Melek
— Cariño.... mi vida... despierta— la voz de Ángel me suena muy lejos. Siento un cosquilleo en mi omoplato, que recorre toda mi espalda hasta llegar a la parte baja— Vamos dormilona, hoy tienes la entrevista y también viene Sulaiman de su viaje de estudios.— eso último hace que abra los ojos y detenga la mano de Ángel que estaba yendo muy lejos. Sus labios se acercan a mi mejilla por detrás y deposita un beso, para luego depositar otro en mi hombro— venga, vamos a la ducha— destapa mi desnudez y me coje entre brazos
Quisiera decir que pasaron 25 minutos, o 25 días o siquiera 25 meses... Pero son 25 años. Ducharnos juntos se convirtió en nuestra rutina, y aunque ya nos consideramos viejos -48 años no se cuentan con una mano- seguimos igual que el día en el que nos conocimos. A excepción de que ahora estamos más arrugados, con canas -él, yo tan radiante como siempre... Va, es mentira, son los tintes- Y con mucho más trabajo.
Que Ángel heredara la empresa de su padre supuso para mi menos tiempo con él, ya que trabajaba todo el día, sin hablar de los viajes constantes y las noches de fiesta. Pero aquí estamos, más felices que nunca, enjabonándonos el uno al otro como adolescentes.
Me deja en la estación de radio y tras arrancar, vuelve marcha atrás y baja la ventanilla
— Me olvidé de mi beso, disculpa ¿Me lo podría dar?— siempre ese humor.
Río y niego con la cabeza, antes de abrir la puerta y darle un beso fugaz. Él me mira cansado y con la mirada de advertencia
— Estamos en medio de la calle, no esperes que nos demos uno de esos asquerosos con lengua y babas por medio— le digo intentando parecer asqueada
Pero no, cada vez que él se lo proponía y juntaba nuestros labios me sentía como en nuestro primer beso, el del ascensor. Me despido con la mano y entro al edificio.
Una vez dentro la presentadora se toma el tiempo de explicarme cómo van las cosas y de lo que íbamos a hablar. Me siento en mi lugar, cuando apenas faltaban 10 segundos y comienza la cuenta atrás.
— Bienvenidos radio-ecutentes de nuestro programa semanal "al mando". Hoy tenemos a una de las grandes influyentes en el ámbito social. No es ni modelo, ni cantante, ni actriz. Y como decimos por aquí, una mujer "al mando" de la sociedad. Bienvenida Señora Melek
— Gracias querida Mélanie. Dejémoslo en Melek ¿Si?
— Bueno, vamos a presentarte—Y me sonríe con amabilidad— Malak Salinas Barakat, esposa de Junaid Salinas, gran empresario y dirigente de la gran empresa de abogacía internacional de Salinas Entreprises. Tienes 48 años, trabajas de psicóloga en un centro escolar, y eres Jefa de las asociaciones "Salva a mi hijo" y "Niños unidos". Tus padres fallecieron en un tiroteo y creciste y estudiaste junto con tu hermano en españa ¿Completo?
— Sí, muy completo de hecho— respondo algo sorprendida.
— Bien, vamos por partes. Hemos salido a la calle y hemos pedido que te hagan preguntas, y algunas otras son de nuestra página de facebook. La primera de Nuhad que dice: ¿Porqué Melek y no Malak? Que es tu nombre real.
— Em... Ésto se debe a cuando era pequeña, en uno de los veranos de la granjaescuela, vino una familia de turcos. Me hice gran amiga de su hijo, que era mayor que yo por unos años. Él, en vez de llamarme Malak, me llamaba Melek o Melegim, traducido literalmente como "mi ángel". Y de ahí los chicos en La Loma me llaman así, en el instituto igual y así terminé apareciendo en periódicos y revistas como Melek— expliqué
— Y ahora la pregunta que todos esperáis, formulada por Víctor27: ¿Cómo conociste a Ángel, o Junaid? Que luego viene otra pregunta conforme a su nombre.
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La Chica del Hijab ©
Romance1er premio de #MuslimAwards2017 en Novela Juvenil No ven en ella lo que piensa, lo que opina, lo que hace, su personalidad, sus aficiones, sus metas... Sólo ven el pañuelo que cubre su cabeza. Melek guarda tras su armadura de fuerza un corazón ente...