000

7.2K 853 87
                                    

Shhh, tranquilo.— susurró aquel chico mientras hundía su rostro en mi cuello, con una de sus manos rodeando mi garganta y tomándola con fuerza, una fuerza sobrenatural para un hombre a mi parecer. Sabía que era una locura el pensar que aquel hombre que me tenía en ese momento acorralado en la pared de ese oscuro y vacío callejón, no era un humano.

—¿q-qué es lo que quieres?.— difícilmente pude formular una oración debido a la amenazante mano con largos dedos rodeando mi garganta, como si fuese una simple galleta, que con sólo apretarla se convierte en insignificantes migajas.

Tu aroma es de lo más exquisito que no pude pasarte por alto y retener mi lamentable naturaleza.— sentí mis piernas temblar, creí que en cualquier momento estas fallarían haciendo que yo cayera al sucio suelo cuando sentí que ese hombre comenzaba a lamer torturosa mente mi cuello a una lentitud desgarradora.

Pensé difícilmente en la extraña respuesta que él me proporcionó. Y mi conclusión sobre que él no era un humano, parecía ser más efectiva en mi mente. Había estudiado y leído tanto sobre seres míticos que terminé con una ligera obsesión hacia este tema, obligándome a investigar más a fondo. Por eso tenía esa intuición de que mi atacante no era un humano.

—¿qué q-quieres de mi?.— pregunté de nuevo esperando una respuesta agobiante y tal vez repulsiva para una persona cuerda. Pero yo la encontraba fascinante.

Quiero hundirme en tu dulce e irresistible aroma, encajar mi filosa dentadura en y vaciar cada una de tus venas, probando esa exquisita sustancia roja, pero... — Mi corazón palpitaba al escuchar aquellas excitantes palabras que mi desconocido asesino pronunciaba, esperando que prosiguiera para continuar deleitándome en ese momento tan abrumador.

Pero si hago todo aquello que anhelo, me convertiría en un estúpido al quitarle la vida a tan hermosa criatura con un aroma tan único que espera con ansias ser percibida por un depredador, justamente como yo. — quería que terminara, pero también quería continuar escuchando aquellas palabras que hacían que mi corazón palpitara desenfrenadamente.

—¿me dejaras libre?.—pregunté temeroso nuevamente, sabiendo que ignoraría mis palabras.

Me temo mucho negarte eso, — pronunció con una voz demasiado ronca y grave, provocando que involuntariamente tragara pesado. —no puedo dejarte libre, tendrás que servirme en todo lo que quiera, esa será tu condena si no quieres morir...... Serás mi juguete.—

Desde ese momento, supe que mi vida cambiaría totalmente en todo aspecto...

Dαddy Collins • YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora