#19 Who Are You?

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–Cielos... – murmuró con voz rasposa –. Ustedes sí que se toman su papel en serio.

No había que ser muy inteligente para comprender que Kenny era una persona sombría y estoica, cuya curvatura de los labios mantenían una sonrisa torcida, maliciosa, porque dichoso se sentía ante el espectáculo que presenciaban sus ojos; las prendas que vestía eran una
camisa blanca bajo un abrigo negro, con un sombrero cubriéndole la cabeza y una fina barba sin afeitar, dábanle una apariencia descuidada, y su sentido del humor, desalmado e hilarante, se reflejaba en su rostro pronunciándose con el ceño contraído y las arrugas debajo de los ojos. Miró a sus compañeros de uno en uno hasta fijarse por completo en ____ y, después de quitarse el sombrero para peinar sus cabellos con la mano diestra y volvérselo a poner, se aproximó hacia ella dando pasos llenos de autosuficiencia.

Privada de poder correr e irse lo suficientemente lejos, lo miraba
desde el suelo, temblando de pavor y con gotas de sudor frío
recorriendo su frente. Desesperadamente su cerebro intentaba encontrar alguna razón, o algún motivo que explicara su presencia en aquel
horrible lugar, mas en su cabeza las ideas no podían ordenarse; todo carecía de sentido, ella no debía estar allí ni mucho menos estar relacionada con esas personas.

Todo estaba mal.

Sus manos estaban heladas y el roce de sus muñecas con el pañuelo empezaba a quemarle . Sin embargo, en el instante en que su filoso mirar le recordó al de Levi, supo entonces que tenía verdaderos motivos para temer. Mientras tanto, Kenny le preguntó indolente:

–¿Te trataron mal, preciosa?

____ sintió en su estómago un inmenso vacío, su estado sólo empeoraba cada segundo dentro de aquella habitación y, aunque nada le estuviera obstruyendo el habla, ni siquiera un suspiro hubiera salido de sus labios. El destripador ladeó la cabeza con un gesto fingido de sorpresa, obviaba el hecho de que le era imposible recibir una respuesta, únicamente se divertía de su posición; luego colocó una
mano en la barbilla de ella.

–Pero, ¿cómo me vas a responder si tienes eso en la boca? – sin mucho cuidado, tomó desde la parte de atrás el paño que cubría su boca y tiró de el, removiéndolo por completo –. Mejor, ¿no es cierto? Tan sólo
espero que no empieces a chillar, mira que a Chang no le gusta mucho el ruido.

Inclinado hacia delante, Kenny señaló a unos de sus subordinados, el único de cabellos negros y facciones asiáticas, además, a diferencia
de la inexpresividad de los otros dos, su entrecejo fruncido daba a
entender que era alguien de pésimo carácter y que –sin  dudas– cumpliría al pie de la letra cualquier orden que se le fuese dada.
Seguidamente volvió a erguirse, borrando la sonrisa de su rostro y reemplazándola por una mueca de molestia.

–¿Por qué es...? – intentó preguntar, pero fue interrumpida inmediatamente.

–Agradecerás luego el haberte traído aquí, y aguardarás hasta que yo lo decida – dicho esto, se dio la vuelta y se dirigió hacia sus subordinados –. Duran y Traute vendrán conmigo, Chang, tú le harás compañía.

Y Kenny, con sus subordinados siguiéndole los pasos como si de su sombra se tratasen, salió del lugar cerrando la puerta tras de sí. Y si ____ hubiera sabido que no les volvería a ver, pudo haberse sentido mucho mejor.

**

No sabía cuantas horas habían pasado, el reloj colgado en la pared no se movía por nada del mundo, sólo estaba allí de decoración; por otra parte, las piernas y manos le ardían, todo su cuerpo estaba exhausto por no decir adolorido ya que, estar sentada en la misma posición tanto tiempo, había entumecido sus músculos y sus sentidos también se encontraban abrumados; el olor a incienso de aquel repugnante lugar le revolvía el estomago y, aun
tratando de respirar para tranquilizarse porque debía mantenerse en silencio, en el momento en que a su lado pasó  caminando una cucaracha, mandó todo al demonio.

Chang había permanecido todo este tiempo fumando en la cocina, su adicción ya tenía un par de años, no obstante, estaba muy al tanto de la condición de ____, y sin importar la clase de persona que fuera, el poco sentido humano que le quedaba no le permitía compartir el mismo aire que ella y contaminarlo con el humo de los cigarrillos.

Lo detestaba todo, incluyéndose a sí mismo, pero en este punto de su vida ya era muy tarde para arrepentimientos.

Se sobresaltó al escuchar los fuertes chillidos de la prisionera, provocando que dejara caer el cigarro que tenía entre sus dedos, rápidamente corrió hacia la sala de estar y la encontró arrastrándose por el suelo con desesperación; exhaló un fuerte suspiro y, con su mano izquierda, tomó sus cabellos y elevó su cabeza rudamente, observó sus rostro húmedo por las lágrimas, víctima de intensos sollozos y mucho terror.

Miró a su alrededor buscando el motivo de su reacción, encontrando así, al bicho no muy lejos de ambos. No tardó en torcer los ojos muy descontento con la situación, púsose de pie y dio al insecto un certero pisotón. Regresó al instante y, quedando en cuclillas frente a ella, habló por primera vez desde que habían sido confinados a ese
mísero encierro.

–¿Algo más?

Segundos después, las náuseas de ____ aumentaron y se convirtieron en vómito saliendo por su boca. Para desgracia del asiático, no pudo evitar no ensuciarse por completo y, maldiciendo improperios que hasta el mismo Levi se cohibía en decir, se alejó asqueado. Tomando a la joven por el cuello de su camisa, la levantó sin ningún problema y sin molestarse en ser delicado, la llevó hasta el baño, en donde la encerró nuevamente.

–¡Maldición! – volvió a exclamar, pensando de qué manera lavaría "aquello" de sus preciadas ropas.

El baño no era muy diferente del resto del motel, además carecía de muchas reglas básicas de limpieza; no obstante, el agua que salía por el lavamanos era limpia, permitiendo que ___ pudiese limpiar su rostro y sobreponerse a las continuas arcadas.

Al mirar el espejo frente a ella, observó las manchas que habían sobre el y que dificultaban una clara visión, fijándose seguidamente en su reflejo sintió unas inmensas ganas de llorar, la tristeza y el miedo de lo que pudiera sucederle sólo lograban mezclarse, creando en su
cerebro horribles escenarios relacionados con la muerte.

¿Donde estaba Levi?

**

Cuando Levi abrió la puerta del departamento, estupefacto, se quedó de pie en la entrada y con la mano aun en la manilla de la puerta.

Los muebles se encontraban rasgados y volteados, el relleno de los mismos esparcido por todo el suelo de la sala de estar, la mesa de vidrio echa pedazos, las paredes rayadas con aerosol y pintura de colores exóticos; la cocina tenía arrancados los estantes y gavetas ligeramente quemadas, la loza había tenido el mismo final que todos
los otros objetos de valor del resto de la casa: destruidos.
Ningún espacio del departamento se había librado del odio de los desalmados que se habían atrevido a violentarla, los baños y los cuartos también estaban hechos un completo caos.

Levi caminó implacable a través de sus pertenencias estropeadas y tiradas en el piso, revisó cada una de las habitaciones examinando el daño causado, asumiendo la postura que se supone debía mantener bajo
cualquier circunstancia; su rostro bien era una obra de arte vacía pues no expresaba ninguna emoción, porque para su persona, lo material no tenía valor absoluto. Hubo una única cosa que le preocupaba, pero
sintió un inmenso alivio cuando la pequeña gata salió de su escondite para recibirlo; estaba toda sucia y muerta de miedo, pero su astucia había sido mayor que la de los bandidos, al ocultarse debajo de unos de los estantes de la biblioteca, pasó totalmente desapercibida.

Cogió entre sus manos al animal y sacó de su abrigo su teléfono
celular, una angustia en su pecho crecía, por lo que no dudó en llamar a _____. Llamó dos, tres, cuatro... llamó más de cinco veces seguidas, pero nunca fue atendida.

Algo malo definitivamente había pasado y él no había sido capaz de evitarlo.



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Buenas criaturitas hermosas!
Espero les guste el capi 💕

Durante un día de Invierno ~SnK~ LevixReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora