Conociendo el Amor

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El choque del metal entre si era común todos los días, al igual que los gritos de motivación a seguir luchando sin piedad contra sus enemigos. Padres, hermanos, hijos, amigos luchando unos contra otros evitando lesionarse o compitiendo para pasarse información y herir a la distancia para un ataque sorpresa. A todos y cada uno de los jóvenes y niños Uchiha, se les enseñaba a ser guerreros fríos.

Nadie podía decir no, ya que si lo hacían, sería una vergüenza para la familia y una deshonra, no importaba cuanto lloraban, gritaran o patalearan, un niño o niña Uchiha estaba destinado a convertirse en guerrero, luchar contra su enemigo, matarlo o morir en el intento. Un pequeño sabía que ese destino le esperaba, pero aunque era cotidiano y el al principio estaba de acuerdo, el ver morir a sus hermanos le hizo preguntarse a Izuna, si valía la pena seguir en la lucha contra los Senju.

Nunca había visto uno, gracias a que Madara, su hermano mayor y el único que le quedaba con vida, lograba convencer a su padre de que aún no fuera al campo de batalla, pero aunque Tajima accedía siempre decía que esa sería la última vez.

Mientras su padre y hermano estaban en el campo de batalla, Izuna se quedaba a limpiar las katanas y shuriken; por su puesto no se quedaba haciendo nada. En parte, motivado por la muerte de sus hermanos, el pequeño practicaba por sí mismo con buenos resultados y un día

- Izuna

- Padre, hermano - sonriendo - bienvenidos

- Borra esa sonrisa Izuna - hablo Tajima - nuevamente, esos malditos Senju asesinaron a muchos de los nuestros - el pequeño vio los cuerpos

- Lo siento

- Está bien, veo que estas practicado, bien hecho

- Gracias, lo hago para vengar a nuestros hermanos algún día

Tajima sonrió al escuchar a su hijo, mientras Madara solo sonreía, aunque en el fondo deseaba que su hermanito jamás fuera al campo de batalla, por eso

- Padre, quiero pedirte algo

- ¿Qué quieres Madara?

- Que me permitas entrenar a Izuna - Tajima sonrió

- De acuerdo, confío en que harás de tu hermano un excelente guerrero

Y así fue como inicio el entrenamiento de Izuna por parte de Madara, el menor estaba emocionado ya que tenía un profundo respeto y admiración a hacia su hermano mayor. Además, sabía que bajo su tutela podría aprender mucho y cuando llegara su momento de ir al campo de batalla, vengaría a sus hermanos.

Pero la verdad, era que en mayor parte, Madara tenía miedo de que algo le sucediera a su ya único hermano, así que el mayor se dedicó a enseñarle todo lo que sabía y había aprendido de otros enemigos. Esto duro por un periodo de tiempo, en el cual, ambos hermanos veían a su padre partir a la guerra con el resto de los Uchiha para solo volver un número menor del que había salido, algunos heridos leve o gravemente y otros muertos.

Izuna sentía rabia contra el clan que asesinaba a sus hermanos, aunque desconocía que su propia familia hacia lo mismo o por qué esa guerra había iniciado. Al menor solo le importaba volverse fuerte y obtener su sharingan.

Pero un día, noto que su hermano comenzaba a salir muy seguido y volvía hasta casi el anochecer, pero nunca se animó a preguntarle directamente. Un día

- Izuna

- ¿Si, padre?

- ¿Has notado que tu hermano sale muy seguido del clan? Y no me mientas

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