Capítulo 22: ¿Animales?

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Al salir del hospital, me dirigí al parque y noté que los animales me empezaban a llamar la atención y no de buena manera.
Primero, vi sus tiernos "rostros angelicales" y sentí la necesidad de borrar esas sonrisas de sus peludas caritas.
Segundo, sentí el latir de sus pequeños corazoncitos y desee que dejaran de respirar.
Tercero, vi que una niña estaba saltando la cuerda y me dieron ganas de quitársela para poder ahogar a las pequeñas y peludas mascotas.
No logro comprender lo que me está pasando, yo amo los animales. Simplemente, sería incapaz de hacerles daño, pero ahora que lo analizo es tanta la tentación que me cuesta demasiado controlarme.
Intentó caminar más rápido y cruzar el parque a toda velocidad, sin mirar a los tiernos angelitos peludos, pero me es imposible porque en cada rincón del parque se encuentran miles de animales.
Me escabullo y me escondo en un arbusto, cerrando los ojos para intentar dejar de pensar en la existencia de las mascotas, pero mientras más lo intento, más me cuesta y lo peor es que de pronto todo mi esfuerzo muere, porque tengo en mi regazo un conejito muerto y en mi mano el corazón de este.

La Hija Psicópata (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora