The Walking Dead: Los zombies no nos lo impiden...

No te dejaré

Yo sin armas, y con un bebé, y un montón de caminantes en mis narices.

Estoy apañada.

Observé el lugar de punta a punta, pero no había nadie que conociese. Sólo muertos.

"¿Ahora te vas ha rendir? No sé por qué confiaba en ti." ¡Qué me dejes!

Decidí entrar a la prisión, para coger provisiones y cosas de Judith, principalmente.

Aún tenía la pistola que me había dejado Carl.

Apreté, no mucho, a "Gamberrilla" contra mí para intentar protegerla e ir mas rápido, y corrí todo lo que pude hacia la prisión.

Una vez dentro, fui a la cocina. Dos bolsas de cereales y una botella de agua. Lo metí en una bolsa enorme que me encontré en una de las mesas.

La celda de Judith también era la mía. Cogí una manta, siete pañales y una chaquetita.

Aproveché y cogí algunos pantalones cortos, una camiseta que ponía "Fuck You & Love Me" blanca, ancha y por encima del ombligo y... la sudadera de Brad. Le iba a coger algo también a Carl, por si le veía, pero no quedaba absolutamente nada.

Lo cargué todo en una mochila grande y roja. Me la eché a la espalda y comencé a alejarme de otro infierno.

-Tranquila, Judith, no te dejaré sola.

CARL

-Carl... espera... -Pasé completamente de mi padre. Venía cojeando detrás de mí, con la cara y brazos llenos de cortes. Oh, y un ojo morado. -¡Carl!

-¡Todo esto es por tu culpa! -Le eché en cara, girándome. -No nos has sabido proteger. Ni a mí, ni a Beth. Daryl, Carol, Maggie, Glenn... ¡Ni a mamá ni a Judith! Confiaban en ti, pero tú sólo te querías esconder y olvidar toda la mierda que está pasando. Y ahora mira... -Le señalé todo lo que había a nuestro alrededor, cadáveres y... soledad. -¡NADA! No te necesito. ¡Mírate! No sabes hacer nada. Si te muerieras, no ocurriría nada. ¡Te odio!