería estar ahí, su traje Armani a la medida de color negro, su reloj Rolex de oro blanco, y sobre todo que el hombre frente a él fuera el que consumiera todas las bebidas, mientras su tequila sunrise no tenía más que un sorbo.

Leo Spindler, como se había presentado el sujeto, llevaba una botella completa de Whisky Jack Daniels, a pesar de eso lucia tan fresco que era aterrador. Pensaba en lo exorbitante de la cuenta, todo gracias a la cantidad de alcohol que podía procesar el hombre.

Un rubio con gafas se acercó a la barra de aquel bar de mala muerte.

— Spindler, no podrás subir ese culo a la moto — se burló quien al parecer era el cantinero de aquel bar. Por el tono familiar de dirigirse a Leo, también era amigo de aquel hombre.

— ¡Cierra la boca William!— vociferó Leo, ante la cara apenada de Des, odiaba llamar la atención — Aquí, mi guapo amigo misterioso me invito un tragó — lo señalo, causando rubor en su mejillas, por el piropo disfrazado de sarcasmo.

— Un trago Spindler, no todo mi bar — se mofó William, con gesto de molestia, Aeva podría jurar que el sujeto tenía una vena saliendo de su frente. El otro solo le dio una sonrisa que causaría combustión espontanea a cualquier mujer u hombre homosexual a la redonda.

— A veces pareces mi madre — se quejó Spindler, poniéndose de pie ante la mirada atónita de Des—. Oye, ¡Vámonos!

— ¡Disculpa! — exclamo Aeva, la música de aquel lugar no era del todo mala, una canción se escuchaba de fondo era incitadora, como el hombre que tenía enfrente.

— ¿Te quedaras aquí? — Pregunto, alzando una ceja en tono de reproche — no habrá quien te salve, chico misterioso.

Leo caminó, dándole la espalda, la camisa blanca pegada al cuerpo le dio otro vistazo de ese espectacular tatuaje negro en forma de alas, la primera cosa que noto en él, aunque tenía que admitir que todo el hombre era un manjar de dioses. Sacudiendo la cabeza, puso dos billetes de quinientos dólares en la mesa, William abrió los ojos anonadado.

— ¡Tome el resto como propina! — se despidió, casi corriendo al ver que Splinder iba en la salida, y al darse cuenta que era un blanco fácil para aquellos sujetos ebrios y mal encarados.

Salió de aquel ambiente a las calles de Long Island, su hogar no estaba lejos de aquel lugar repleto de bares, era difícil de imaginar que cantinas como el 'Tr3s' estuvieran cerca de los Hampton's. Su mansión en la playa era incomparable con aquellos antros de perdición; Leo estaba en el estacionamiento, mirándolo fijamente, sentado en su Harley Davidson negra, la camisa blanca estaba cubierta por una chaqueta negra de cuero y un cigarrillo era sostenido por sus labios, el odiaba el olor a tabaco barato, pero en Leo era atractivo.

— Tardaste — dijo el moreno clavando sus orbes en los de Des, tomo el cigarrillo entre sus dedos y soltó una bocanada profunda — iba a buscarte, por un momento pensé que te había pasado algo.

— Solo pagaba tus consumos — contesto con simpleza Aeva, observar al hombre desde esa moto le daba un ligero estremecimiento, casi no hablaron en aquel bar, la música no les permitía interactuar.

— ¿Cómo vas a irte? — pregunto Leo, lo observaba burlón y desafiante, Des maldijo su arranque, había olvidado por un momento que no tenía su BMW, si no que había optado por una camioneta de la agencia.

— Pediré un taxi — dijo sacando su iPhone del bolsillo de su pantalón, Leo dio un resoplido.

— En medio de este lugar, debes de ser muy ingenuo o muy tonto, ningún taxista inteligente vendría de madrugada por ti, ¡súbete, te llevo! — ordenó Leo, Des dio un paso atrás.

— Acabas de beber una botella completa, y además... odio las motos — las palabras salieron demasiado sinceras, solo al ver la cara de molestia del hombre se dio cuenta de que no fue la mejor forma de expresarse.

— Muy bien... ¡haz lo que desees! — Leo encendio la moto, la cual dio un rugido ensordecedor, Des se hizo hacia atrás para alejarse de aquel aparato infernal, el moreno le dio una seña de despedida con la mano izquierda e iba a largarse y dejarlo ahí, pero algo dentro de él se lo impidio.— ¡Ultima oportunidad!

¿Qué pensaba hacer Aeva?, no podia llevarlo a su mansión, pero tampoco queria perder esa oportunidad, se odiaba a si mismo, como un magnate como él actuaba cual adolescente hormonal. Sin meditarlo se subio detrás de él, estaba siendo llevado en una moto por un completo desconocido en estado de ebriedad, a algun lugar en medio de la noche; se abrazo del joven sin pudor alguno, y comprobo sus sospechas, una espalda trabajada y pectorales duros como roca, tenia que calmarse, la cercania no era favorecedora si se precentaba un ligero inconveniente.

— ¡Pense que preferirias quedarte con Morris! — se burló Leo, posicionando bien las manos de su acompañante sobre su vientre— ¡quieto hombre!, o perdere el control de esta cosa.

— No me culpes Leo, si chocamos sera tu culpa, ¡estas ebrio! — dijo sonrojado, las manos le temblaban.

Spindler volteó y soltó un resoplido cerca de su cara, el aliento alcohólico del chico puso a Des aun más nervioso, demasiada cercanía haría que su cerebro estallara.

— Esa boca tuya, me gustaria que la usaras para otras cosas que no sea el sarcasmo — murmuro Leo, esta simple frase le provoco un temblor por todo el cuerpo a Des, oficialmente sus pies eran de gelatina

— Puedo intentarlo... — contestó, la sonrisa provocadora que le otorgo fue suficiente para que Leo arrancara el motor de su Harley negra.

— Muy bien, tal vez no sepa tu nombre, pero... espero poder convencerte de que me lo digas — Leo salió de aquel lugar tomando un rumbo desconocido para Aeva.

— ¿A dónde vamos? — la voz de Des temblaba, no sabía si en deseo o solo de nervios, Leo aceleró ocasionando que el otro se aferrara más fuerte, podía sentir la erección golpeando su trasero en una tortuosa agonía.

— A mi departamento — contestó con simpleza.

Esa madrugada no podría llegar a la junta de las ocho.

N.A. ¡Dios! esto gritaba Lemon por todos lados, no sé qué rumbo le dé a esto, se supone que es un drabble, o era uno... bueno si les gustó esta mierda cliché espero su comentario y estrellita <3. Saludos.

Por cierto, solo vean que preciosidad de cancion me recomendo zadrack. Va para ti que me pasaste el Soundtrack del capitulo. 

N.A. 2 Gracias a  Holanster por este hermoso Fan art de Leo en  su moto, se ve tal como lo imagine en mi cabeza el día que hice ste fic. 

 

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