Ayer, hace una vida.

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Una mujer llora enfrente de mi, ella cree que no veo sus lágrimas reflejadas a través de la ventana del alma que son sus ojos, ya no brillan como antes ¿A qué se deben tus noches de trasnocho? Anoche no podía dormir así que me levanté de la cama en busca de agua y para mi sorpresa, te encontré dormitada en el comedor; lo esperabas a él. 

La primera vez que me hablaste de él, me dijiste que nuestra historia cambiaría, estabas feliz y te creí, acepté que aquellos ojos llenos de brillo me contagiaran su esperanza y felicidad; fue entonces cuando en un parpadeo, ya todo era diferente. Ya no eramos tu y yo, siempre las dos teniéndonos una a la otra, si no tres. ¿Se podría decir que ahora eramos una familia completa? puesto que nunca llegué a conocer a mi padre, ni él a mí, debido a un cáncer que jamás curó.

El tiempo pasaba y ya no te sentía tan fatigada por las horas de trabajo desde que él había llegado. Una vez llegue a escuchar que siempre en la casa, hacia falta "el hombre" para los trabajos duros, para ser la "columna" que brindara la resistencia a su familia. En los últimos años llegue a creer esto, todo parecía ser perfecto, cual cuento de hadas. Te gustaba hablar de él con tus hermanas, decías que era un caballero. Oh cariño, aveces halagar mucho hace que se deterioren las cosas.

El carrito de la montaña rusa comenzaba a llegar a su limite en la cima de la ciudad de la maravillas, llegaba el momento de bajar pero ella no se había percatado de las señales, por lo que nada la preparó para el impacto de lo que fue la caída.

En algo ella había tenido razón y era el hecho de que sí era un caballero, pero de armadura oxidada. Tenia sus virtudes pero también abundaban los defectos. Oh cariño, nada te había preparado para esto.

En una noche de un fin de semana, la vi llorar por primera vez, era muy pequeña como para entender la situación. Escuchaba el tono con el que discutían pero no comprendía el porqué. Ese estilo de noches se repitieron, el caballero de armadura oxidada no se percataba que ya era hora de cambiarse de traje. ¿Qué debía hacer ella para convencerlo? 

Las noches de encontrarla adormitada en la cocina, se volvieron frecuentes. ¿Lo esperaba? ¿A dónde iba? Fue cuando llegué a la adolescencia, que finalmente comprendí los hechos y me prometí a mi misma, que no sufriría por un hombre en mi vida; sería fuerte y resistiría los obstáculos  de la vida por mi misma, pero cariño nada me había preparado para esto.

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⏰ Última actualización: Apr 23, 2017 ⏰

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