Tú eres mi enemiga | Fanfic Ranma 1/2

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Los personajes de Ranma ½ pertenecen a la mangaka Rumiko Takahashi y solo escribo para los fans por diversión que aman esta genial serie de Anime y manga sin obtener algún ingreso económico.

Capitulo 23

Una hora antes de ir a ver a Ranko...

Ayanami se dirigía al hotel en donde se hospedaría después de haber estado más de un mes en Francia. Había pedido un taxi y le pidió que la llevara a cierta dirección. Cuando su madre murió decidió vender su casa y gano mucho dinero por eso porque siempre vivió cómodamente, no tenía la cantidad de dinero que su hermano, pero nunca le falto nada. Su infancia fue tranquila, pero siempre se sintió sola por la falta de compañía como un hermano, su madre no llenaba ese espacio porque siempre estuvo ocupada, aunque cuando cumplió ocho años sospechaba que se veía con alguien. Posiblemente podría tratarse de su padre, pero no fue así.

Una noche que no podía dormir vio salir a un hombre de la oficina de su madre, se escondió para que no la viera y fue la primera vez de muchas porque ese hombre venía por lo menos tres veces al mes. Nunca supo su nombre, solo su apellido, pero sabía que no era coincidencia cuando conoció a Ranko y supo de inmediato que posiblemente era su hija y lo confirmó cuando supo en que día había muerto ¿y cómo podía saber que día murió? Sencillo, porque ella vio los últimos segundos que estuvo con vida mientras él caía al suelo desde el segundo piso de su casa. Ese hombre estaba alrededor de muchos pedazos de vidrios porque había caído en una mesa de cristal que estaba en el centro del salón principal. Había un barandal en los pasillos de arriba y terminaba en la gran escalera. Miró hacia arriba y estaba su mamá y no estaba llorando con desesperación ¿Qué sucedía?

Decidió regresar a la sala donde estaba acostada porque no dejaba de dolerle la cabeza y para que su madre no descubriera que había visto su pecado. Su madre estaba obsesionada con la religión por lo que siempre la obligaba a rezar. A pesar de su forma de ser, siempre le enseñó lo que está bien y está mal. Por eso, por más que odiara a una persona no podía desearle el mal.

Después de esos días, miraba intranquila a su madre. Ni siquiera en esos días había entablado una conversación con ella, ni una sola palabra. Aunque desde que vio eso, más otra tragedia que vivió ese día no dejaba de tener pesadillas, si en aquel entonces habría sido una niña y no una adolescente de quince años, no lo hubiera soportado y gritaría, pero no podía permitir que su madre se enterara de que ella la vio. Un día entró a la habitación de su madre y no sabía porque empezó a buscar algo que en sí, no había nada que le llamara la atención. Miró una fotografía, había por lo menos siete jóvenes de aproximadamente diecisiete años, entre ellos estaba su mamá y aquel hombre a quien había asesinado. Eran cuatro mujeres y tres hombres. Le llamó la atención uno de ellos, extrañamente recordó a una chica que estaba en su clase, tenía ojos cafés y cabello azulado, se llamaba Akane. Siempre la observaba y no sabía porque. Estaban en su último año de la secundaria y tenía esa curiosidad desde primer año, jamás se acercó a ella por vergüenza, era muy tímida y siempre les tuvo miedo a las personas porque sentía que la iban a criticar por su forma de hablar que no era extraña, pero era lo que su mente decía. Aunque hace días supo que la mamá de ella había muerto, justo el día en el que ese hombre fue empujado por su madre. Cuando lo supo comenzó a temblar y sus pesadillas se hicieron más presente en sus sueños... esa mujer era...

Guardó la foto y se fue de la habitación. Cuando estaba en primero de preparatoria llegó una mujer a buscar a su madre y se fijó que era una de las chicas que estaban en la fotografía, solo que ya mayor. Pero observándola bien, le recordaba a otra persona. Venía con una joven que parecía de su edad y se fijó que tenía el mismo uniforme de su escuela.