NO TE VOY A INVOLUCRAR, MIKLEO.

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¿Qué hacemos ahora...?

¿Acaso esto terminara aquí...?

No...¡Tengo que salvar al mundo de la malicia! pero...

los infernales se levantaron nuevamente, listos para acabar con el pastor y sus acompañantes.

Mikleo se había ido a pedido de Sorey, "Es arriesgado" "No quiero involucrarte, Mikleo."

No le dejaba pelear a su lado, dejándole atrás, al parecer disgusto a Mikleo, pero no pudo protestar.

Sorey decidió viajar solo por el mundo con Lailah.

Alisha esta involucrada en la situación actual, Sorey no conseguía vencer a esos infernales,

por lo cual nuestro trio retrocedió unos pasos hacia atrás, buscando la manera de evadir sus próximos ataques.

Para su mala suerte, la única debilidad de susodichos infernales, era el agua. Un elemento del que carecían. Lamentablemente.

Sorey buscaba una solución para salir de esa, pero por más que pensaba, no encontraba un buen plan.

Que mal...

De un momento a otro, unas artes místicas salieron de la nada derribando a los monstruos.

Sorey levanto la mirada intentando averiguar quien les había ayudado.

Para suerte del castaño se trataba nada mas y nada menos que de su querido amigo de la infancia.

Traía su arma la cual era un bastón, se encontraba levantado después ejecutar su arte. Su rostro reflejaba su común seriedad.

—¡Mikleo!— Llamo con cierta alegría su nombre, les había salvado. Corrió hasta a el, como un impulso, estaba agradecido, les había sacado de ese aprieto.

No hubo una respuesta por parte del serafín de agua. Es posible que aun se encuentre molesto.

Lailah y Alisha corrieron de igual manera a el lado de los demás.


—Vámonos, antes de que despierten.—Lailah vigilaba el movimiento de los infernales que yacían inconscientes en el suelo.

—¡Pero Lailah, tenemos que purificarlos!—Sorey no se quedaría sin purificarles, tiene que purificar a todo el mundo de la malicia, y esos no iban a ser la excepción.

—¿Cómo quieres hacer eso, Sorey-san? ¡No tenemos a algún serafín de agua que este dispuesto a ayudarnos!— Estaba preocupada al igual que el joven pastor. —Tal vez si dejaras que Mikleo-san nos ayude...—Dirigió su mirada al albino que le miro de igual manera.

—¡De ninguna manera!—Definitivamente no le metería en estas situaciones.

El oji-purpura al escuchar eso simplemente bajo la mirada triste, ¡Quería ayudarlo! ¿Por que era tan necio?

Se escucharon ruidos, al parecer comenzaban a recuperar la conciencia, si es que tenían una.

Esto alarmo a los demás.

—¡SOREY! ¿QUE HACEMOS? — Alisha estaba desesperada, el escuchar a Sorey hablar solo, al menos a su vista, no le ayudaba mucho.

Sorey quería desistir un poco mas, para encontrar una forma de acabarlos...pero nada.

aprieta fuertemente sus nudillos.

—...¡Vámonos!— Todos a excepción de Mikleo, asintieron comenzando a salir del lugar, literalmente huyendo. No había mas opción al parecer.

Un futuro distinto [Tales of zestiria] [Sormik]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora