No se que hacer en este momento, estoy paralizada y me va a dar algo, nos van a pillar y ahora mismo solo quiero matar a Ian por haber traído a las chicas sabiendo que Lucas y yo estábamos aquí. Estoy desnuda en la cama con un tío empalmado entre mis piernas y no me puedo mover, como alguna entre y nos encuentre así me da algo. Lucas está en modo de alerta y yo con nervios, no sé si esconderme, gritar o vestirme y salir normalmente antes de que entren, pero no puedo moverme.
Lucas se levanta, no se quita el condón de la polla y me hace gracia verlo con un plastiquito rosa colgando. No puedo reirme si no quiero que me pillen, las risas del demonio se oyen cada vez más cerca y me da a mi que se dirigen a la habitación. Sigo tirada en la cama con la respiración acelerada, inmóvil y con ganas de morirme ahora mismo, van a entrar y me está dando algo.
Lucas me pone el tanga y una camiseta suya, es un poco raro que me vista pero por lo menos si entran no me pillaran en pelotas. La puerta se abre lentamente y creo que voy a desmayarme de un momento a otro, menuda putada.
- Lucas, ¿se puede?- tierra trágame.
- No, no se puede.- Lucas cierra la puerta de golpe soltando más de un insulto en menos de diez segundos.
- ¿A que coño ha venido eso tío?- están haciendo fuerza para entrar a la habitación y no puedo moveré, noto el temblor de mis piernas demasiado intenso y se me está nublando la vista.
Después de unos minutos de forcejeo, dejan la puerta tranquila y se van, oigo como la puerta de entrada se abre y se cierra otra vez y noto como se relajan mis músculos, no tengo ganas de hacer nada ahora mismo y no sé si volver a entrar en esta casa visto lo visto, cuando alquile un piso tampoco podré llevar a Lucas porque nos verían, aunque pasan mas tiempo fuera de casa que dentro.
Lucas se acuesta a mi lado y me hace caricias en la cintura, no entiendo como puede relajarse tan rápido, llevo el corazón a mil y la cabeza me da vueltas y el está aquí, tumbado a mi lado haciéndome caricias y dándome pequeños besos en la cara, es un cielo pero a veces puede ser muy gilipollas, lo se por experiencia, no imaginé nunca que acabaría así con este chico. Lo veía por el instituto con sus amigos y de vez en cuando notaba que me miraba pero no pensé que acabaría en su cama y con su ropa puesta.
Mi respiración se está relajando y consigo moverme un poco más que antes, creo que no me han visto pero aun así estoy para que me entierren viva. Las caricias de Lucas me ayudan a relajarme, voy a matar a Ian por hacernos esto... o me mato yo y no volverá a pasar esta mierda. Menudo día llevo de escapaditas, no me quedan fuerzas y tengo sueño y hambre. A veces me gustaría desaparecer de este mundo solo por tiempo, para saber como estarían sin mi o que harían si un día simplemente dejo de estar con ellos, si algún día dejo de existir creo que a nadie le importaría mucho la verdad.
Creo que nada cambiaria si yo me fuese, total no soy importante, a lo mejor llorarían por mi pero la cosa es cuánto llorarían, dos o tres días pero ya está, todo volvería a la normalidad en unas semanas, Lucas habrá conseguido a otra, mis amigas seguirían saliendo de fiesta y poniéndose ciegas, mi prima haría lo mismo y mi madre... bueno eso a ella si que le importaría, al fin y al cabo soy su hija. Y aquí están mis pensamientos suicidas otra vez, genial.
Intento pensar en otra cosa mientras él sigue haciéndome caricias, pero esos pensamientos no se van de mi cabeza y odio pensar así, pero es la verdad, no soy importante para el mundo, pero no le daré a nadie el placer de suicidarme, seguiré viva, jodiéndoles. Porque así soy yo, peor que un virus. Ahora quiero llorar. No puedo más, quiero desahogarme de una vez, pero me anoche lloré y me he despertado con la cara de zombie más épica de mi vida. Me trago las ganas de llorar y suspiro.
- ¿Qué te pasa?- pregunta Lucas con un tono adormilado.
- Nada... solo que estoy cansada y esto me mata, gracias por haberlos echado de tu cuarto, si me llegan a ve aquí me matarían y no tengo fuerzas ni paciencia para enfrentarme a ellas, es una mierda de día.- intento no llorar pero la voz se me está quebrando.- está mañana también he tenido que salir corriendo y con las prisas me he dejado hasta el tanga, no se por qué me pasa esto a mi.-
- Pues no lo sé, pero no quiero que llores Talia, no mereces llorar por esto, a Ian le pasó esto el año pasado y míralo, no llores ¿vale?- me da un beso en la frente y me estrecha en sus brazos, sigue desnudo pero yo no tengo ganas de nada ahora mismo.
El tiempo está pasando muy lento ahora mismo y no me quejo de ello, tengo la boca seca pero eso es todo, Lucas ha dejado de acariciarme, ahora me tiene abrazada para que no llore, es un amor. No sé si pedirle una cita, hasta ahora lo único que hemos hecho ha sido vernos en el antro de anoche, en el instituto y venir a su casa, ya podría moverse el un poco, parece un cojín más que un apersona de verdad.
Me quito la camiseta porque me está dando más calor del que tengo, estoy sudando, en cuanto llegue a casa me pego una ducha larga e intentaré olvidarme de lo ocurrido aunque se que ni de coña me voy a olvidar de esto, por lo menos no pronto y es una putada. Me siento en a cama y Lucas se pone recto.
- ¿estás bien Talia? ¿quieres algo?-
- No gracias, estoy bien solo tengo calor.- intento hacerme un moño lo más alto que pueda para que me de un poco de aire en la nuca, echo de menos mi época de pelo corto. Hace cinco años decidí que era una buena idea cortarme el pelo como un chico, no me arrepiento porque iba muy cómoda, pero el pelo largo me queda mejor. Me lo volvería a cortar pero esperar dos años para tenerlo decentemente largo no compensa.
- Vamos al salón que está el aire puesto.- y con las mismas se levanta de la cama.
- Si, pero ponte algo.- digo señalando con la mano a su cuerpo desnudo.
- Si va a ser mejor.- empiezo a reirme y el hace lo mismo.
Se pone el bóxer de antes y un pantalón de deporte, yo solo llevo una camiseta suya, pero soy tan baja que me tapa más de la mitad del muslo, la camiseta huele a el y me encanta. Nos vamos al salón y la piel se me eriza, hace mucho frio aquí y el sudor no ayuda, apago el aire acondicionado un rato para que suba la temperatura.
A lo tonto ya son las ocho y Lucas prepara la cena, no pienso irme de aquí esta noche, me debe algo gracias a la interrupción de antes.
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Promesas de mierda.
RandomTalia una estudiante de bachiller conoce a Lucas en una cafetería con sus amigas, ambos empiezan una relación basada en promesas imposibles de cumplir. promesas rotas, engaños, traición... al fin y al cabo no todos los cuentos de amor son bonitos.