El mundo no es cruel ni alegre. Sencillamente es azaroso, está lleno de partículas que se cruzan como un rayo, sustancias químicas que se mezclan y reaccionan.
-Harlan Coben.
Samantha.
Salgo temprano rumbo a Ascot Hills cuando el día aún comienza a nacer. Siento algo parecido a la felicidad al caminar bajo la sombra protectora de un cielo nublado y sonrío mirando arriba. Presencio un milagro al ver que por fin las nubes se reunieron para dejar al sol fuera de combate formando una tupida capa gris sin aperturas. Sería un día perfecto si las temperaturas fueran más bajas, pero como la perfección no existe el calor no amaina.
Hoy es domingo, el último día que me quedaba para dormir plenamente antes de volver mañana al instituto, pero me desperté antes de tiempo y fallé en todos mis intentos de volver a conciliar el sueño. Llevo dos días seguidos durmiendo mal por culpa de tanto cavilar, aunque hoy he dormido algo mejor que ayer, pero el insomnio no dejó de dar vueltas por mi habitación como alma en pena.
Desconocía lo decisivo que sería ese suceso para mi futuro. El destino es así de caprichoso, te maneja y coloca sorpresas donde y cuando menos te lo esperas.
Desciendo la cuesta disfrutando de este oscuro amanecer solitaria, pero con la compañía de Everlong de Foo Fighters sonando a mis oídos. Su alegre melodía aleja todos los malos pensamientos que rondaron por mi cabeza gran parte de la noche.
A estas horas la calle está desierta, más al centro abunda la energía que nunca se detiene en el corazón de la ciudad. Los rascacielos se desdibujan en una bruma contaminante y tienen un aspecto siniestro bajo el cielo nuboso. Las nubes se deslizan con lentitud en torno a los edificios más altos y entierran sus cimas.
¿Cómo será estar en la azotea, metido en la propia nube y rozarla con las manos? Siempre quise tocar una, aunque sepa que es una masa vaporosa intangible, pero tengo curiosidad por acariciarla, sería lo más parecido a volar sin alas.
Bajando la empinada calle, más adelante lo veo. Está frente a un árbol y no tengo que fijarme mucho para saber que está meando, pero tampoco quiero. Tiene una mano apoyada en el tronco mientras la otra sujeta y dirige el fino chorro a las raíces abultadas que emergen del suelo ¡Puaj!
Hecha la cabeza hacia atrás dejando escapar un suspiro de placer. Debe llevar tiempo aguantando. Hago una mueca de repugnancia sin mesura. Me da asco la gente que hace esas cosas en la calle. Prefiero reventar antes que hacer eso.
La cara del chico me suena de algo, pero no sé de qué. Creo que ya lo he visto antes en alguna parte, aunque no recuerdo dónde. Unas gafas de sol le cubren parte del rostro y de su boca sobresale un cigarrillo a punto de acabarse.
Entorno los ojos sospechando quién pueda ser y las dudas se desvelan cuando gira la cabeza en mi dirección como si hubiera notado que lo estaba observando. Me concede una amplia sonrisa y hace un levantamiento de cabeza hacia mí a modo de saludo.
Me paro de forma súbita y casi pierdo el equilibrio en cuanto lo reconozco. Es el Vecino. Se me detiene el corazón un segundo para después latir desbocado. El otro día me pasó lo mismo, no entiendo por qué me pasa esto cuando lo veo.
Separa la mano del árbol y me saluda tan tranquilo mientras sigue haciendo sus necesidades como si nada, en vez de camuflarse un poco. Vergüenza debe ser una palabra inexistente en su diccionario personal.
Pienso en dar la vuelta e irme por donde he venido haciendo un rodeo hasta Ascot Hills, pero me resisto, puedo enfrentar esto, creo...
No sabía lo que me esperaba...
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Always 1 - Destinos Cruzados #PGP2017 #BLAwards2017
Teen Fiction"CUANDO DOS DESTINOS SE CRUZAN ES IMPOSIBLE SEPARARLOS" Hace años que Samantha MacAuliffe vive en un suburbio de Los Ángeles, pero todavía no se adaptó a la gran ciudad. A pesar de vivir en la capital mundial de la fama, la moda y la diversión, su d...