Capítulo 45.

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Pasó una semana para ser exacta. Todos estábamos en paz, todo muy normal, no nos alarmamos por nada del mundo. Incluso la noticia que había visto Michael en el periódico la dejamos estar. Cillian Murphy, era uno más de la vida de Hollywood, teniendo en cuenta que su vida no es muy pública, sin embargo, eso si dejaba a Michael algo fuera de lugar. ¿Por qué? No sé. Desde que supimos que estoy en embarazo, anda más paranoico. Lo cual me hace gracia.

Hoy, es nuestra cita medica, me harán una ecografía de como va el bebé y realmente estoy emocionada por eso, no espero por ver las fotos, quizás se vea algo insignificante, pero para Michael y yo será algo que nos llenará enormemente la vida. Una vez estando en el edificio, entramos al consultorio, tomamos asiento y saludamos al doctor.

—Bueno, ¿cómo va esa criatura? —pregunta levemente emocionado. Michael y yo intercambiamos miradas y también sonrisas.

—Todo va bien —responde Michael— Sólo que María ha tenido los típicos síntomas. ¿qué podríamos hacer para evitar eso? 

—Bueno... podemos acudir a los métodos caseros. 

—¿Cuales? —Intrigo y tomo la mano de Michael para estrecharla.

El doctor toma una libreta, escribe algo en ella, arranca la hoja y nos hace entrega de ella.

—Aquí te doy algunos métodos. Espero que esto sea efectivo. —Se pone de pie y me invita a levantarme para dirigirme a la camilla.

Yo me levanto, me voy hacía la camilla y esté toma un instrumento que hace algo de ruido, según él, es para tomar la presión. Toma papel y lápiz, anota. Luego toma otro instrumento que lo lleva a mi pecho y detrás de este. Vuelve y toma nota. Luego me dice que me arrecueste, me levanto la camisa y él echa un gel líquido, empieza a pasar una maquina y ahí se muestra nuestro bebé. Una vez terminado esto, me limpia, me acomodo la ropa y volvemos a los asientos.

—Bien, parece que todo está bien. El bebé lleva tres semanas. Está sano.

Michael y yo suspiramos, tal vez hasta rezamos a los dioses por darnos un bebé sano hasta ahora. Mando mi mano a la pequeña protuberancia y pequeñas lágrimas salen de mi rostro. Michael se acerca y me abraza, se siente cálido y muy satisfactorio.

~***~

Una vez en Neverland, nos recibe su querida hermana, Janet. Empieza a intrigar de como nos fue en la cita, le dimos todo con lujo de detalles y ella grita como una adolescente. No espera la hora de ver a su sobrino, está tan emocionada, como lo estamos todos.

Cabe mencionar que toda la familia se regresó a su respectivo hogar, ocasionalmente me hablo con Katherine para que me dé clases de tejer. Michael se le hace chistoso, porque ya he hecho como cuatro pares de zapatos en lana y de colores que quizás le luzcan a un varoncito. 

Michael anda últimamente muy ocupado, mirando a que lugares ir, cuantas boletas tiene que imprimir, ensayando, cantando, bailando. A veces baila para mi, otra veces canta. Es tan complicado elegir cual de las dos cosas te gustan, porque Michael lo hace magnifico. A veces me quedo con Sofi para hacer de comer, Michael le agrada mucho mi comida, pero siempre me reprende con que no haga muchas cosas. Lo cierto es que, me gusta mantener activa, porque si no hago algo, siento que en verdad estoy enferma.

Más tarde, cuando Michael sacó un tiempo para mi y su bebé. Me llevó a cenar a un restaurante muy hermoso. 

—¿Que vas a ordenar? —Me pide, mientras pasa su mano por encima de la mesa para juntar la  con la mía. 

—No sé —Digo mirando el menú— Todo se ve delicioso. Ya sabes, uno en estas ocasiones se antoja de muchas cosas. 

 Michael ríe tiernamente y con su dedo pulgar acaricia el dorso de mi mano, luego hace un movimiento con su cabeza.

Casados a la fuerza © [TERMINADA] #Sakura2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora