El día había sido agotador. Aunque en parte agradecía que el chef había vuelto así no tenía que hacer el trabajo de los dos, tener que aguantarlo seguía siendo bastante duro para ella. Una vez que dejó listo todo para el día siguiente, se puso su ropa de deporte y huyó de aquel infierno, que amaba y detestaba a la vez.
Ya en el parque se puso en mente disculparse con aquel chico cuando lo viera. No podía permitir quedar como una loca y sobre todo como alguien sin respeto. De no haber sido por él, ahora tendría que estar comprando un teléfono nuevo, que era lo de menos, pero hubiera perdido contactos que iban a ser difíciles de recuperar.
-Mejor cuando llegue a casa los paso a una agenda- hablo consigo misma.
Llegando al banco donde el chico siempre se sentaba después de dar un par de vueltas, lo vio, como siempre con aspecto ausente. Tomó aire y decidió que iría a disculparse. Algunos metros antes había una máquina expendedora de bebidas, esa podía ser una buena forma de ofrecer disculpas. Ante no saber que elegir ya que desconocía sus gustos, optó por sacar dos botellas de agua.
Si algo caracterizaba a HeeYoung es que una vez había tomado una decisión, no había nervios, miedo o algo que pudiera detenerla. Tomó aire de nuevo para relajarse y se acercó donde estaba sentado aquel chico.
-Siento lo de ayer- dijo extendiendo la botella de agua hacia el chico. Él se sobresalto puesto que no la había notado- Fui muy irrespetuosa.
-No pasa nada- dijo en un susurro, su voz era suave.- Discúlpame a mi por asustarte.- Agarró la botella que ella le ofrecía.- Gracias.
-¿Me puedo sentar?- el asintió. Entonces ella se sentó en el otro extremo del banco.- De verdad, quería disculparme, cuando terminé me di cuenta de que no dabas miedo para nada, y además me salvaste la vida devolviéndome el teléfono.
-¿Miedo?- preguntó un poco desconcertado y terminando de cerciorarse de que la chica no lo conocía de nada.
-Verás...- dijo ella un poco avergonzada.- Como siempre usas cosas que escondan tu rostro como si te estuvieras ocultando...- O como si fueras un psicópata pensaba ella en su interior.- Tenía miedo de que fueras bueno... Una persona rara.
-Siento eso también- dijo de tal manera que le costaba escucharlo.
Él después de saber que a ella eso le causaba un poco de miedo, se sacó la capucha. Entonces ella pudo ver bien su rostro, era un chico muy guapo, parecía joven. Tenía el pelo ligeramente largo cubriendo su frente, sus ojos eran pequeños y muy rasgados, le daba una mirada sexy. La nariz recta y su boca no era ni grande ni pequeña, el tamaño justo para su rostro pero si era carnosa. Definitivamente después de mucho tiempo, notaba lo atractivo que podía ser un hombre.
-Si, supongo que tengo mucha imaginación.- Dijo ella e intentó reírse para suavizar la situación, que era un poco extraña.- Me voy, de nuevo gracias por lo de ayer.
-¿Cómo te llamas?- preguntó él antes de que ella se fuera, ocasionando se girara a mirarlo.
-HeeYoung, encantada- hizo una reverencia.
-TaekWoon- dijo él devolviéndole el gesto.- Encantado. Y ten cuidado, es tarde para una mujer.
-Pero ya viste que puedo huir- dijo ella antes de irse. Y aunque no lo vio, provocó una sonrisa en él.
Los días siguientes a ese no se lo volvió a encontrar, ahora que ya no le daba miedo se sintió un poco decepcionada. Era un chico guapo y de pronto se sentía con ganas de volver a hablar con él.
El martes a la noche debido que al día siguiente tenía que ir de su madre, prefirió no ir a correr e intentar dormir un poco más temprano. Aunque fue en vano, de hecho le costó mucho mas de lo normal dormirse.
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You're mine
FanfictionLa vida de un chef es difícil y mucho más cuando se es mujer. Tiene que esforzarse más de lo normal para poder avanzar y crecer en su profesión. Esforzarse tanto al punto de que tienes que olvidarte de todo lo que no sea la cocina. ¿Amor? No hay tie...