El brazo del chico temblaba pero su mano firme sostenía todas las rosas, procurando que ni una se le escapara, el rostro de la chica demostró sorpresa al ver detrás de las flores quien era la persona que estaba deteniendo su suicidio.
Dos años antes de ese episodio Victoria era una sicaria, reconocida entre esa comunidad como "suspiro", por la silenciosa forma que tenia de matar, aprovechándose de su angelical rostro para engañar a sus víctimas, siempre atacaba de noche, se hacia pasar por una desamparada, una buena amiga, etc. Su idea era mostrarse vulnerable para que nadie sospechara.
Tenia 16 años y vivía con un grupo de hombres que la habían adoptado con el fin de explotarla y hacer trabajos pesados, al igual que su hermano, pero al ver el talento que tenia con el cuchillo, decidieron volverla una mas de su comunidad.Era una joven que no llamaba para nada la atención, el arma perfecta, ella tenia este 'trabajo' naturalizado, sabia a donde ir y como, donde encontrar armas, etc.
Vivía en una pequeña habitación oscura, con un antiguo televisor y una cama algo atrofiada, su propia colección de armas y libros de psicología, que compraba con el dinero ganado en su 'trabajo'.
Estaba terminando la noche del sábado cuando una carta de ultimo momento había llegado, las esperanzas que tenia Victoria de que ese sea un domingo tranquilo habían desaparecido por completo.
La carta era simple, solían serlo, pero esta lo era mas de lo comun:Cristián frederick
Era lo unico que llevaba escrito, a Victoria le dio igual, la información se la proporcionaban al siguiente día por mensaje de voz.
Para no levantar sospecha, decían, ella solo obedeció.Al siguiente día con toda la información correspondiente y su ruta normal aprendida, salio a acechar.
Era un empresario,dueño de su propia fábrica de zapatos, exitoso de muy buena fama y costumbres, alabado por muchos y odiado por pocos, por lo que Victoria no podía entender quien querrá verlo muertoLa competencia -pensó-
Tenía planeado esperarlo en su casa y en el momento en el que saliera de el auto atacar, pero no contaba con que su hijo no tuviera clases de pintura, por lo que tuvo que cambiar sus planes, era una contra dos, no tenia muchas opciones, decidio que lo distraeria en algún momento.
Comenzó a seguir el ferrari, su medio de transporte era una camioneta de campo usada.Para no levantar sospecha, decían, ella solo obedeció
Al llegar a una zona oscura de la ciudad a Cristian Frederick se le paro su Ferrari, cosa que no entendía, y en un acto posiblemente de inocencia o capaz de estupidez, bajó de su auto a pedir ayuda, eran la 1 am y no había persona a la vista.
Victoria estacionó una cuadra después para no levantar sospecha, y entre las sombras corrió hasta llegar a un callejón donde golpeo unas latas para llamar la atención de Cristián-¿hola? ... Perdone me puede ayudar a...
No vio a nadie, mientras seguía buscando alguien que lo ayudara su hijo que estaba en el auto bajo, ya que creia a ver visto a alguien en ese oscuro callejón.
-te vi, hay alguien aquí..., papá! -grito-
Cuando saco la linterna y vio a su padre de rodillas siendo amenazado por un arma en su cabeza.
Victoria giró, le habían visto la cara, tenía que eliminar a ambos.