Parte única.

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Una sola parte.
AU, Fantasía, Año actual: 1996.

[...]

-Mark, no deberías salir.-su compañero de trabajo, Chittaphon le advirtió.

El rubio le dirigió una mirada como si fuera un loco que se había escapado del manicomio o como si tuviera tres cabezas, desde su escritorio. Con la chaqueta en la mano y todas sus cosas sólo negó con la cabeza y se levantó dirigiéndose hacia la salida.

-¿En serio vas a salir? Mira, está lloviendo.-Chittaphon lo intentó una vez más. Mark se encogió de hombros, tan frío como normalmente lo era.

-Suficiente.-por fin habló, rodando los ojos com fastidio.-Ya terminé todos los artículos que tenía que escribir y no veo qué más tengo que hacer aquí.

Era cierto, Mark al ser uno de los periodistas más reconocidos de la prensa casi siempre tenía montones y montones de trabajo por hacer, incluso algunas veces debía llevarse el trabajo a casa. Pero aquella noche no era así y Mark estaba más que complacido en poder irse a casa temprano, porque le hacía falta un descanso cuanto antes pero ahora tenía a Chittaphon (su molesto compañero de trabajo) rogándole para que no se fuera.

-¡La cafetera se dañó!-gritó el tailandés, agitando los brazos en el aire como loco.

-Para algo tenemos a Jennie.-respondió, ya empezaba a oír como las gotas de lluvia caían con más fuerza por la ventana y planeaba correr a su casa así que ya no dejaría que Chittaphon lo retrasara más.-Adiós, Chittaphon. Ten buena noche.

Y sin importarle las quejas incesantes del pelinegro dejó la oficina. Se despidió con bastante rapidez de los reporteros que se encontró en el camino, miró hacia ambos lados de la calle antes de cruzar cuando por fin estuvo afuera y justo cuando iba a llegar sano y salvo hasta el otro lado un auto pasó justo por sus narices.

Soltó un jadeo cuando el auto se estacionó junto a donde estaba parado Mark y permaneció allí. Se echó hacia atrás quedando sentado en el suelo de la solitaria calle.

Mark se dio cuenta de que era un taxi, pero no comentó nada al respecto pues seguramente esperaba por alguien más, él no había llamado a ningún taxi. Se incorporó, sacudiendo la tierra que había quedado adherida a sus pantalones y trató de rodear al auto para poder pasar. Sin embargo volvió a pegar un salto cuando el conductor del taxi sonó el claxon de este, segundos después bajó el vidrio revelando a un muchacho joven con cabello castaño y con un flequillo largo que le caía por un lado de la cara hasta llegarle casi al mentón. Le sonrió pero aún así Mark se aclaró la garganta, incómodo.

-¿Se le ofrece algo?-preguntó, la verdad es que toda aquella situación le causaba algo de ansiedad.

-¿Eres Mark Lee?-Mark quiso dejar salir un gruñido ya que odiaba que le respondieran con otra pregunta. Asintió.-Sube, tu amiga Rosé llamó un taxi para ti.

Mark parpadeó, para luego subir con cuidado al asiento de atrás sin decir palabra. Rosé, la chica que lo perseguía preguntándole si podían salir juntos cada vez que lo veía. No era algo personal, pero primero a Mark sólo le importaba su trabajo, y hace algunos (muchos) años había perdido a su novio. Donghyuck, fueron novios desde la secundaria y luego estaban a punto de comprometerse hace dos años, pero unos ladrones habían asesinado a Donghyuck porque este no quiso hacer lo que les pedían, gritando que el dinero era para su boda.

The Cab ; markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora