1. Perfume

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Porque ahora entretanto habré conocido y poseído mi propia magnífica  fragancia y jamás podré olvidarla, ya que jamás olvido un aroma, y durante toda la vida me consumirá su  recuerdo como me consume ahora, en este mismo momento, la idea de que llegaré a poseerlo...

Patrick Suskind. El perfume.




Jongin

Jongin observó la ciudad que se mostraba delante de él. A ésta altura, podía ver perfectamente todo el conjunto de edificios y casas que luchaban por ocupar su sitio. Puertas que esconden familias rotas y ventanas que encierran frías habitaciones. Nota la tristeza hacerse lugar en cada rincón, asechando y destruyendo todo a su paso. Era casi abrumador la intensidad de ese sentimiento que habitaba allá. Era la primera vez que Jongin se encontraba con tanta concentración de gente triste y solitaria.

Jongin se odiaba a sí mismo delante de esa imagen. No le gustó que él, la persona que amaba hasta el punto de que hacía que su corazón doliera con solo pensar en ella, tuviera que vivir en un sitio así, tan rodeado de oscuridad y dolor. Por eso iba a encontrarlo, cueste lo que cueste.

Se levantó y limpió el polvo de sus pantalones, dejó que el aire de invierno recorriera suavemente la piel desnuda de sus brazos y piernas. Amaba demasiado el invierno. De alguna forma que no conseguía entender, el invierno siempre lo recordaba a él, no por el frío, ni las noches largas. Le recordaba a él por el blanco de su piel que se asimilaba a la nieve y por la calidez que le transmitía que hacía que olvidara en qué estación estaba.

Recorrió el tejado de ese edificio con sus pies descalzos hasta llegar al borde de este. Dio un salto en el vacío sin ni siquiera inmutarse y se esfumó en el aire justo antes de llegar a tocar el suelo.

Iba a encontrarlo.

*****

Capítulo uno

Estaba tan concentrado en su lectura que incluso si el cielo cayera en ese momento, Kyungsoo no se daría cuenta. Se encontraba en un lugar lejano, donde solo las palabras guiaban su camino. Tan lejos del mundo real que incluso no prestó atención a los pasos de alguien acercándose hacia donde él se encontraba.

—¿Crees que será una buena lectura?

Lo primero que vio Kyungsoo cuando levantó la vista fueron sus ojos. No creyó que fueran reales a simple vista, más bien parecía como si alguien hubiera cogido un pincel y con un toque de azul turquesa hubiera teñido esas pupilas. Ningún ser humano podía tener unos ojos tan azules, tan cegadores como las olas de un mar en calma en un día soleado. Notó su labio inferior temblar un poco al verlo, no entendió desde cuando se ponía nervioso delante la presencia de alguien, pero de repente lo estaba.

Un sentimiento, extraño e incompleto se hizo lugar en el ambiente.

Kyungsoo se sintió de repente un poco fuera de lugar, perdido, mareado. Con ese chico delante de él, olvidó el libro que estaba leyendo de repente. Era bastante alto, sin lugar a dudas, si Kyungsoo se levantaba de la silla tendría que alzar la vista para seguir viendo sus ojos. Esos ojos. Su rostro parecía esculpido a propósito para marcar una perfecta mandíbula y unos carnosos labios. Pero a parte de su apariencia, había algo en él que no sabía describir qué era, algo que hacía que sintiera algo que tampoco sabría definir. Y por ese mismo motivo, Kyungsoo, temeroso como siempre lo había sido, solo apartó rápidamente su mirada y la posó en en el libro que había en el aparador.

El sentimiento desapareció con facilidad. Como si nunca hubiera estado allí.

El perfume.

Angelus [Kaisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora