Too late •|STEREK|•

36.

Stiles

-No, por favor no de nuevo–susurre viendo el cuerpo sin vida de Derek en el suelo

Estábamos en el paramo...otra vez.

Todo era igual, a diferencia que ahora estábamos solos. Ninguna ninfa o miembro de mi manada se encontraban presentes. El cielo nublado, casi oscuro me hizo temblar, aire gélido comenzaba a soplar cada vez con más fuerza.
Y de un momento a otro todos los árboles comenzaron a caer, como si el aire los arrancará del suelo.

Atraje el cuerpo de Derek hacia mi, abrazándolo. Su piel se sentía helada.

El crujido de un tronco partiéndose a la mitad me hizo pegar un brinco, este se arrastró en nuestra dirección con rapidez, simplemente no pude hacer nada, abrace el cuerpo sin vida de Derek y cerré los ojos esperando el impacto.

*

Abrí la boca, dejando que el aire fresco entrará en mis pulmones, la habitación estaba fría.
Mire en todas direcciones, escuchaba el latir de mi corazón en mis oídos. El ventanal de la habitación estaba abierto, dejando entrar el aire por ahí, un aire demasiado frío.

Derek está bien.

El lado de la cama de Scott estaba vacío, dirigí mi mirada a la puerta del baño buscándolo pero estaba oscuro.

¿Que demonios?

Busque con la mirada a los betas, encontrándolos a cada uno en sus respectivas camas.
El aire gélido seguía entrando por la habitación llenando cada rincón, junte mis manos y sople en ellas.

Espere a que Scott llegará o entrará por la habitación y nada.

Camine al ventanal; el bosque se extendía frente a mi, lucia aterrador de noche. Cerré con cuidado la puerta pero un quejido de molestia me detuvo.

-Stiles, hace demasiado calor–hablo Boyd, más dormido que despierto

-Chucho, me congelo–me queje, abrazando mis brazos

-Pégate a Scott entonces–musitó con obviedad

-Ni si quiera está en la cama–susurre abrazando mi cuerpo con mas fuerza, una corriente más fría entro por la puerta

-Ah es cierto, está en la sala hablando con Braeden y Peter–hablo Boyd con los ojos cerrados

Solté un bufido, malditos chuchos, como ellos son un maldito calefactor, que el humano se congele, que más da. Camine al colchón de Liam y lo patee suavemente. Un pequeño sonido salió de su garganta.

Es como si a Liam no le importará en lo más mínimo el calor, el beta estaba sumido en su gran cobija sin siquiera inmutarse.

-Liam–susurre—¡Liam!—intente una vez más, esta vez un poco más fuerte

El beta soltó un quejido y se movió a un lado aún con los ojos cerrados, dejándome espacio en la cama y levantado la cobija con su mano, indicándome que entrara junto a él.
Sonreí y me agaché entrando en las cobijas, el calor corporal de Liam me envolvió rápidamente y sentí como los dedos de mis pies empezaban a calentarse.
El beta soltó un pequeño ronquido y se pego un poco más a mi espalda, quedando ambas espaldas juntas.