7.

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Mi celular empezó a sonar, despertándome de la primer siesta del día. Consideré el no contestar pero parecía que el sonido se hacía más fuerte cada vez. Lancé una almohada hacia el buró donde reposaba el aparato. Se detuvo después de un par de segundos. Me di la vuelta en la cama, preparándome para seguir durmiendo, pero de pronto volvió a sonar.

Me levanté de mi cama de golpe y me acerqué molesto al teléfono, hasta que vi quién llamaba.
-¿Hola?
-Vaya, no creí que fueras a contestar.
-No tenía el teléfono a la mano.
Ya podía sentir mi enorme sonrisa haciendo su aparición.
-¿Quieres tomar algo esta noche en un hotel?- preguntó.
Debo de estar soñando.
-¿En dónde?
-Un hotel.
No estoy soñando.
-¿Por qué en un hotel?
-¿Por qué no?
-¿Por qué sí?
-¿Por qué preguntas tanto?
-¿Por qué respondes con preguntas?
-Estás haciendo lo mismo Sebastian.
Imaginé cómo rodaba sus ojos.
-¿Acaso me quieres ver en bóxers de nuevo? Si es así, no tienes que gastar en ir a un hotel- dije controlando mi risa.
-¿Q-qué? No, no, para nada.
-Pero habías dicho que te gustaría verme en bóxers de nuevo- podía sentir sus mejillas ruborizándose.
-Yo n-no dije...- suspiró- no es eso, sólo... te veo a las 9pm- colgó.

Ella es la primera persona que se ha atrevido a colgar el teléfono en mí.

Eran las 6 de la tarde, así que tenía tiempo suficiente para estar listo. Aun así, caminé hacia mi armario para ver la ropa limpia que tenía. Lo abrí y me di cuenta que era totalmente lo opuesto. O probablemente sí tenía, pero como todo estaba revuelto ahí adentro, era muy difícil decidir.

Suspiré pesadamente y empecé a guardar toda la ropa (que no era mucha como parece) en la cesta, una vez terminado bajé al cuarto de lavadoras. Antes no me hubiera importado tanto el no tener ropa limpia diario, pero era probable que ahora la viera más seguido. No creo que estuviera tratando de impresionarla, había visto mucho de mí como para que el verse presentable tuviera algún efecto. Pero ahora tenía un pretexto para hacerlo, ¿por qué no aprovecharlo?

Tocó a la puerta a las 9:01pm.

-Esto es un tanto extraño- dijo mientras bajábamos las escaleras del edificio.
-¿Por qué lo dices?
-Porque nunca había ido a recoger a un chico. Normalmente yo era la que tenía que esperar en mi departamento.
-Pensé que aquí normalmente acuerdan un lugar para verse.
-Usualmente, sí. Pero cuando salgo con alguien, extrañamente siempre me quieren venir a recoger a mi departamento. Ahora que lo pienso, probablemente tenían otras intenciones al hacerlo, pero nunca los invito a entrar, simplemente salgo y de ahí partimos.
-Ya veo.

Caminamos en silencio, ambos con las manos metidas en nuestros abrigos.
-¿Me vas a decir por qué quieres ir a un hotel?- pregunté.
-Al bar del hotel.
-Es lo mismo.
-No lo es.
-De acuerdo, ¿me vas a decir o no?- dije tratando de no perder la paciencia.
-Si esperas tres minutos más, lo verás por ti mismo- dijo entrando a un edificio.

La seguí cautelosamente, y observé cómo pedía el elevador. Me coloqué junto a ella. Cuando se abrió la caja de metal, entramos y presionó el primer botón de arriba; lo que significaba que el bar estaba en el último piso. Nunca había visto tal cosa, sólo en las Vegas.
-¿Segura que esto no es un plan para matarme?- dije en broma.
-Para eso tengo un plan más detallado- dijo con una sonrisa juguetona.
-Bueno saberlo.
Se abrieron las puertas y lo que apareció ante mis ojos no era algo fuera de lo común. Un bar más. Estaba tan caliente el lugar que empecé a quitarme mi abrigo y bufanda.
-No lo hagas- dijo Victoria colocando su mano sobre la mía.
-¿Por qué no?
-Lo necesitarás, aquí no es.
La perplejidad se dibujó en mi rostro, ¿se había equivocado de piso? ¿O de hotel?
Tomó mi mano y me guió hacia la derecha a una puerta plateada.
-¿A dónde vamos?- pregunté.
-Afuera.
-¿Qué?
-¿Alguna vez dejas de hablar?
-Soy actor, normalmente no nos podemos quedar callados.
Ups.

Viena (Sebastian Stan - español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora