Norman Reedus/Daryl Dixon - One Shots

Haircut

- Prometo que no será mucho.

- Me gusta así como está.

- Daryl, no seas testarudo.- Suspiré a punto de rendirme.- A veces tienes todo el campo de vista cubierto.- Estaba intentando convencerlo de cortar un poco su cabello.- Es eso o hacerte trenzas.

- No dejaré que me toques por nada del mundo.

- Pues tendrás que dormir con un ojo abierto si no quieres amanecer con la cabeza rapada.

Salí de su habitación rodando los ojos y me encontré a Rick en la cocina preparando comida para Judith.

- ¿Ya intentaste todo?- Una sonrisa se asomó por el rostro de Grimes.

- Acabo de amenazarlo y ni así baja la guardia.- Saqué una botella de agua del refrigerador.

- Debes tenerle paciencia.

- No puedo tenerla cuando se empaca y se comporta como un niño.- Bebí un sorbo del líquido.- Estaré en mi cuarto si necesitas ayuda con eso.

Señalé el puré de su pequeña hija y soltó una risa, la verdad era que no se le daba muy bien cocinar.

Me dirigí a mi habitación a descansar, había sido un día agotador.

Me dejé caer en la cama bostezando, dispuesta a dormir y no despertar hasta el mediodía siguiente.

- ¿Me ayudas?- Aquella voz me sobresaltó y casi caí al suelo.

- ¿En qué momento entraste?- Fruncí el ceño, podía ser muy sigiloso cuando se lo proponía.

No obtuve respuesta.

En ese momento, me percaté del estado de su cabello, estaba recortado desproporcionalmente. Contuve la risa debido a su severa mirada.

- Trae la tijera, Dixon.- Se fue y volvió con el objeto entre sus manos.- Siéntate aquí.

Se acomodó sobre las sábanas al igual que yo y comencé a arreglar el desastre que yacía en su cabeza.

Una vez que terminé, sacudí la frazada fuera de la ventana y la puse en el cesto de ropa sucia.

- ¿Qué te hizo cambiar tan repentinamente de opinión?- Pregunté mientras él observaba su corte en el espejo del baño.

- No me gusta verte de mal humor por mi culpa.- Respondió cabizbajo.

Sus gestos no podían ser más tiernos, era eso lo que me enamoraba de él.

- Eres un tonto.- Lo abracé por la espalda.- ¿Me escuchaste hablando con Rick?- Obtuve un asentimiento de su parte.- Eres un poco inmaduro a veces, pero aún así te amo.

Besé su mejilla y pude ver una pequeña sonrisa en sus labios.

- También te amo, a pesar de lo gruñona que eres.- Se puso frente a mí y unió mi boca con la suya.- ¿Podemos dormir juntos hoy?

- Hoy y cuando quieras, Dixon.