VIII.

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Capítulo 8: Conocernos. (Pte.1)




Una vez que terminó de hornear la lasaña, la rebanó en porciones. Colocó los platos, y dejó la comida que emanaba delicioso aroma, lista para servir y degustar en el centro de la mesa.

El aroma llegó hasta las fosas nasales de Ji Yong, cuando él salió del baño, caminando hasta la cocina. Aspiró gustoso y sonrió al ver a su chófer con el delantal, ya terminando la cena, y continuando con el postre.

—Debiste ser chef en lugar de chófer.

—¿Cree que el señor Choi se dará cuenta de que no fue usted quien cocinó?— Respondió Hyun Joong, observando a su jefe tomar asiento frente a él.

—No te preocupes... He pensado en lo que dijiste, y esta noche, le diré la verdad a Seung Hyun, y si pregunta, le dire que fue mi chófer quien hizo todo esto.

—Eso suena bien, joven Ji Yong.— Hyun Joong amplió una sonrisa. —El señor Choi es un hombre bueno, no merece que lo engañen.

—Si, es un poco ingenuo también... ¿Puedes creer qué por el momento no me ha preguntado mi nombre?— Comentó Ji Yong, robando algunas frutas que tan finamente cortaba su chófer para el postre.

—Creo que el señor Choi es un hombre inocente aún.

Ji Yong terminó de engullir los trozos de fruta, para luego contestar. —Es lindo, ojalá siempre sea así.— En ese instante, se oyó la puerta de entrada abrirse. Ji Yong saltó del taburete en el que estaba sentado, y comenzó a empujar a su chófer hacia la puerta que daba al jardín trasero. Sin importar que aún tenía el cuchillo en la mano.

—Rápido, Hyun Joong.— Susurró observando hacía la puerta de la cocina, que el dueño de casa no entrara.

—Recuerde el chocolate, está en el microondas.— Pudo decir antes de que Ji Yong le cerrara la puerta en la cara.

Y en ese mismo instante, la presencia de Seung Hyun cruzaban el umbral, e ingresaba a la cocina. Miró extrañamente la mesa decorada. Luego buscó al responsable, encontrando una cabellera verde, un par de ojos brillozos y una sonrisa compradora.

—Puedo saber... ¿Qué haces aquí?

—Primero lavate las manos, vamos a cenar antes de que se enfríe.

—Claro...

Ji Yong quedó algo sorprendido al ver como Seung Hyun salía de la cocina, para dirigirse al baño. Esperaba algún regaño, o algo a ese estilo, nunca que su reacción fuese la aceptación. Tal vez era verdad aquello que tanto había oído acerca de Choi Seung Hyun, era un hombre manejable, tal vez demasiado.

El sonido del microondas lo desconcentró, tenía que aplicarle el chocolate al postre. Lo bueno era que Hyun Joong le había dejado la parte más fácil de la preparación de la cena.



Ji Yong admiraba la forma en que Seung Hyun devoraba su comida, era como si llegara de la guerra, con hambre almacenada desde hace una semana.

Sonrió. No le importaría ver esa escena por el resto de su vida.

—¿Deseas más?— Preguntó Ji Yong una vez que lo vio terminar la porción de su plato.

—Creo que ya he comido suficiente... Y tú apenas has tocado tu cena.— El plato de Ji Yong aún tenía la mitad de una porción de la lasaña. —Ya sé... Estaba envenenado, ¿No es así?— Seung Hyun observó su plato vacío, si era cierta su teoría, al menos su última cena habría sido agradable.

—Claro que no...— Ji Yong apoyó el codo en la mesa, y sostuvo su cabeza con una mano. Así cubría su visión completa con el rostro de Seung Hyun. —Es que verte me quita el hambre.

Corazón En Reparación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora