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 13:54 pm.

Llevo una semana sin verla, siempre que le pregunto de salir me sale con una excusa barata, es tan obvia; no sabe mentir. Por suerte no tengo de qué preocuparme, sé el por qué. Sabía que Changkyun y ella habían quedado y necesitaba saber por qué, era obvio que ellos dos no habían quedado simplemente para pasear, o eso quería creer. Después de tanto insistir Changkyun me lo confesó, me dijo qué era lo que le pasaba a Sohee y me contó aquella teoría y con ella el por qué de la ausencia de Sohee en la última semana.

18:02 pm.

Esperaba con ansias aquella llamada o mensaje de ella que me dijese lo que quería oír, "quedemos en nuestro banco". Y eso fue lo que me dijo, ese fue el mensaje que acababa de recibir. Corriendo, me arreglé y salí de casa lo más rápido que pude.

18:18 pm.

En cuanto llegué al río la vi allí, tan preciosa como siempre, sentada en nuestro banco, jugando con sus manos nerviosas. Me acerqué sin que se diese cuenta de mi presencia y me puse frente a ella, estaba dispuesto a escuchar lo que tenía que decirme, la cual cosa podría cambiar mi vida para bien o para mal. Pero, en cuanto elevó su mirada hacia mí no lo pude evitar. La agarré de la mano levantándola del banco, la acerqué hacia mí y posando mi otra mano en su suave mejilla la besé. Fue un impulso, no aguantaba, lo necesitaba, la necesitaba.

Afortunadamente en ningún momento rechazó aquel impulso tan repentino, cosa que me relajó, aún así tenía miedo a que me rechazase esta vez con palabras.

―Por favor, dime que no ha sido el efecto de ningún puente. ―dije cogiendo ahora su otra delicada mano, quedando así los dos agarrados de ambas manos, el uno frente al otro.

En ese momento, Sohee abrió los ojos como platos, para luego volver a relajar su rostro formando en él una dulce sonrisa.

―No, no ha sido ningún puente, todo lo que siento por ti es tan real como el deseo de pasar mi vida junto a ti. ―dijo sin borrar aquella sonrisa.

Esa frase fue probablemente la mejor que jamás me habían dicho.

―Dime que me quieres. ―pronunció con aquella voz que tanto me gustaba oír.

―Te quiero, te amo y te necesito, y te lo diría de nuevo miles de veces.

Entonces deshizo nuestro agarre y colocando mi rostro entre sus pequeñas manos y poniéndose de puntillas para alcanzarme, juntó nuestros labios de nuevo.

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Fin

•「The Hanging Bridge ; LMH」•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora