-Tks, mocoso insolente. Parece que mis métodos de disciplina no son lo suficientemente efectivos- comentaba con su tÃpica inexpresión el capitán Levi Ackerman a su amante insolente. Quien ahora solo podÃa verlo con ojos desafiantes y un ápice de colera en su ser, por no decir enojado.
Eren Jaegar, amante del hombre más fuerte de la humanidad, estaba cavando su propia tumba, lo sabÃa pero ya era muy tarde para retractar sus palabras.
-Eso depende de como lo vea usted capitán- dijo el más joven de los dos con una sonrisa, recordando las disciplinas que su amado le otorgaba.
-Mocoso pervetido-
-Entonces, digame capitán, ¿acepta?- Eren temÃa por su respuesta. Esta serÃa una batalla de la que tal vez no regresarÃa con vida.
-Acepto-
... ... ...
Era un dÃa normal como cualquier otro, o al menos intentaba serlo en un mundo donde existen criaturas capaces de medir más de 50mts de altura y que además son come hombres.
Todas las ramas del ejercito se encontraban en un dÃa de descanso, llamado dÃa de las murallas, en donde se rendÃa culto a MarÃa, Rose y Sina, las tres protectoras.
La ola de ataque de los titanes habÃa disminuido gradualmente en este perÃodo de tiempo, por lo que para todos les sentó bien el tiempo que tendrÃan libre en la ciudad.
Por más que los reclutas quisieran regresar a sus lugares de origen no permitÃan darles más lujos de los que poco contaban. Su presencia en primera lÃnea serÃa requerida en cualquier momento y por ende no era aceptable su partida, aun en dÃas de fiesta.
Una vez llegada a la ciudad, un mar de gente los azotó al instante. Ventas, compras, bailes y fogatas, estaba demasiado animado como para siquiera recordar todo lo malo que existÃa en el mundo.
La legión de reconocimiento, asà como la tropa estacionaria y la policÃa militar; se reunió en un establecimiento lo suficientemente grande para las tres ramas, que incluÃa hospedaje y comida por orden del rey.
Una vez instalados, los reclutas de la nueva generación del escuadrón 104 no esperaron más y salieron, sin siquiera quitarse sus uniformes, a unirse a la diversión.
Lo mismo hicieron sus superiores.
Se encontraban en la planta baja del lugar, un muy amplio bar/restaurante y a solo unos pasos de distancia, en una de las mesas del lugar, Eren se encontró con su viejo amigo y tutor, Hannes, quien ya estaba un poco pasado de copas.
Se acercó a él junto a Mikasa y Armin.
Por otro lado Berthold y Reiner se reunieron con Annie, quien se encontraba con sus nuevos compañeros de escuadron, Marlo y Hitch.
Sasha y Connie se dirigieron a una de las mesas del fondo a pedir alimento, mientras eran acompañados por Ymir, historia, Marco y Jean.
Levi era arrastado por Hanji hacÃa la barra, quien insistÃa al enano unos tragos para alegrar su dÃa y tener el valor de follarse a Eren sin pena ajena esa noche.
-Levi, las mesas son dificiles de elaborar, terminarán cobrandonos- DecÃa el comandante Erwin deteniendo la acción del azabache de estrellar una segunda mesa sobre la castaña. La primera era obvio que se lo dejarÃan pasar.
-Me vale-
-Si lo haces Eren se molestará contigo- decÃa a la par del comandante, Mike.
-Tks, por esta vez te salvas mierda- y el pelinegro siguió su camino junto a sus compañeros, dejando a una castaña semi-inconciente.
Todo iba de lo más trivial, hasta que cierta conversación llamó la atención de varios presentes.
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Jovenes vs Veteranos
FanfictionTwo-shot Ererin/Riren La boca de un mocoso es lo suficientemente grande para meterlo en problemas más que sus acciones. ~Fora