7. Juguemos a ser reyes (II)

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La fábrica es un lugar monstruoso: perfecto para una película de terror.

Todo lleno de moho, impregnado por una bruma en apariencia asfixiante, fría y oscura como boca de lobo.

Stefano conduce a Ky con cuidado por su interior. La visión disminuye a medida que se sumergen más y más en dicho infierno.

Pero esto es algo que lejos de asustarla, la posee, la seduce, le gusta. Es excitante estar a solas con Stefano. Es excitante la peligrosidad del momento, saber que cualquier cosa podría pasar pero ser parte de un juego macabro se convierte en la pólvora que potencia la explosión.

Descienden.

Bajan las primeras escaleras que encuentran y el olor a encierro se intensifica; del mismo modo el frío glacial.

-¿Te conoces este sitio de memoria?-le pregunta al muchacho.

-Tengo un mapa mental de cada rincón.

Él abre puertas pero no se preocupa en cerrarlas. En lo que sí se muestra especialmente cuidadoso es en no soltarle la mano a Ky ni por un segundo.

Ella se pregunta de pronto cómo es que nunca tuvo la oportunidad de conocerlo realmente...hasta que la respuesta se aparece en su cabeza: porque no le daba la oportunidad de conocerlo.

Él lo intentó hasta el cansancio pero si ella hubiese estado al tanto de ese costado tan misterioso y lleno de incógnitas, quizás habría reparado antes en él.

Sus secretos lo hacen tan sexy...

-Kylie-murmura.

-¿Eh?-ella parece despertar pese a que todo el mundo sigue a oscuras.

-Necesito de tu colaboración en algo.

-¿Sí?-traga saliva.

De pronto Stefano se detiene pareciendo haber encontrado lo que buscaba. Suelta a la rubia, lo cual hace que la invada una ligera sensación de desprotección hasta que ruidos de herramientas y metales golpeándose la alteran aún más lo cual no quita que se sienta inexplicablemente atraída por eso.

-Ky... ¿Conoces los juegos de estrategia, verdad?

-Ammm-titubea hasta que aparecen algunos que la divertían de pequeña en la Play Station de su hermano-. Sí.

-Bien. Sabías, entonces, que en los juegos de estrategia si el trabajo es en equipos, se vuelve mucho más sencillo vencer al adversario, ¿no?

No, no lo sabía pero ella asiente de todas formas.

-Kylie, te invito a que juguemos. Quiero que juegues conmigo a partir de ahora.

Una sensación de euforia pone a vibrar todo el cuerpo de la chica extasiada de más.

-Dime-lo desafía-. Dime qué quieres, Stefano.

Él busca sus manos y coloca algo sobre las de ella.

-Tócalo-dice él, enfrentándola con su propia curiosidad y la falta absoluta de luz-. Tócalo y dime qué sientes.

Ella palpa algo frío, algo de hierro o metal, durísimo y con una extensión poco común.

-¿Qué sientes?-inquiere él.

-E...es... Grande.

Él suelta una risita cargada de intención.

-Sí-acuerda-. Pero qué sientes tú al tocarlo.

Stefano baja más el objeto lo cual la obliga a ella a tener que explorar.

#MALOS El Origen | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora