El placer del amor.| Romione.

Capítulo 32: La comarca para pasar la noche.

Con todo listo para partir, los jóvenes tomaron sus bolsos y saludaron a Ginny, la sala común estaba vacía, a la pelirroja se le volvieron a humedecer los ojos, su hermano la abrazó con cariño y apretó lo ojos.

—Lo traeremos de regreso, Ginny.-Le murmuró en voz suave.

Luego fue Hermione la que se aferró a su amiga, no hicieron falta las palabras, ellas se entendían, la castaña soltó a su amiga y se giró para salir por el retrato de la dama gorda, no miró atrás, caminó con paso decidido mientras unas lágrimas se le resbalaban por las mejillas.

Ron y ella llegaron hasta la puerta del castillo donde los esperaba la profesora McGonagall, Hermione tenía su escoba agarrada con la mano derecha y su novio vio que temblaba.

—Será mejor que viajes conmigo…-Le dijo, ella asintió con la cabeza y se montó en la escoba de Ron, el chico subió tras ella y luego apuntó a la otra escoba y la encantó para que los siguiera.

—No se preocupen, iremos todos.-Afirmó la profesora.

Ron le guiñó un ojo y dio una patada al piso, la escoba se elevó, Hermione apretó los ojos y se aferró al mango de la escoba. Ron la sostenía firmemente de la cintura.

—Tranquila, no pasará nada…

Ron llevó la escoba por sobre las nubes, Hermione abría los ojos tímidamente y se sorprendió al ver las nubes bajo sus pies.

—Es hermoso…-Dijo, Ron sonrió, a pesar de su miedo a volar no podía dejar de reconocer que el espectáculo era maravilloso.

—Harry nos lleva ventaja.-Murmuró el pelirrojo.-Vuela muy bien y va solo, de todas formas estoy seguro de que parará en cuanto llegue la noche, no es seguro volar de noche.

El viaje de ellos era de por sí mas lento, Ron tenía razón, ellos eran dos sobre una escoba y debían esconderse y cambiar de rumbo constantemente por miedo a que los siguieran.

Cuando comenzó a oscurecer, el chico buscó con la vista algún pueblo para pasar la noche, diviso desde lo alto lo que parecía ser una comarca.

—Bajaremos aquí.

La escoba comenzó a descender y la chica aterrada se aferraba de donde podía, aterrizaron en un campo plano y muy verde.

—Nos tomará unos 20 minutos de caminata llegar hasta el pueblo.-Dijo Ron.-Podríamos desaparecer y aparecernos por ahí.

Su novia negó con la cabeza.

—No, Ron, para desaparecer debemos estar seguros de que ese es un pueblo mágico, no estoy segura de que lo sea, lo mejor será caminar.

Así lo hicieron, caminaron tomados de la mano hasta la entrada de la comarca, antes de llegar, Hermione hizo aparecer un bolso grande donde guardaron las escobas.

—No tenemos dinero muggle.-Murmuró el chico con algo de desesperación, su novia se metió la mano al bolsillo y le mostró unos billetes.

—No es mucho, pero creo que nos alcanzará para pasar la noche y comer.

Efectivamente el pueblo no era un pueblo mágico, era un lugar de vacaciones con un gran lago y cabañas en alquiler, al no ser temporada alta a los chicos no se les complicó encontrar un lugar libre para pasar la noche, se ubicaron en un posada colonial muy bonita pero austera, la castaña sacó el dinero y pagó por la noche que pasarían allí.

El conserje del lugar les asignó una habitación en el primer piso, ellos subieron sus bolsos hasta la plata superior y entraron en su cuarto, era un lugar pequeño pero muy pulcro, todo estaba muy limpio, el suelo era todo de madera y la cama de dos plazas era de bronce y parecía antigua, las paredes eran blancas y solo colgaba un bello tapiz de telar en la pared donde se ubicaba la cabecera de la cama.