Único

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¿En que momento empezó a interesarse por él?

Es algo que él podía recordar a la perfección. Fue en una de esas veces en las que daba por terminadas sus clases e iba a la biblioteca de su escuela. Buscaba un buen libro y se lo llevaba a casa durante todo el fin de semana. Era una rutina que estaba acostumbrado. Al encontrar el libro perfecto alzó su mano para tomarlo pero no contó con que una mano más apareciera.

Ambos soltaron el libro provocando que este cayera. Lo primero que vio fue un par de curiosos ojos rojos. Su cabello de curioso color bicolor, rojo con verde, le daba un parecido a un jitomate. Al verlo, una pequeña sonrisa fue lo que lo cautivó más. Veía como se agachaba y tomaba el libro en sus manos, con cuidado lo dejó en el mismo lugar.

"Lo siento, no sabía que tomarias ese libro también puedes tenerlo"

Y vio como el chico se alejaba con una sonrisa en su rostro. Algo en el lo había cautivado, no sabía si habían sido sus curiosos y raros ojos o la manera en que él le había sonreído. No podía dejar de pensar en ese día y en ese chico. Había tomado el libro ese día pero no había podido concentrarse al recordarlo. De alguna manera quería verlo, ansiaba verlo.

Cuando llego el Lunes volvió a ir a la biblioteca después de clases, teniendo la esperanza de volver a encontrarlo.

Y así fue...

Lo encontró en una de las mesas más apartadas leyendo un libro, al pasar a su lado se encontró con una sonrisa mucho más hermosa y grande. Podía jurar que pudo ver como sus ojos brillaban con cada palabra que leía. Decidió hablarle, tomo el libro en sus manos y lo puso en la mesa, vio como este dejo su libro a un lado y lo miro.

-El viernes también querías este libro, debiste llevartelo pero gracias por dejarmelo -Su voz un poco dura salió de su garganta.

Vio como la sonrisa del chico se amplió más y  tomo el libro en sus manos.

-No te preocupes por ello pero gracias por traerlo, mucho gusto mi nombre es Yuya, Sakaki Yuya

-Yuto, Rebellion Yuto

-Mucho gusto Yuto...

-Lo mismo Yuya

-¿Disfrutaste del libro?

-Fue lo mejor -Mintió.

Una voz linda y delicada había escuchado. Un día que había cambiado su vida.

Cuando menos se imagino, caminaba todas las mañanas a su lado. Se encontraban a la hora del almuerzo e iban juntos a la biblioteca. Cada día compartían comentarios, libros, sonrisas y tiempo. Yuto en ese tiempo descubrió que Yuya estudiaba en su mismo año pero de un grupo diferente. Le gustaba ayudar a los niños jugando con ellos, haciendo trucos de magia o contandoles muchas historias y le disgustaba las personas brabuconas, las personas que se aprovechaban de los sentimientos de los demás y los que mentian. Siempre sonreía, una gran sonrisa siempre aparecía en su rostro y cuando lloraba se ponía sus googles, hasta llenarlos completamente de sus lágrimas, aunque cuando sucedía eso prefería alejarse, cosa que Yuto nunca se lo permitió.

Y por alguna razón, todo eso le gustaba a Yuto. Escuchaba con atención sus historias y prestaba atención a todas las facetas de Yuya. Su corazón golpeaba con fuerza su pecho al verlo sonreír. Le dolía cuando lo veía llorar, quería abrazarlo cuando lo veía así. Algunas veces se contenía y prefería apoyarlo, dándole unas palmadas en la espalda.

Un nuevo sentimiento estaba naciendo en su frío y duro corazón, a palabras de él. Sus mejillas se encendían cuando se acercaban un poco más. Simplemente, era imposible enojarse con el pero aunque guardaba en lo más profundo esos sentimientos por su querido amigo, no podía evitar los celos cuando veía que alguien se le acercaba de más. Así pasaba el tiempo, así pasaban los sentimientos y así Yuto sentía algo más profundo por Yuya. No podía ni quería ocultar sus sentimientos pero...

Entre libros y sonrisas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora