277 44 11
                                    

Llegaste a mi vida de manera inesperada. Fue un poco extraño, ¿sabes? Porque justo en ese momento no quería tener a nadie más, porque creía que SeHun era suficiente para mí. Pero algo en ti me cautivó. No sé si fue tu manera de hablar, tus puntitos al final de cada oración o tus ojitos tristes, pero hasta el momento me siguen encantando.

Llegaste con tu hermosa timidez con un regalo para mí, y aún me sigue pareciendo adorable la manera en la que decías que no era necesario que lo usara. (Ya sé que me dirás que no eres adorable, pero yo soy terco y sigo pensando que sí.) Fue... sorpresivo, porque pese a que haya recibido cosas así antes, tú lo hiciste ver especial. ¿Por qué? Aún no lo sé, y la verdad es que no le quiero buscar la explicación. A veces las cosas son más preciosas si se dejan quietas.
Luego de eso te busqué de nuevo, y recuerdo perfectamente cuando me dijiste que muy pocas veces estabas libre, pero... algo que no pude evitar notar es que siempre que yo te escribía tú respondías casi al minuto. Sacabas tiempo para leer mis tonterías y eso se sintió... grandioso, muy especial. Con el tiempo nos fuimos uniendo un poco más, y llegó el momento en el que empezaste a enviarme canciones todos los días. Muchas eran un poco tristes o depresivas, pero eran tus favoritas y por ende me gustaban también. Me compartiste un pedacito de tí a través de ellas, y eso siempre lo guardaré en mi corazón.

Me contabas que tenías problemas con tu mejor amigo, ChanYeol, y yo siempre te escuché y en algún momento traté de aconsejarte. Soy malo haciendo eso, ¿verdad? Pero al menos lo intenté. Admito que estuvo mal ofenderlo cuando no lo conocía, pero no podía aguantar ver como te hacía daño. Es un poco gracioso, ¿sabes? Porque a penas y nos conocíamos y ya quería protegerte. ¡Pero eh! Que ya no mencionaremos ese tema. Hice esto para hablar de nosotros, nuestro mundo.

No recuerdo con exactitud cuándo nuestros mensajes se volvieron metáforas. Al principio era difícil porque no me van esas cosas, pero tú hiciste que lo entendiera y hasta el día de hoy lo agradezco. Todas las noches a las once lo hacíamos; se hizo una muy bonita costumbre.

Luego... me pusiste un apodo.

"Para mí no eres un baozi, los baozis no me gustan. Para mí eres una estrella, una que brilla muy alto en el firmamento.

Me gusta el cielo, pero no el de día, me gusta su tristeza y su magnificencia a oscuras. Por eso eres una estrella: porque tienes que estar entre lo que me gusta."

No supe cómo reaccionar en ese momento y dije algo estúpido, ¿no? Me disculpo. Yo... en ese momento estaba volando alto, muy alto, y todo por esas hermosas palabras que me dedicaste.

"Te han de haber dicho muchas cosas hermosas a lo largo de tu vida, Minnie."

Sí, tienes razón, pero tú eres diferente.

Después de eso y de pensar bien las cosas, yo también te puse un apodo: Luna.

Eres la luna de este mundo, de nuestro mundo.

"¿Has visto una vez el cielo con atención? Hay estrellas grandes, medianas, chiquitas, distantes, cercanas, melancólicas, felices y brillantes. Pero siempre hay una que es una mezcla de todas ellas, tú eres esa mezcla."

"¿Sabías que las estrellas no son perfectas? Pasan su vida acumulando materia, de la mejor hasta de la peor y sus bordes con irregulares. Cuando brillan hay unas que lo hacen con un fervor admirable, a pesar de que sepan que se pueden apagar en cualquier momento. Acumulan, lo hacen una y otra vez para brillar y hacer del cielo una pintura. Por eso eres una estrella. Acumulas tantas cosas, que ya es hora de que brilles."

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 21, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Our world [XiuBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora