Feliz cumpleaños

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Vida se había esmerado por completo, la cena, las velas, todo.

Y dime, Vida.— Habló Muerte mientras daba un sorbo a su copa de vino.— ¿Hay alguna otra sorpresa de la que deba enterarme?

Alzó una ceja mientras veía en dirección al dios frente a él.

Vida jugueteaba con la pasta mientras apretaba y aflojaba la corbata.

Se notaba que estaba nervioso con lo que iba a hacer, pero trataba de no mostrarse miedoso ante ello.

La pregunta de Muerte lo hizo soltar el tenedor, pero de inmediato recuperó la postura, se aclaró la garganta para responder: — De eso se tratan las sorpresas, no llegaran hasta que sea el momento indicado para mostrarlas.

¿Por qué me torturas, Vida? No pensé que te mostraras tan reservado en mi, cumpleaños. Pero no importa, mientras podamos disfrutar completamente esta velada que has planeado.

Muerte dio un vistazo a las demás mesas antes de volver a observar directamente a los ojos a Vida.

Déjame decirte que este lado tuyo me excita .— Susurró desde su lado de la mesa con sus ojos penetrando lentamente al ojidorado.

Vida trago con dificultad la pasta que tenia en la boca. "Excitación... Placer... Clímax..." muchas palabras llegaban a su mente y todas tenían que ver con... Digamos le así sexo.

Lo siento Muerte, creo que me siento un poco nervioso con el simple hecho de ser la primera vez que yo... — estaba apunto de hablar de más— Te... ¿Invito a salir?

Muerte cubrió sus labios con su mano al tratar de ocultar la gracia que le provocaba la inocencia de Vida.

No deberías sentirte nervioso, aunque a decir verdad me halaga tu sentir.

El dios más alto dejó de hablar para dejar escapar un puchero.

Aunque no me agrada la distancia que existe entre ambos. Creí que estábamos en confianza.— Aprovechó la intriga del más bajo para soltar mientras se acercaba por encima de la mesa. — ¿O es que acaso me tienes miedo?

¿¡Miedo!?— "Estoy aterrado" pensaba el más bajo — ¡Ja!, ¿Que te hace pensar eso? — "No lo mires a los ojos, no lo mires a los ojos".

Vida intentó desviar un poco la conversación con un elogio hacia la comida, pero no podía quitarse los ojos de Muerte encima. No podía más.

Muerte... Al ser tu cumpleaños, he preparado algo más que la cena... Pero para tu siguiente sorpresa necesitaré que me acompañes.— dijo Vida levantándose de la silla y extendiéndole la mano derecha

Muerte estaba emocionado, pero jamás se lo dejaría saber.

Sinceramente el dios más alto había estado enamorado de Vida, lo amaba tan fielmente que nunca se lo dijo ni a un alma.

No pensaba que en un día cualquiera para celebrar su cumpleaños Vida lo invitaría a salir.

Muerte prácticamente deliraba.

Y con su completa seguridad se levantó, acompañando aquel movimiento con un sensual menear de caderas.

Pudo observar a Vida ruborizarse un poco.

Hoy eres mío

Y en efecto, al tomar su mano el tacto que sintió era similar al de las sedas más suaves del Oriente, y su textura era maravillosa.

CumpleañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora